Thread by @CrisSnape

No me gusta contar mis rollos personales por Twitter, pero empiezo a desesperarme y necesito ayuda. A muchos le funciona la magia de la red, así que voy a probar.
Aquí viene el rollo 👇

El año pasado enfermé de Covid. Ingresé en el hospital de Ciudad Real el 25 de abril, cuando el bicho era realmente maligno y cabrón.
Imaginaos si estaba mal que el médico de urgencia no me quería intubar. Pero lo hizo. Menos mal.

Tenía neumonía bilateral y estaba en coma diabético. A lo mejor a @navedelmisterio le interesa saber que tuve una experiencia extracorporea acojonante, pero no voy a eso.

Estuve 45 días en la UCI, que si subo a planta, que si bajo. Visité a San Pedro dos veces, pero me dio la patada en el culo y me envió a la vida de nuevo.
El bicho se puso duro conmigo, pero yo pude más que él y le maté. Subí a planta y empecé a recuperarme.

Y no os penséis que después de 45 días en UCI una persona está tan pancha. No. No me podía mover. Me alimentaban por sonda. Llevaba panales. Orinaba en una bolsa. No hablaba porque tenía una traqueotomía hecha.
Y ese es el quid de la cuestión: la traqueo.

A veces pasa que la cánula de la traqueo se atasca. La mía la atascó un coágulo de sangre de gran tamaño. Me pasé un montón de días escuchando mi propia respiración, pero en plan bestial. Era un ruido constante y horrible.

El pecho me dolía porque no podía respirar en condiciones y una noche simplemente no me entraba el aire. Las enfermeras me tomaron por loca hasta que me vieron asfixiándome y otra vez a la UCI.

Fueron tres días más, pero me ayudaron a mejorar mucho. Me levantaron, me dieron un yogur de piña (mi primera comida en muchísimos días) y lo más importante: me quitaron la traquea. Y yo tosí y tosí y expulsé un coágulo de sangre gigante y asqueroso.

Pero la cosa no acabó ahí. No. Ese no fue el final feliz de mi cuento de terror. Porque no mejoré. Tenía mucha tos, respiraba fatal y el neumólogo me hizo una broncoscopia, una prueba muy divertida durante la que te meten una cámara por la nariz y te miran la tráquea.

Y aquí llega el momento más divertido de la historia: tenía estenosis traqueal. Mi traquea estaba inflamada y sólo tenía un 30% de luz. Con razón no respiraba bien.
El neumólogo de Ciudad Real me deriba a Albacete.

Allí tienen uno de los mejores equipos de Cirugía Torácica de España. Mi cirujano, que es un profesional inmenso, me explicó que me tenía que hacer una resección traqueal. O lo que es lo mismo: te vamos a hacer un corta-pega en la tráquea.

Qué diver. La operación apenas sonaba acojonante.
Pero no me la podían hacer todavía. Toda la zona estaba irritada, sangrante y jodida, así que me pasé seis meses sobreviendo a base de aerosoles y corticoides, que son una putada para un diabético pero me hacían respirar.

Llega el 20 de enero de este año. Os recuerdo que pillé el Covid en 2020. Es el día de la operación, que en principio sale bien peeerooo. Tenía que tener un pero, sí.
Pillo una neumonía en el quirófano y me caza una adorable bacteria. Y otra vez visito a San Pedro.

Me puse tan mal que, pese a no estar permitido, mi madre pudo pasar a la REA para despedirse de mí. Por suerte soy cabezota y me recuperé. ¡Ah, sorpresa! No os penséis que soy fácil de matar. Me sobrepuse a la situación y otra vez a planta.

Estuve quince días en el hospital, con la barbilla cosida al pecho para proteger la tráquea. Una posición súper cómoda. Y luego tres semanas en casa. Y no, tampoco entonces llegó el final feliz. ¿Qué os pensábais?

Voy a una revisión y resulta que sólo tengo 3 mm de luz en mi tráquea. Que estaba viva de milagro, vamos. Me operan de urgencia y me meten un tubo rígido por la garganta. Es la última vez que casi visito el Más Allá (y tuve otra experiencia rara @navedelmisterio)

La estenosis volvió a aparecer a causa de las infecciones que tuve, pero el cirujano me dice que no hay que volver a operar porque existe un tratamiento más efectivo y menos invasivo: el láser. Como el daño tranqueal ahora sólo tiene 2 mm de largo, el láser viene cojonudo.

Y comienzan las intervenciones con láser. Me hacen tres y cada vez me encuentro mejor. Vuelvo a vivir. Estoy contenta. Me queda poco para recuperar mi vida. Al fin llega mi final feliz. Pero no. No voy a tener las cosas tan fáciles, ¿qué os pensábais?

El 24 de abril me someten a la última intervención con láser, pero no pueden terminar porque la máquina se rompe. Han pasado dos meses. Una persona ingenua o inocente podría pensar que el láser ya está arreglado o que a lo mejor lo han repuesto. Pues no, majetes.

El láser se ha roto. Yo he pasado de tener un 80% de luz (que es cojonudo) a tener un 50%. Y un miedo tremendo de que la cosa siga empeorando. El equipo médico se ha portado conmigo de forma impecable. Son unos profesionales maravillosos y están tan hartos.

No tanto como yo, pero sí bastante. He puesto un montón de reclamaciones y he llegado al punto de avisar a la prensa, pero todavía no sé cuándo van a arreglar el láser para que pueda culminar mi tratamiento.

La gerencia del Hospital de Albacete no me escucha, así que espero tener un poco más de suerte en las redes.
Sé que he soltado mucho rollo, pero quería explicarlo todo. Lo que me pasa no es una bobada: me ahogo. Así de fácil.

Ojalá pueda tocar alguna fibra sensible y la gente que tiene en sus manos solucionar el problema mueva el culo. Que lo veo difícil pero... ¡Oye, hay que probar!
Muchas gracias por leerme. Si habéis llegado hasta el final, podrías retwitear y tal. 😚😚
Muchos saludos para todos.

Muchísimas gracias a todos por vuestra ayuda. Ahora mismo estoy flipando. No me imaginé que este hilo tendría tanta difusión. Me encantaría poder contestar a todo el mundo, pero no me da la vida.
En serio. Mil gracias. A ver si esto sigue subiendo :)