Legación Argentina en Washington, Estados Unidos, 1867.
En la foto se ve a Alberto Halbach, Salcedo, Bartolomé Mitre y Vedia, Domingo Faustino Sarmiento y Juan Lavalle (hijo).
Sarmiento fue ministro plenipotenciario en los Estados Unidos entre 1865 y 1868.
Durante su tiempo como ministro plenipotenciario en Estados Unidos, Sarmiento hizo contacto con varias autoridades escolares en aquel país para sentar las bases del sistema de educación primaria en la Argentina.
Con apoyo de Mary Peabody Mann (esposa de Horace Mann, gran promotor de la educación pública norteamericana) y de académicos estadounidenses, entre 1869 y 1898 llegaron a la Argentina 65 maestras estadounidenses para establecer, organizar y dirigir 18 escuelas normales.
Algunas de las 69 valientes pioneras fueron;
• Mary Elizabeth Gorman, primera maestra americana que arribó al país en 1869.
• Sarah Chamberlain de Eccleston, quien estableció los primeros jardines de infantes en Buenos Aires, Paraná, Mendoza y Concepción del Uruguay.
• Clara Armstrong, quien fue la primera mujer en establecer una escuela normal en Sudamérica, fundando la Escuela Normal de Señoritas en Catamarca en 1878.
• Frances Angeline Wall, encargada de crear la primera escuela normal en Córdoba.
Gracias a la labor de cada profesora que llegó a nuestro país y a la visión y esfuerzo de Sarmiento, la educación primaria Argentina llegó a ser la más destacadas en Sudamérica y una de las mejores a nivel mundial.
En uno de sus primeros discursos como Presidente de la Nación, Sarmiento deja en claro porqué la educación es fundamental para la democracia y para el futuro del país.
Domingo Faustino Sarmiento tiene, hoy en día, su estatua en Boston, Massachusetts (ciudad que visitó en 1847 para visitar a su amigo Horace Mann). Además de que desde el año 1976, se celebra el día del maestro en aquella ciudad en conmemoración a su figura.
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La Ciudad de Buenos Aires retratada por el fotógrafo suizo Samuel Rimathé hacia finales del año 1890, en una Buenos Aires aún convulsionada por los hechos de la Revolución del Parque en julio de ese año. 1/6
El 19 de junio de 1884 falleció Juan Bautista Alberdi en la ciudad de Neuilly-sur-Seine, Francia. Fue el autor intelectual de la Constitución Nacional de 1853 y uno de los mayores exponentes del liberalismo hispanoamericano.
Alberdi nació en la ciudad de San Miguel de Tucumán el 29 de agosto de 1810, siendo hijo del comerciante y político vasco Salvador Alberdi y de la criolla Josefa Aráoz y Balderrama, hija de una de las familias más importantes de la provincia, quien falleció en el parto. El padre de Alberdi participó activamente de la lucha por la independencia, desempeñando un importante papel en la defensa del norte argentino ante los ataques realistas, además de ser el "mejor amigo" del general Manuel Belgrano. Su contribución a la lucha por la independencia impulsó a que el Congreso de Tucumán acordara en su sesión del 29 de octubre de 1816 concederle formalmente la ciudadanía argentina.
Su padre falleció en 1822, cuando Alberdi tenía tan solo 11 años, por lo tanto quedó al cuidado de sus hermanos mayores. Un año después se trasladó a Buenos Aires cuando, bajo el impulso del ministro porteño Bernardino Rivadavia, se fundó el Colegio de Ciencias Morales, bajo la tutela de la flamante Universidad de Buenos Aires y fue becado para educarse en aquel colegio. Allí fue compañero de jovenes como Esteban Echeverría, Marco Avellaneda, uan María Gutiérrez, Vicente F. López, José Mármol, Marcos Paz, Félix Frías, Carlos Tejedor, Miguel Cané y otros.
El 16 de junio de 1955 tuvieron lugar los bombardeos a Plaza de Mayo que llevo a cabo la Marina de Guerra, con la dirección del contraalmirante Samuel Toranzo Calderón, con el objetivo de asesinar al presidente Juan Domingo Perón.
Pero, ¿Por qué pasó? ¿Cuáles fueron los factores que desencadenaron el hecho?
Hacia octubre del año 1954 el país vivía en una cierta paz en el ámbito de las relaciones de las fuerzas políticas luego de la política de conciliación limitada que había sido inaugurada por el presidente Perón alrededor de junio de 1953, luego de los atentados terroristas del 15 de abril del mismo año cuando militantes de partidos opositores explotaron dos bombas entre el público que había ido a escuchar el discurso de Perón en la Plaza de Mayo y de la quema, por parte de fuerzas de choque peronistas, de la Casa del Pueblo, el Jockey Club y las sedes de los partidos Radical y Demócrata.
El 11 de noviembre de 1953 el Poder Ejecutivo elevó una ley, que sería promulgada por el Congreso Nacional en diciembre, que otorgaba una amnistía a los dirigentes políticos presos desde mayo. La ley de amnistía hacia una distinción entre delitos políticos cometidos por civiles y los cometidos por miembros de las Fuerzas Armadas, al margen de otra distinción en el rubro de los transgresores gremiales. Los civiles, la mayoría de dirigentes de los partidos, recibieron una amnistía total, mientras que la de los militares era decidida por el Poder Ejecutivo y la de los sindicalistas se las consideraría individualmente. Con estas medidas Perón quería asegurarse de que ninguno de los liberados volviera a socavar su control de los sectores que más le importaban: las Fuerzas Armadas y el movimiento obrero.
El 12 de junio de 1880, el gobernador de Buenos Aires, Carlos Tejedor, se levantó en armas contra el gobierno nacional del presidente Nicolás Avellaneda y se produjeron los primeros choques entre tropas nacionales y provinciales en la Chacarita, en medio del conflicto por la sucesión presidencial y por la federalización del territorio de la Ciudad de Buenos Aires, hasta ese momento, capital de la provincia.
El periodo presidencial de Avellaneda había comenzando el 12 de octubre de 1874, en medio de la revolución contra el gobierno nacional que encabezaba el general Bartolomé Mitre luego de las denuncias de fraude electoral que sus partidarios vertieron contra el presidente Sarmiento. Una vez derrotado el movimiento revolucionario de Mitre, el presidente Avellaneda tuvo que soportar una tenaz oposición de los elementos vencidos en la forma de una abstención revolucionaria hasta que en 1877 se obtuvo la llamada "Conciliación de los Partidos".
La "Conciliación de los Partidos" había sido promovida por el presidente Avellaneda y por ella el mitrismo abandonaba la abstensión revolucionaria que había mantenido desde 1874 y se alineaba con el autonomismo, el fin de la nueva política tenía que ver con lograr que Adolfo Alsina lograra suceder a Avellaneda en 1880 en la presidencia. Fruto de este acuerdo político fue la designación de Carlos Tejedor, autonomista alsinista, como gobernador de Buenos Aires con el apoyo del mitrismo.
Fotografía que retrata al presidente Juan Domingo Perón acompañado por el vicepresidente Juan Hortensio Quijano, el ministro Ángel Borlenghi y el el presidente de la Corte Suprema Tomás Casares, entre otros funcionarios del gobierno y de la justicia nacional, al momento de tomar juramente a los nuevos miembros de la Corte Suprema de Justicia (Rodolfo Valenzuela, Luis Longhi, Justo Álvarez Rodríguez y Felipe S. Pérez) luego del juicio político que destituyó a los anteriores integrantes, 1 de agosto de 1947.
La relación entre los ministros de la Corte Suprema y Perón se fue deteriorando hacia finales de 1945 y principios de 1946 debido a diversos fallos judiciales que fueron limitando el accionar del gobierno militar durante los últimos tiempos de la presidencia de Edelmiro J. Farrell. También contribuyó los pedidos de los dirigentes opositores en entregar el Poder Ejecutivo al presidente de la Corte Suprema en el marco de la Marcha de la Constitución y la Libertad del 19 de septiembre de 1945, y el encargó del general Eduardo Ávalos al procurador Juan Álvarez para que formara un gabinete de gobierno luego de la caída de Perón en octubre de 1945.
Para remover el obstáculo de una Corte Suprema adversa, el presidente Perón desechó la vía de aumentar el número de jueces en la Corte y se decidió por el juicio político. El 8 de julio de 1946, el diputado Rodolfo Decker presentó el pedido de Juicio Político a los jueces Roberto Repetto, Antonio Sagarna, Benito Nazar Anchorena, Francisco Ramos Mejía y al procurador Juan Álvarez, dejando fuera del pedido al juez Tomás Casares, de manifiesta adhesión al peronismo y que había sido nombrado por el presidente Farrell en 1944, luego de la renuncia de Luis Linares.
El 9 de junio de 1956 tuvo lugar el levantamiento del general Juan José Valle, y de otros militares y civiles, contra el gobierno de la Revolución Libertadora, presidido por el general Pedro Eugenio Aramburu.
Al adoptar sus duras políticas antiperonistas, el gobierno debió tomar en cuenta la posibilidad de la violencia contrarrevolucionaria. Sobre todo en razón de las medidas punitivas que adoptaba contra aquellos a quienes consideraba beneficiarios inmorales del "régimen peronista". La detención de personalidades prominentes, la investigación de personas y compañías presuntamente involucradas en ganancias ilícitas, y las amplias purgas que afectaron a personas que ocupaban cargos sindicales y militares contribuyó a formar un grupo de individuos descontentos.
No era sino lógico esperar que algunos de ellos, en especial los que tenían formación militar, apelaran a la acción directa para hostigar al gobierno o para derribarlo. Aunque los incidentes por sabotajes hechos por obreros fueron comunes en los meses que siguieron a la asunción de Aramburu, fue sólo en marzo de 1956, como consecuencia de los decretos que habían declarado ilegal al Partido Peronista, prohibido el uso público de símbolos peronistas y otras descalificaciones políticas, cuando empezaron las confabulaciones.