ESPAÑA EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS EN BASKET MASCULINO (Super hilo)
1. Berlín 1936.
Estaba inscrita y aparece en los registros como participante, pero no se presentó a ninguno de los partidos, ni al de Estados Unidos en la primera ronda ni al de Alemania en la repesca.
El país caminaba ya hacia la destrucción más absoluta con tres años de guerra ininterrumpida. Hubiera sido interesante ver qué papel hacían los jugadores españoles, que un año antes se habían proclamado subcampeones de Europa en Suiza.
Los hermanos Alonso (Pedro y Emilio), Rafael Martín, Armando Maunier, Fernando Muscat, Rafael Ruano, Cayetano Ortega y Juan Carbonell hubiesen formado un equipo potente.
2. Londres 1948
España, todavía inmersa en las consecuencias de la Guerra Civil, solo acudió con 64 deportistas (cero medallistas) a los Juegos de Londres. Entre ellos no estaba su equipo de baloncesto, cuyas apariciones internacionales eran escasísimas.
Pero el nivel de su baloncesto no debía ser malo si apenas dos años después, en 1950, se clasificó para el Mundial de Argentina tras vencer a Finlandia, Austria y Bélgica, y perder por escaso margen ante Italia.
3. Helsinki 1952
España no se inscribió en la competición de baloncesto de los Juegos de Helsinki, y eso que por entonces su baloncesto gozaba de un buen nivel: en 1951 había sido subcampeona de los Juegos del Mediterráneo.
En plena época de aislamiento internacional, la representación nacional en la capital finlandesa fue muy escasa, con solamente 29 deportistas. Uno de ellos, Ángel León Gozalo, logró la plata en la modalidad de tiro.
4. Melbourne 1956
Como protesta a la invasión soviética de Hungría, España no acudió a Melbourne en deporte alguno, aunque curiosamente sí participó en los Juegos en las competiciones ecuestres, disputadas en Estocolmo seis meses antes por las normas australianas de cuarentena.
¿Qué hubiese sido del baloncesto nacional? Quizás bastante bueno: en 1955 la selección había ganado los Juegos del Mediterráneo al superar a Grecia, Italia y Egipto.
5. Roma 1960 (14º)
Por fin el baloncesto español llegaba a unos Juegos. Lo hizo después de clasificarse en el Preolímpico de Bolonia venciendo a Taiwán (83-55), Sudán (88-40), Surinam (77-54), Bélgica (81-71) y Canadá (60-49) y perdiendo solamente ante Checoslovaquia (64-52).
Como preparación, se disputó un partido amistoso ante los todopoderosos norteamericanos en Lugano (Suiza), con el resultado esperado (91-59), aunque buenas sensaciones de cara al esperado arranque.
La experiencia en Roma fue terriblemente agridulce. El debut resultó maravilloso, dando la sorpresa frente a Uruguay, que había subido al podio en los dos últimos Juegos. Victoria por 77-72 en la prórroga y camino allanado hacia la segunda fase.
Sin embargo, unos últimos minutos desastrosos ante la marrullera Filipinas tiraron por la borda todo el trabajo (84-82) y una nueva derrota ante Polonia (75-63) supuso la sentencia: tocaba jugar por los puestos 9º al 16º.
Físicamente mal preparado y sin Nino Buscató, lesionado ante Filipinas, España fue despeñándose, perdiendo frente a México (80-66), Francia (78-48) y Puerto Rico (75-65). El único consuelo fue ganar a Japón, y de milagro (66-64). Decimocuarto puesto final.
El equipo, dirigido por Eduardo Kucharski, lo formaron los bases Nino Buscató, Chus Codina y Joaquín Enseñat; los aleros Agustín Bertomeu, Miguel González, Lluis Cortés, José Nora y Emiliano Rodríguez y los pívots Jorge Guillén, Santiago Navarro, Alfonso Martínez y Juan Martos.
6. Tokio 1964
La selección, dirigida por Joaquín Hernández, dio un paso atrás y no se clasificó en el Preolímpico disputado en Ginebra (Suiza) del modo más cruel. Empezó ganando a Holanda (85-80) y Luxemburgo (88-58), pero cayó con claridad ante Francia (93-66).
Pero había remedio y se ganó a Gran Bretaña (97-67), Bulgaria (76-73) y Bélgica (82-78). Sin embargo, una sorprendente victoria de los búlgaros ante los franceses (69-68) provocó un triple empate que dejó a España fuera de la fase final por las plazas vacantes para Tokio.
Después, también renunció por motivos económicos a disputar un segundo Preolímpico en Yokohama. En la capital japonesa solo hubo 53 deportistas españoles (tres mujeres) que no consiguieron medalla alguna.
7. México 1968 (7º)
El gran papel de España, ya con Antonio Díaz-Miguel en el banquillo, empezó en el Preolímpico de Monterrey, en el que las victorias ante Indonesia (105-69), Uruguay (68-63) y Australia (85-66) acercaron la clasificación.
En la última jornada bastaba con una derrota por menos de siete puntos ante Polonia y así fue. Aquel 83-82 en contra escamó mucho a Uruguay, que se quedó fuera en el triple empate.
En la primera fase, España no tuvo opción ante USA (81-46), pero luego BATIÓ a Filipinas (108-79), Panamá (88-82), Puerto Rico (86-62) y Senegal (64-54). Las derrotas frente a Yugoslavia (92-79) e Italia (98-86) llevaron a ser cuarto de grupo, en la lucha por los puestos 5 al 8
La victoria se fue ante México (73-72) pese a haber ido por delante casi siempre y en un gran partido de Luyk (32 puntos), pero al menos se acabó con el buen sabor de superar a Italia (88-72), con el pívot nacionalizado (25), Emiliano (23) y Buscató (19) como estiletes. Séptimos
Los 12: los bases Juan Antonio Martínez Arroyo, Vicente Ramos, Luis Carlos de Santiago Zabaleta, Chus Codina y Buscató; los aleros Antonio Nava, Emiliano Rodríguez y José Luis Sagi-Vela, el ala-pívot Enrique Margall y los pívots Luyk, Lorenzo Alocén y Alfonso Martínez.
La gran ausencia fue la de Wayne Brabender, lesionado en el Preeuropeo de Mataró.
8. Múnich 1972 (11º)
España completó un larguísimo camino hasta la clasificación, ya que falló en el primer Preolímpico, disputado en Groningen, y tuvo que luchar la plaza en la ‘repesca’ de Augsburgo, apenas a diez días del inicio de los Juegos.
En Holanda le pesaron las derrotas ante Polonia (88-86) y Checoslovaquia (88-87), haciendo inútiles los triunfos ante Gran Bretaña (96-63), Hungría (96-67), Bulgaria (108-84), Italia (67-66), Francia (90-78), Suecia (93-77) y Holanda (102-79).
Fueron nueve días maratonianos de partidos. En el grupo previo, segunda plaza tras ganar a Suecia (77-67), Grecia (88-82), Canadá (94-68) y Finlandia (90-71) y perder de nuevo ante Polonia (82-78). Y en los cruces, felicidad al batir a Bulgaria (67-64) y México (75-69).
Todo eso para completar una actuación más bien gris en Múnich con un undécimo puesto final cuatro escalones por debajo de lo sucedido cuatro años ante en México.
El arranque fue bueno ante Australia (79-74), pero el revolcón contra Cuba (74-53) resultó de aúpa. Contra Brasil se estuvo a remolque (72-69) y, tras las obligadas victorias ante Egipto (72-58) y Japón (87-76), se concluyó la primera fase con dos nuevas derrotas...
...(72-56 ante Estados Unidos con buena imagen y 74-70 contra Checoslovaquia).
El equipo estaba agotado, como se comprobó ante la ‘bestia negra’ Polonia (87-76). Solo quedaba buscar el undécimo puesto ante el anfitrión, y se amarró (84-83 en la prórroga, 31 puntos de Luyk).
Díaz-Miguel se llevó a los bases Carmelo Cabrera, Vicente Ramos, Nino Buscató y Juan Antonio Corbalán; a los aleros Gonzalo Sagi-Vela, Jesús Iradier y Wayne Brabender; al ala-pívot Enrique Margall y a los pívots Luis Miguel Santillana, Rafa Rullán, Luis Miguel Estrada y Luyk.
Fue un equipo muy similar al que un año después se proclamaría subcampeón de Europa en Barcelona.
9. Montreal 1976
’Palazo’ para España, que no se clasificó. Optó por renunciar al Preolímpico de Edimburgo para evitar desgastarse, acudiendo directamente a la ‘repesca’ de Hamilton, ya en Canadá.
Había tres plazas y todo iba por bien cuando en la primera fase se ganó a Polonia (99-73), Holanda (97-86), Gran Bretaña (98-79), Bulgaria (115-79) y Suecia (91-78). Caer frente a México (73-72) fue un contratiempo porque era un resultado que se ‘arrastraba’, pero había solución.
En la fase final, y tras superar a Checoslovaquia (94-89) y perder ante Yugoslavia (96-71), todo estaba en juego el último día contra Brasil. Y no se dio talla: 109-100. Una locura (47-44 al descanso) en el que no hubo manera de parar a Carioquinha (25 saliendo del banquillo).
En España, 26 para Luis Miguel Santillana, 22 para Wayne Brabender y 15 para Manolo Flores.
10. Moscú 1980 (4º)
Buen Preolímpico en Ginebra, con victorias ante Hungría (97-50), Gran Bretaña (125-63), Polonia (107-81), Finlandia (107-92), RFA (85-59), Francia (103-100), Suecia (87-86) e Israel (100-89) y dos derrotas, frente a Checoslovaquia (70-68) e Italia (93-79).
España sufrió los días previos a la competición, ya que no pudo viajar con su emergente estrella, Epi, que estaba haciendo el servicio militar. Al final pudo incorporarse, siendo importante en la primera fase para vencer a Polonia (104-81) y Senegal (94-65).
Ante Yugoslavia, que terminaría proclamándose campeona, se dio una buena imagen, pese a caer 95-91. El referente era ‘Chicho’ Sibilio, que acabó promediando 20 puntos por partido.
En la fase final, tras el debut esperado ante la URSS (119-102), se consiguieron dos victorias decisivas (110-81 contra Brasil y 96-95 contra Cuba) que aseguraron estar en la lucha por el bronce. Hasta se soñó con algo más, pero Italia volvió a ser más fuerte (95-89).
Sin embargo, encontrarse otra vez a los soviéticos y su inspirado Sergei Belov en el último partido fue imposible de superar. Otra vez hubo un marcador ‘de correcalles’ (117-94). El cuarto puesto estaba, en todo caso, muy bien. Empezaba una época dorada de la selección española.
Antonio Díaz-Miguel se llevó a los bases José Luis Llorente, Corbalán y Nacho Solozábal; los aleros Wayne Brabender, Manolo Flores, José María Margall, Epi, Juanma Iturriaga y Sibilio (que solía actuar como ‘4’) y a los pívots Fernando Romay, Santillana y Juan Domingo de la Cruz
11. Los Angeles 1984 (plata)
Gran Preolímpico con 8 victorias en 9 partidos frente a Turquía (111-74), Suiza (111-78), Grecia (90-89), Suecia (97-76), RFA (99-78), Israel (120-97), Gran Bretaña (102-91) y Francia (117-102), cediendo solo en la final ante la URSS (119-92)
En la fase de grupos, el debut fue muy dificultoso ante Canadá (victoria 83-82), pero después todo fue como la seda, superando a Uruguay (107-90), Francia (97-82) y China (102-83). Hasta se plantó cara a Estados Unidos. Al descanso 46-41, pero 101-68 al final.
En el temido cruce ante Australia, José Luis Llorente ejerció como revulsivo y Fernando Martín y Epi estuvieron ‘de dulce’ con 25 puntos cada uno. El final fue electrizante, pasándose de un empate a 77 al 101-93 final.
La semifinal hasta inspiró canciones como ‘El imperio contraataca’, de Los Nikis. Ese “Mira cómo gana la selección / España está aplastando a Yugoslavia por 20 puntos arriba” se basa en el tremendo segundo tiempo, en el que hubo un parcial de 39-21.
Llorente genial en la dirección, José María Margall anulando a Petrovic, los dos Fernandos, Martín y Romay, mandando bajo los tableros... 74-61 y celebración como si se hubiese ganado el oro.
En la final, poco que añadir. “No estamos acostumbrados a tropezar con defensas tan duras. Nos sujetaban”, lamentaba Díaz-Miguel, que pese a todo mostraba su alegría. “Estoy muy satisfecho. Es el éxito más grande obtenido por nuestro baloncesto y hay que felicitarse por ello”.
Juan Antonio Corbalán se despidió aquel día del equipo nacional: “Ha sido un extraordinario final y apenas podía imaginar que fuera de esta manera, jugando contra los norteamericanos por el título. La derrota no empaña nuestro éxito global. Era imposible ganarles.
"Nadie pensaba que podíamos dar la sorpresa. Ellos han demostrado que juegan otro baloncesto y siempre nos deben ganar. Hicimos lo que estaba en nuestra mano”.
En una decisión muy polémica, Díaz-Miguel dejó fuera de los doce a Jordi Villacampa, que había jugado poco en París, y dio su puesto a José Manuel Beirán, que fue el menos utilizado en Los Angeles.
Los otros once fueron los bases Corbalán, Nacho Solozábal y José Luis Llorente; los aleros Epi, José María Margall y Juanma Iturriaga; los alas-pívot Fernando Arcega y Andrés Jiménez y los pívots Fernando Martín, Fernando Romay y Juan de la Cruz.
12. Seúl 1988 (8º)
Un maratoniano Preolímpico en Holanda dio la clasificación, no sin su dosis de suerte. Tras una primera fase tranquila (98-64 a Gran Bretaña, 118-62 a Irlanda, 103-97 a Suecia y 94-68 al anfitrión) llegó una segunda en la que España estuvo contra las cuerdas.
La derrota ante Italia (90-91) fue dura. Cumplir ante Francia (97-70) y RFA (106-96) abrió las puertas a una última posibilidad: ganar a Grecia, como así fue (91-84) y esperar el ‘favor’ de los griegos venciendo a su vez a los italianos, lo que también se cumplió (91-88).
El triple empate favoreció a España, a la que ya le dio igual caer frente a la URSS (horrible 129-82) y Yugoslavia (84-73).
En Seúl todo empezó bastante bien y acabó en pesadilla. Descontando la esperada derrota ante Estados Unidos (97-52) y las ‘palizas’ a Egipto (113-70) y China (106-74), los días claves eran ante Canadá y Brasil para evitar a URSS y Yugoslavia en cuartos y soñar con las semifinales
Y en ambos encuentros se ganó con buen juego: 94-84 el primero y un trepidante 118-110 en el segundo, sobreviviendo a los 55 puntos de Oscar que aún son récord en la historia de los Juegos.
Australia esperaba como posible víctima, pero un aluvión de triples de acabó dejando fuera a la selección de Antonio Díaz-Miguel de la lucha por el podio (77-74). La sensación de impotencia ante Gaze (28 puntos y cinco triples) fue tremenda.
José María Margall pudo empatar a falta de 25 segundos, pero su triple no entró (en total, España solo metió uno de siete intentos). “Nuestro problema es que no hemos sabido contraatacar como lo hacemos en otras ocasiones. Además, tuvimos muchos problemas en el rebote" (ADM).
El equipo quedó muy herido en su autoestima y descaradamente se dejó ir en la lucha de los puestos quinto al octavo, que fue el que se logró. Canadá (96-91) y Puerto Rico (93-92) fueron los últimos ‘verdugos’ en la capital surcoreana.
Eso no impidió que los jugadores españoles acabasen celebrando a base de vodka con los soviéticos, que acababan de vencer a Yugoslavia, el resultado de la gran final.
Los doce fueron los bases José Luis Llorente, José Antonio Montero y Nacho Solozábal; los aleros José Biriukov, Jordi Villacampa, José María Margall y Epi; los alas-pívot Fernando Arcega y Andrés Jiménez y los pívots Antonio Martín, Ferrán Martínez y Quique Andreu.
13. Barcelona 1992 (9º)
El horror, pese al alegrón que supuso ver a Epi como último relevista de la antorcha. Con un amago de huelga en las semanas anteriores en protesta por el tercer extranjero que pretendía implantar la ACB, el fin de ciclo en la selección española fue claro.
Ya el estreno no fue bueno frente a Alemania (83-74), pero la victoria ante Brasil (101-100) dio esperanzas de pasar a la segunda fase. Se podía esperar la derrota contra Croacia (88-79) pero nunca, nunca, nunca, la que se produjo ante Angola y por tan terrible margen (83-73).
De aquel negro día quedan tres datos abrumadores: el 0/10 en triples, los 21 balones perdidos y los 13 minutos hasta conseguir la primera canasta en juego en la segunda parte. Fue tristísimo despedir la primera fase sin opciones ante Estados Unidos (122-81).
La imagen mejoró algo en la lucha por intentar evitar el último puesto, con triunfos contra Venezuela (95-81) y, en una patética revancha, Angola (78-75). En el minuto final, varios jugadores se enzarzaron en una pelea que ensució más aún lo que debía haber sido una cita hermosa.
Los últimos doce de Díaz-Miguel, cesado unas semanas después, fueron los bases Rafa y Tomás Jofresa y Pepe Arcega, los aleros Jordi Villacampa, José Biriukov, Xavi Fernández, Alberto Herreros y Epi, el ala-pívot Andrés Jiménez y los pívots Santi Aldama, Orenga y Quique Andreu.
14. Atlanta 1996
Por primera vez no hubo torneos preolímpicos para decidir la clasificación. Las plazas de Europa se repartieron en el Eurobasket de Grecia un año antes, ocupando las cuatro primeras posiciones en juego Yugoslavia, Lituania, Croacia y Grecia.
La España de Lolo Sainz concluyó sexta, lo que la dejó fuera, sin posibilidad de repesca. Como además el equipo estaba clasificado para el Eurobasket de 1997 por ser anfitrión, estuvo dos años sin jugar un solo partido de competición oficial, algo que no sucedía desde los 50.
En España, la final USA-Yugoslavia ni se vio en abierto ni en directo: Canal Plus la emitió con media hora de retardo. Y eso que había un representante español en ella: el árbitro canario Miguelo Betancor, que vivió uno de los días más especiales de su carrera.
15. Sydney 2000 (9º)
Ocho años después, el regreso al torneo olímpico fue una pesadilla para España, que se había clasificado gracias a su brillante subcampeonato europeo en Francia en 1999.
Sin embargo, nada salió bien en Sydney, con las victorias en el primer y en el último partidos como únicas alegrías. Parecieron espantarse los fantasmas del pasado con un claro triunfo en el debut frente a Angola (64-45), pero después, frustración tras frustración.
Los triples de Chikalkin fueron una pesadilla frente a Rusia (71-63), Steve Nash repartió juego con Canadá (91-77), una técnica al banquillo desconcertó cuando mejor se estaba jugando ante Serbia (78-65) y Australia no dejó escapar la clasificación en la última jornada (91-80).
Quedaba solo dilucidar si se era noveno o décimo y se consiguió lo primero ante China (84-64), con los reservas cogiendo el protagonismo. Juan Carlos Navarro, en sus primeros Juegos, alcanzó los 19 puntos. Se despidió aquel día del equipo nacional Manolo Padilla, delegado 30 años
”Simplemente lo hemos hecho muy mal. Nos ha faltado esa competitividad que hemos tenido otras veces. Antes de los Juegos dije que íbamos a por medalla sabiendo que el grupo era durísimo. No lo hice por soberbia, por supuesto...
...sino para infundir entre los jugadores y en el ámbito del basket que el baloncesto español está bien. Me lancé al ruedo y el toro me ha pegado una buena cornada”. Es la lectura de Lolo Sainz, que dirigió sus últimos partidos de su laureadísima carrera como entrenador.
Sus doce seleccionados fueron los bases Raúl López y Nacho Rodríguez; los aleros Juan Carlos Navarro, Alberto Angulo, Carlos Jiménez, Rodrigo de la Fuente y Alberto Herreros; el ala-pívot Johnny Rogers y los pívots Roberto Dueñas, Alfonso Reyes e Iñaki de Miguel.
A veces se menciona por qué fue Rogers, a punto de cumplir los 37 años pero todavía un jugador útil con Panathinaikos, y no Pau Gasol en su mismo puesto. Humildemente creo que es un reproche injusto: el chico había promediado 3,9 puntos y 2,3 rebotes en el Barça aquel año.
16. Atenas 2004 (7º)
Inevitable frustración para el conjunto de Mario Pesquera. La imagen del equipo fue muy buena durante la mayor parte del campeonato. No hubo problemas en el estreno ante China (83-58, dejando en solo 12 puntos a Yao Ming).
También se impuso sin demasiadas dificultades al posteriormente campeón, Argentina, dos días después (87-76, gran día de Gasol y Calderón). El subcampeón también caería (71-63 contra Italia y Garbajosa estelar con 17 puntos), lo mismo que Serbia Montenegro (76-68).
Ya como campeones de grupo, hubo cierta relajación frente a Nueva Zelanda, a la que se sometió al final (88-84). Llegó aquel fatídico 26 de agosto en el que se encaró el cruce envenenado ante Estados Unidos.
La igualdad fue máxima durante casi todo el encuentro, que rompió Marbury con sus triples (cuatro) en la recta final. Resulta tremendo recordar que el entonces base de los Knicks acumulase en los cinco partidos anteriores 21 puntos y que en el de cuartos alcanzase los 31.
El esfuerzo del trío formado por Gasol (29), Calderón (19) y Navarro (17) no tuvo premio. E incluso hubo una desagradable escena final cuando, con 23 segundos por jugarse y marcador de 90-101, Larry Brown pidió un tiempo muerto que fue recriminado por Pesquera. Al final, 94-102.
España acabó como empezó: venciendo a China con claridad (92-76) y Gasol demostrando que, de haber llegado más lejos su selección, hubiese sido el mejor jugador del torneo: 37 puntos (14/16 en tiros) y 7 rebotes.
Aún es récord de anotación de la selección en unos Juegos. “Un séptimo puesto es casi nada. No hemos tenido suerte porque solo hemos perdido un partido, pero el más importante”, comentó aquel día, muy triste.
Pesquera se llevó a los bases José Manuel Calderón y Jaume Comas; los aleros Juan Carlos Navarro, Carlos Jiménez, Óscar Yebra, Rudy Fernández y Rodrigo de la Fuente; los alas-pívot Jorge Garbajosa e Iker Iturbe y los pívots Pau Gasol, Felipe Reyes y Roberto Dueñas.
17. Pekín 2008 (plata)
España ya lanzó un mensaje bien claro en la primera jornada, en la reedición de la final del Mundial: quería seguir haciendo historia y batió a Grecia por 81-66 incluso con Pau Gasol a medio gas (reserva y solo 19 minutos y 11 puntos).
Rudy Fernández alcanzó los 16. Dos días después, ante China, tampoco hubo relajación posible (85-75 y, esta vez sí, Gasol a lo suyo con 29). La placidez continuó ante Alemania (72-59 en el mejor día de Calderón, 15, y solo 11 para Dirk Nowitzki).
Fue preludio de una derrota quizás excesiva ante Estados Unidos (119-82), en la que solo se salvó Felipe Reyes (19 puntos y 8 rebotes). El 98-50 frente a Angola en el cierre del grupo fue un trámite y una exhibición de Gasol (31 puntos en 23 minutos).
En cuartos ante Croacia, la selección fue siempre por delante, desde un gran arranque (12-1) y con Pau apareciendo cada vez que era necesario (20 puntos y 10 rebotes) sin sobrecargarle (26 minutos). Al descanso, 37-26, y al final, 72-59. Los balcánicos no llegaron a estar a -10.
La iniciativa en la semifinal fue para España (30-25), pero un arranque triplista de Lituania le dio la vuelta (36-41). Los protagonistas secundarios fueron Felipe Reyes (13 puntos en 16 minutos) y Carlos Jiménez con sus robos y tiros libres (7/7). 91-86 y a soñar ante USA.
Muchos españoles que aquella mañana estaban ante el televisor lo consideran el mejor partido que han visto nunca. Y eso que su selección perdió, pero con una dignidad y una imagen increíbles.
Estados Unidos tuvo que esforzarse al máximo, tener un nivel de acierto bárbaro, para recuperar el oro que no tocaba desde hacía ocho años. 118-107 (¡69-61 al descanso!) fue el resultado de un choque con momentos imborrables, como el del mate de Rudy Fernández sobre Dwight Howard
Con 111-105 y 1.30 por jugarse, a Carlos Jiménez se le salió un triple que le hubiese dado más emoción al desenlace. Había muchos frentes que tapar, pero fueron los experimentados Dwayne Wade (27 puntos) y Bryant (20) los que acabaron desequilibrando.
España, pese a su inferioridad atlética, dominó el rebote (31-37) y encontró en Rudy (22 puntos en 17 minutos) a su mejor estilete, con Pau Gasol multiplicándose (21) y Juan Carlos Navarro tirando de su magia (18). Y todo con la ausencia pde Calderón, lesionado en la semifinal.
“Igual que yo veía por televisión los míticos partidos de Michael Jordan, ahora será este el que se vea”, dijo Ricky Rubio, para enfatizar lo histórico del momento.
No faltaron las quejas por el arbitraje, excesivamente permisivo con la forma de interpretar el reglamento de los estadounidenses. “Con otros árbitros que hubiera señalado los pasos creo que les podíamos haber ganado”, lamentaba Rudy Fernández.
“Ha sido un escándalo. Kobe Bryant roba un balón y da cuatro pasos... y no los pitan. Son cosas que no se deben permitir”, añadía Felipe Reyes, aunque sin perder la sonrisa de la boca.
Aíto García Reneses, elegido de forma apresurada seleccionador tras la polémica destitución de Pepu Hernández unos meses antes, eligió a a los bases Ricky Rubio, José Manuel Calderón y Raúl López...
...los aleros Juan Carlos Navarro, Berni Rodríguez, Carlos Jiménez, Rudy Fernández y Alex Mumbrú; el ala-pívot Jorge Garbajosa y los pívots Felipe Reyes, Pau Gasol y Marc Gasol.
18. Londres 2012 (plata)
Los problemas que dio Yi Jianlian (30 puntos y 12 rebotes) no fueron bastante para que España sufriese en el estreno ante China (97-81). Pau Gasol (21) estuvo espléndidamente secundado por Serge Ibaka (17) para dominar el juego interior (39-29 en rebotes)
El partido siguiente, ante Australia, se rompió en el tercer cuarto (10-23 de parcial) hasta un 82-70 final, esta vez con Rudy al mando de las operaciones (17). Llegaron los problemas: una victoria sufrida frente a Gran Bretaña (79-78)...
...y dos derrotas para cerrar la fase de grupos, ante Rusia (77-74) y Brasil (88-82). Esta última invitó a especulaciones maliciosas, ya que ser tercero en vez de segundo favorecía para evitar a Estados Unidos hasta una posible final. Navarro, baja en los tres primeros partidos.
El choque de cuartos contra Francia fue ‘calentito’. Los galos volvieron a encontrarse con España, como sucedió en el Eurobasket de Lituania un año antes. Ningún español superó los 14 puntos de Marc Gasol (10 de su hermano y 12 de Navarro).
Pero no hizo falta en una exhibición defensiva que dejó al oponente en solo seis puntos en el último cuarto. Con el choque decidido, en el minuto final los franceses hicieron varias faltas duras, sobre todo una de Nicolas Batum a Navarro que fue más una agresión. 66-59 y a semis.
España hizo una de las peores primeras partes que se le recuerdan en la etapa contemporánea, con 9 puntos en el primer cuarto y 11 en el segundo. Rusia aprovechó para coger once puntos de ventaja al descanso (20-31), pero no supo rematar.
La situación dio un giro entonces y el final fue incluso tranquilo (67-59). Pau Gasol (16 puntos y 12 rebotes) fue bien ayudado por Calderón (14), Marc (11) y Rudy (11). Clave dejar en solo 10 puntos solo a Andrei Kirilenko (2 de 12 en tiros de campo y 5 de 10 en libres).
En un partido final prácticamente calcado al de Pekín, España volvió a dar la cara admirablemente ante Estados Unidos, saliendo con un Juan Carlos Navarro espectacular (19 puntos en la primera parte).
Pau Gasol continuaba siendo la bandera de un equipo al que, sin embargo, le costaba frenar el constante bombardeo desde el exterior de los norteamericanos (7 de 10 en el primer cuarto, que acabó 35-27).
Sin embargo, el equipo mantuvo la calma y aprovechó un parón en el acierto de su rival para llegar al descanso casi a la par (59-58), aunque con problemas de acumulación de faltas).
Trece puntos seguidos de Pau a la vuelta de vestuario aumentaron las esperanzas (70-71, min. 25), afrontándose el último cuarto muy cerca (83-82). Fue entonces cuando USA cogió una renta muy difícil ya de levantar a base de tiros lejanos otra vez y cargando el rebote ofensivo.
107-100 y muchísimo orgullo, con 24 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias de un Gasol mayor respetado al máximo por sus rivales, que tuvieron en Kevin Durant a su máximo encestador (30), bien secundado por Kobe Bryant (17).
”Nos habíamos preparado para intentar ganar. Hay que digerir esta medalla para darnos cuenta de las grandes dificultades que hemos tenido este año y cómo lo hemos sacado adelante. Poner en dificultad a Estados Unidos tiene mucho mérito...
Nuestro equipo es un equipo con mayúsculas, es mucho más que las individualidades”, analizó Sergio Scariolo. “Hay selecciones que después de jugar con Estados Unidos se hacían una foto. Ya no es así. Pero incluso estando muy bien es muy difícil ganarles”, terció Rudy.
Seis jugadores y el seleccionador repitieron respecto a Londres (José Manuel Calderón, Rudy Fernández, los Gasol, Juan Carlos Navarro y Felipe Reyes) y otros seis eran nuevos (Sergio Llull, Víctor Claver, Serge Ibaka, Víctor Sada, Fernando San Emeterio y Sergio Rodríguez).
Y 19. Río 2016 (bronce).
El primer bronce español en unos Juegos tuvo miga. Tras dominarlo con cierta claridad, perdió en el debut ante Croacia (72-70, con tapón en el último segundo de Dario Saric a Pau Gasol) y, dos días después, volvió a tropezar, esta vez ante Brasil (66-65).
El equipo se quedó prácticamente sin margen de error para la segunda fase y las sensaciones no mejoraron con una victoria angustiosa frente a Nigeria (96-87).
Llegó entonces la necesaria transformación, como ya había ocurrido en otros torneos cuando venían mal dadas. Y de qué manera: 109-59 a Lituania en la repetición de la final del último Eurobasket y 92-73 a Argentina, lo que valía la segunda plaza de grupo.
Aparte del conmovedor rendimiento fijo de Gasol, los exteriores empezaron a unirse a la fiesta y la pareja de bases Ricky Rubio-Sergio Rodríguez se complementaba a la perfección.
La tónica fue la misma en cuartos de final contra Francia, el gran rival de los últimos años. Gasol, que levantaba el pánico en las filas galas, eligió ese día pasar el balón con maestría, generando espacios para un Nikola Mirotic atinadísimo (23 puntos y 5/8 en triples).
Recibió además muy buenos relevos de Willy Hernangómez (18 puntos y 6 rebotes). Al final, 92-67 y a semifinales.
Lo dicho: España plantó cara lo mejor que pudo a USA en semifinales, pese a su inferioridad terrible en el rebote y al hecho (decisivo, probablemente) que los tiros lejanos no entraron con fluidez.
Ganó dos cuartos, el segundo y el cuarto, y contuvo bastante bien a los norteamericanos. Cómo se echó de menos ese día a Marc Gasol, ¿verdad? El 82-76 acababa con el sueño de una generación de lograr el oro olímpico, pero dejaba la cabeza muy alta de cara al partido por el bronce
Apoteósico partido, claro. Brutal intercambio de canastas y errores, ese Gasol luchando con Patty Mills por mandar en el parquet, cada uno de esa manera.
Dos tiros libres de Sergio Rodríguez (gracias a una discutidísima falta, todo hay que decirlo) no pudieron ser contrarrestados en el último ataque australiano, cuando entre Ricky Rubio y Víctor Claver evitaron siquiera que se produjera un tiro que hubiese variado el 89-88.
Los doce, entrenados por Sergio Scariolo: Ricky Rubio, Sergio Rodríguez, José Manuel Calderón, Sergio Llull, Juan Carlos Navarro, Rudy Fernández, Víctor Claver, Alex Abrines, Pau Gasol, Nikola Mirotic, Felipe Reyes y Willy Hernangómez.
Hasta aquí llega este recorrido de 80 años. Espero que no se os haya hecho muy pesado. Está bien recordar la historia: la lejana y la reciente. ¡En los próximos días os iré contando más cosas del basket olímpico para ir calentando motores!

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19 Jul
Respecto a la renovación de @robertoblanco33 por el @Caceres_Basket, no por esperada deja de merecer una reflexión (aunque algunos se empeñen en decir que todo lo que yo digo sobre él está condicionado porque somos amigos desde hace 10 años, cuando entrenaba cantera). Dentro hilo
Pocas veces un entrenador ha gozado de tanta unanimidad entre la afición, y no sé si más por motivos deportivos o personales. Creo que es un síntoma de los tiempos que atraviesa el club: un proyecto modesto, familiar, que necesita caras cercanas con las que se identificarse.
Cuando Roberto está ahí abajo dirigiendo al equipo la sensación es que lo dirige en nombre de los no muchos que se sientan en la grada: todo naturalidad, implicación, tensión. Eso lo transmite muy bien: al principio todo parece postureo y te preguntas si es postureo o es real.
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