Hoy comienza la difusión de una consulta con una pregunta altamente interpretable y para tomar acciones discrecionales por parte del presidente. Participar en ella es abonar al capital político presidencial, abstenerse es negárselo. Cualquier opción es su derecho.
La pregunta de la consulta es larga, confusa y no se entiende, pero como remedio se ofrece la interpretación presidencial y su buena voluntad. En suma, participar es apoyar al presidente, no hacerlo es poner en duda sus intenciones y capacidad de actuar. Usted decide.
La aplicación de la ley no se consulta, si se piensa cumplirla. Si no, tiene sentido solicitar apoyo político para otorgar dispensas. Participar en la consulta brinda la oportunidad al presidente de otorgar perdones discrecionales o aplicar justicia selectiva. De usted depende.
La consulta es un gasto oneroso para quien desea se cumpla la ley sin preguntas confusas. Para quien desea apoyo político al presidente, el gasto puede ser poco. Todo derecho implica un costo, incluído el derecho de abstenerse. Usted decide.
La consulta no es vinculante, y esto no es cuestión de si se logra o no cierto porcentaje de votación. No lo es porque la pregunta admite tantas interpretaciones que las autoridades pueden hacer lo que quieran. La consulta es munición política de uso discrecional ¿Quiere darla?
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