Dios, al contrario que los hombres, nunca manifiesta su amor suspendiendo su justicia, o su justicia suspendiendo su amor, ni cualquier otra de sus perfecciones con exclusión de las otras. 👇🏻
Por lo tanto, el amor de Dios debe interpretarse en el contexto de todas sus manifestaciones. La Escritura y la Tradición de la Iglesia son las dos fuentes que conectan directamente con Jesucristo, y a las cuales hay que remontarse para entender qué es el amor divino.
Cuando tomáis la palabra "amor" en su acepción mundana, separándola de los actos que Dios ha revelado y del mensaje que nos ha transmitido, no hacéis más que repartir cáscaras cuyo fruto interior está podrido.
El amor de Dios también estaba en la lluvia de fuego que hizo caer sobre Sodoma; el amor de Dios está en los pasajes de la Biblia donde se condena la sodomía. O bien debéis negar que las Escrituras sean divinas, o negar que en Dios esté siempre presente el amor.
Si Dios ama y Dios corrige, es que el amor admite la corrección; si Dios ama y Dios castiga, es que el amor admite el castigo; si Dios ama y Dios reprende, es que el amor admite la reprensión; si Dios ama y Dios juzga, es que el amor admite el juicio.
Dejad, por lo tanto, de utilizar el amor de Dios para evitar la corrección, el castigo, la reprensión y el juicio. Comenzad a entender el amor a la luz de las obras de Dios, donde siempre está, y no a la luz de las obras del siglo, donde puede falsificarse.
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