Amanecer del 24 de enero de 1915. Mar del Norte, cerca del Dogger Bank. Gracias al descifrado de los códigos navales, la Royal Navy ha tendido una emboscada al I Grupo de Exploración de la Kaiserliche Marine. Superados en número y potencia de fuego, los alemanes tratan de escapar
Comandado por el almirante Franz von Hipper, el I Grupo de Exploración cuenta con tres cruceros de batalla, un crucero acorazado, cuatro cruceros ligeros y dieciocho destructores. De su lado, los ingleses oponen cinco cruceros de batalla, siete cruceros ligeros y 35 destructores
A cola de la formación germana, la posición más expuesta en una batalla de persecución, está el SMS Blücher, el último y más moderno crucero acorazado de Alemania. Botado en Kiel en abril de 1908, desplaza 17.500 toneladas, mide 161 metros, da 25 nudos y porta 12 piezas de 210mm
La nave lleva el nombre del mariscal de campo Gebhard von Blücher, comandante de las fuerzas prusianas en Waterloo. El Blücher es más grande, más veloz y está mejor armado que cualquier otro crucero acorazado del mundo, pero no puede competir con los novedosos cruceros de batalla
El capitán Erdmann, al mando del Blücher, observa preocupado cómo los británicos recortan distancias y abren fuego. Parte de los disparos ingleses se concentran en el crucero de batalla Seydlitz, que sólo se salvará gracias al heroísmo de un maquinista
Acosado por el fuego de los cruceros de batalla, el Blücher tardará 26 minutos en responder debido al menor rango de sus cañones. Logra hacer blanco en la torre delantera del Lion. El proyectil no penetra el blindaje, pero las vibraciones del impacto desactivan uno de los cañones
Para entonces, el Blücher ha encajado varios proyectiles de grueso calibre del Lion, Tiger y Princess Royal que han dejado fuera de combate dos torretas, provocado un incendio y dañado la sala de calderas. La velocidad del crucero acorazado cae a 17 nudos. Es el principio del fin
A las 11:48, el Blücher está en llamas y escorado. El vicealmirante David Beatty, oficial al mando de los británicos en esta batalla, ordena al Indomitable, su crucero de batalla más lento, que remate al Blücher, mientras el resto persigue a los blindados alemanes en retirada
Sin embargo, un error en las comunicaciones provoca que los británicos se concentren en el Blücher y abandonen la persecución. Desde el puente de mando del dañado Seydlitz, el contralmirante Hipper no tiene más opción que abandonar al crucero acorazado a su (mala) suerte
Tras soportar durante dos horas el fuego de alguno de los cinco cruceros de batalla enemigos, al Blücher sólo le quedan dos de sus torres principales en servicio. Aún así, rechaza un primer ataque de fuerzas ligeras y deja fuera de combate al destructor Meteor, que será remolcado
Es demorar lo inevitable. Mientras los blindados ingleses siguen machacando al Blücher, el crucero ligero Aurora se acerca y alcanza con dos torpedos al barco alemán. A las 13.13, el crucero acorazado zozobra. Su tripulación trata de salvarse descolgándose sobre el casco volcado
El Blücher tarda diez minutos en hundirse. Tras cuatro horas de batalla, se va al fondo después de recibir dos torpedos y de 70 a 100 impactos. Los ingleses rescatan a los supervivientes, pero abandonan al ser atacados por el Zepelín L5, que confunde al Blücher con un navío rival
Aunque el sacrificio del Blücher salva a los cruceros de batalla Moltke, Seydlitz y Derfflinger, no deja de ser uno de los grandes desastres de la historia de la Kaiserliche Marine. Fallecen 792 de sus 1026 hombres, incluido el capitán Erdmann, muerto de neumonía en su cautiverio
8 de abril de 1940. Una flotilla alemana navega hacia Oslo, capital de Noruega. Al frente de la formación se sitúa el DKM Blücher, un barco tan nuevo que ha entrado en servicio con la Kriesgmarine apenas tres días antes. Ni decir tiene que se trata de su primera misión de combate
Botado en el astillero Deutsche Werke de Kiel el 8 de junio de 1937, el DKM Blücher es el segundo de los cinco cruceros pesados de la clase Admiral Hipper. La ceremonia de bautizo corre a cargo de Frau Erdman, la viuda del capitán del malogrado SMS Blücher de la I Guerra Mundial
El buque más moderno de Alemania mide más de 200 metros de eslora, desplaza 18.200 toneladas, alcanza 32 nudos y está tripulado por 1.382 hombres. Su armamento principal son ocho cañones de 203mm, distribuidos en cuatro torres principales, y 12 cañones dobles bivalentes de 105mm
El capitán Heinrich Woldag manda a una tripulación tan bisoña como su barco, pues por culpa del hielo, el Blücher pasa casi todo el invierno atrapado en puerto, sin poder practicar maniobras de combate, disparar sus cañones o realizar un entrenamiento realista en control de daños
Asignado al Grupo 5 de la Operación Weserübung, el Blücher navega junto al acorazado de bolsillo Lützow, el crucero ligero Emden, tres torpederos y siete dragaminas. Los buques transportan 2.000 soldados de la 163ª División de Infantería, 800 de los cuales van a bordo del Blücher
El objetivo de la operación es apoderarse de Oslo y capturar al rey y al gobierno noruego. El plan alemán implica que los barcos se infiltren en el Oslofjorden al amparo de la oscuridad de la noche y desembarquen a los soldados directamente en los muelles de la capital de Noruega
En su ruta de más cien kilómetros, los navíos tendrán que rebasar varias baterías costeras, navegando por aguas estrechas y sin espacio para maniobras evasivas. Pero los germanos confían en que los mal entrenados artilleros noruegos y sus viejos cañones no serán ningún peligro
El contralmirante Oskar Kummetz elige al 'Blücher' como buque insignia. A bordo viaja también el general Erwin Engelbrecht. Quizás para impresionar a su colega del ejército, Kummentz deja al Blücher en cabeza, en vez de arriesgar el Emden, el crucero más viejo de la Kriesgmarine
Es la madrugada del 9 de abril y el Grupo 5 surca el fiordo de Oslo. Los alemanes han perdido el factor sorpresa tras el combate entre el torpedero Albatros y el patrullero noruego Pol III. Y ya han dejado atrás a las baterías costeras de Rauøy y Bolærne y su ineficaz fuego
El siguiente escollo es la Fortaleza de Oscarsborg. Situada en dos islas conectadas por una pasarela, en medio del fiordo, cuenta con tres piezas de origen alemán de 280mm. Pero sus cañones Krupp datan de 1892 y la dotación está formada por reclutas con una semana de experiencia
Al mando de Oscarsborg se encuentra el coronel Birger Kristian Eriksen, de 64 años. No sabe si los barcos que se acercan son ingleses o alemanes. Y no tiene órdenes de Oslo. Aún así, alista su batería para el combate. "Acabaré en un consejo de guerra o con una medalla", proclama
Los alemanes avanzan en la oscuridad, con las luces apagadas y a 12 nudos, cuando los reflectores iluminan al Blücher, situado a 1.800 metros del fuerte. A esa distancia, ni siquiera los reclutas noruegos pueden fallar. Los cañones 'Moisés' y 'Aarón' escupen dos granadas de 280mm
Ambas hacen blanco. Se produce una explosión en el almacén de fuel y munición para los hidros del Blücher. 'Joshua', el tercer cañón de Oscarsborg, no dispara. Tampoco lo harán de nuevo 'Moisés' y 'Aarón', pues cuando los recluta los recargan, el Blücher está ya fuera de alcance
Otros fuertes, en cambio, sí disparan en varias ocasiones contra el Blücher. Los tres cañones de 150mm de la batería de Kopås y las piezas de 57 mm de Husvik alcanzan repetidamente al crucero germano, afectando a la superestructura y a la artillería ligera y antiaérea del barco
Pero Oscarsborg no ha dicho su última palabra. Los alemanes ignoran que la fortaleza cuenta con tres tubos lanzatorpedos. Y hay nueve torpedos almacenados y listos para su uso. El Kommandørkaptein Andreas Anderssen, un militar jubilado y pensionista de 61 años, está al frente
Anderssen, quien sirvió en los lanzatorpedos de Oscarsborg de 1909 a 1927, lleva un mes sustituyendo al oficial al mando, que se encuentra de baja por enfermedad. Sus armas son viejos torpedos del tipo 'Whitehead' de origen austro-húngaro, con cerca de cuarenta años de antigüedad
Con el Blücher a 500 metros de distancia, Anderssen da orden de disparar. Dos torpedos impactan en el crucero. El primero se estrella en la proa y apenas causa daños. El segundo, en cambio, da en mitad del casco, aviva el fuego, rompe mamparos y abre una peligrosa vía de agua
Aunque dañado, el Blücher sigue a flote. Woldag confía en salvar su barco, que renquea a baja velocidad, escorado 18 grados e incendiado. Una vez sobrepasados los fuertes noruegos y controladas las inundaciones, el crucero ancla para tratar de apagar los fuegos que asolan la nave
El Blücher dispara sus torpedos contra la orilla para evitar que exploten si les alcanzan las llamas. Pero a bordo hay más municiones. Una hora después de detenerse, el incendio afecta a un pañol de proyectiles de 105mm. Y al poco, el fuego alcanza un depósito de combustible
Dos grandes explosiones rompen más mamparos y comprometen la estanqueidad del barco, que se inunda lentamente. Finalmente, el 'Blücher' vuelca. Como su predecesor de la IGM, se mantendrá en la superficie durante unos minutos, dando a marinos y soldados la oportunidad de escapar
Parte del combustible derramado se incendia, matando a decenas de supervivientes. Otros, en cambio, tienen más suerte y lograrán cubrir a nado los 400 metros que les separan de la orilla, pese a que el agua está a tres grados. Finalmente, el Blücher se hunde de proa en el fiordo
Se desconoce el número final de fallecidos, que oscila entre los 330 y los 1.500 según sean las fuentes consultadas. Muchos de los supervivientes son capturados por soldados noruegos. Otros permanecerán hasta un día y medio en las rocas y a la intemperie, hasta que son rescatados
Por entonces, el resto del Grupo 5 ha dado la vuelta, tras confundir las explosiones de los torpedos con minas. Como resultado del hundimiento del Blücher, Oslo caerá varias horas después de lo planeado. Un margen que permite la evacuación del rey, el gobierno y el oro de Noruega
La isla fortaleza de Oscarsborg se rendirá el 10 de abril, tras ser sometida al bombardeo de 42 aviones de la Luftwaffe durante nueve horas. Noruega se rendirá justos dos meses después, aunque los noruegos en el exilio y la resistencia continuarán combatiendo contra los nazis
Eriksen sobrevive a la guerra y, como había pronosticado, termina siendo condecorado, al igual que Anderssen, con la Cruz de Guerra con Espada, el mayor honor de Noruega. El fuerte de Oscarsborg es hoy un monumento. Conserva los cañones y los torpedos que condenaron al Blücher
El capitán Woldag escapa del hundimiento del Blücher, sólo para morir en un accidente aéreo de un Ju-52, siete días después del naufragio de su barco. Se han rescatado restos de uno de los hidroaviones, las tres hélices y dos anclas del Blücher. Hoy se exponen en Oslo y en Drøbak
El pecio del Blücher reposa en el fondo del fiordo de Oslo, en la sonda Drøbak, semivolcado sobre su castillo de proa, a una profundidad de entre 64 y 90 metros. Los restos del crucero pesado alemán se consideran una tumba de guerra y están protegidos por las leyes noruegas
Hubo un primer Blücher, un aviso de 1877. Tampoco fue un navío afortunado. Tuvo una vida gris como buque escuela de torpedos en Alemania. Tras 30 años de servicio, el 6 de noviembre de 1907 una explosión en la caldera mató a 16 hombres y dañó tanto al barco, que fue dado de baja
Visto los precedentes y tras perder a más de un millar de marinos, como mínimo, en el SMS Blücher y en el DKM Blücher, el término cae en desgracia. Superstición o no, Alemania no ha vuelto a bautizar a ninguno de sus barcos con el nombre del ilustre mariscal prusiano. ENDE
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19 de enero de 1991. Tercer día de la Tormenta del Desierto. 14.30 horas. Siguiendo las órdenes del Cuarto Sector de Defensa Aérea, dos cazas Mirage F-1EQ del 89º escuadrón de la Al Quwwa al Jawwiya al Iraqiya despegan de la Base Aérea Saddam. Nombre en código del vuelo: 'León'.
A los mandos de 'León 2' va el teniente Ziad Al-Subhi Musa, un piloto inexperto pero deseoso de entrar en combate. En la cabina de 'León 1' viaja el capitán Hani Idris, un aviador experimentado y nada entusiasmado con la misión que le han asignado: interceptar a un grupo de F-15.
Aunque el norte de Irak es un teatro secundario, la USAF ha desplegado la 7440th Composite Wing en Turquía, con más de un centenar de aviones para atacar los principales objetivos militares e industriales de la zona, la mayoría de los cuales se concentra en Mosul, Irbil y Kirkuk.
28 de mayo de 1934. La Marinha Portuguesa alista oficialmente al que en ese momento es su navío más potente, el aviso colonial de primera clase NRP Afonso de Albuquerque. Diseñado para mantener la presencia naval en los territorios de ultramar, está destinado a hacer historia
Finales de 1961. La República de la India lleva catorce años disfrutando de su condición de país independiente, aunque en Nueva Delhi no están satisfechos. Los británicos se han marchado, pero Portugal mantiene tres enclaves coloniales en el subcontinente indio: Goa, Diu y Damão.
Agotada la vía diplomática -Lisboa se niega a negociar porque considera sus posesiones en la India parte de su territorio metropolitano-, el gabinete de Pandit Nehru decide acabar con 451 años de dominio luso y hacerse con las colonias por la fuerza. Es la Operación Vijay.
No debían liderar la misión, pero allí estaban, listos para soportar una vez más la brutal aceleración de la catapulta. En un parpadeo, el alferez de navío Terence Meredith Murphy y el alferez de fragata Ronald James Fegan estaban en el aire. Es la mañana del 9 de abril de 1965.
Murphy y Fegan pilotan el 'Showtime 602', un F-4B Phantom del escuadrón VF-96, número 151403. En principio, debían ser el punto del 151425, otro F-4B tripulado por el capitán de corbeta William E. Greer y el alferez de navío Richard R. Bruning. Pero ambos han terminado en el mar.
Un fallo en el motor de estribor durante el despegue desde el USS Ranger, había obligado a Greer y Bruning a eyectarse justo cuando su avión impactaba en el agua. Y aunque habían sido rescatados, no están en condiciones de liderar ninguna misión. Murphy y Fegan toman el testigo.
Octubre de 1919. La República Socialista Federativa Soviética de Rusia se tambalea ante el avance de los ejércitos blancos, apoyados por EEUU, GBR, Francia, Checoslovaquia, Polonia, Estonia, Lituania, Letonia, Rumanía, Serbia, Italia, Grecia, Australia, Canadá, China y Japón.
En el este, las fuerzas del almirante Aleksandr Kolchak han sido contenidas por Mijaíl Frunze, pero en el sur las tropas del general Antón Denikin y sus tanques ingleses han tomado Tsaritsyn (la futura Stalingrado), y ahora apuntan hacia Moscú, distante aún unos 400 kilómetros.
Pero es Petrogrado la urbe más amenazada por los blancos. Con la ayuda de británicos y estonios, el Ejército del Noroeste del general Nikolái Yudénich (18.500 hombres, 57 cañones pesados, 4 trenes blindados y 6 tanques con carristas ingleses) marcha hacia la cuna de la Revolución
31 de agosto de 1919. El submarino soviético Pantera sale a navegar al Golfo de Finlandia. Su objetivo es la Bahía de Koporye, donde los barcos británicos y estonios martillean a las tropas 'rojas' que frenan la ofensiva 'blanca' contra Petrogrado. Es una misión para la historia.
Alexander Zelenoy, Jefe de las Fuerzas Navales del Mar Báltico, quiere demostrar a su oponente, el contraalmirante Walter Cowan, que pese al reciente y espectacular ataque inglés a la base naval de Kronstadt, la flota 'roja' mantiene su poder de combate.
Para devolver el golpe a la Royal Navy, Zelenoy ha elegido al mejor de sus hombres: el teniente de navío Alexander Nikolaevich Bakhtin. A sus 24 años, el joven comandante del Pantera es el submarinista más capacitado de la Flota del Báltico. Y una estrella en constante ascensión.
En la cabeza del Primer Ministro aún resonaban las palabras del Secretario de Guerra. "Esta operación es una insensatez. No sólo no lograremos los objetivos, sino que sufriremos grandes bajas en el empeño". ¿Y si Winston Churchill tenía razón?, volvió a preguntarse Lloyd George.
Agosto de 1919. Gran Bretaña se dispone a acabar con la Flota Roja del Báltico. La coalición antibolchevique planea tomar Petrogrado, la capital de la Revolución, lo que exige eliminar la amenaza que suponen los acorazados y cruceros soviéticos para el flanco norte de la ofensiva
La misión recae sobre los hombros del contraalmirante Walter Cowan, oficial al mando del destacamento de la Royal Navy en el Mar Báltico, quien tiene sus propios motivos, entre ellos la seguridad de sus buques, para desear el hundimiento del Andrei Pervozvanny y del Petropavlovsk