El 13 de agosto de 1961 los berlineses se levantaban con un disparate frente a sus ojos. Cientos de soldados se posicionaban frente a una alambrada que les impedía circular libremente por su ciudad.
Con los ojos del presente, quizá podríamos pensar que la población estaba al tanto y esperando una decisión así.
Pero en absoluto.
La sorpresa fue mayúscula para todo el mundo.
Por ejemplo,los trenes que cruzaban la ciudad, estacionaban en Teltow (DDR),pero pertenecían al sector occidental.
Para cortar el tráfico ferroviario, se quitaron algunas vías y nadie recordó esos trenes. Horas más tarde, tuvieron que volver a colocar las vías para devolverlos.
La sorpresa también llegó a los estudios cinematográficos de Babelsberg, donde Konrad Petzold rodaba su próxima película: Das Kleid (El vestido).
Sin embargo, siguieron rodando. Tenían un calendario muy ajetreado que cumplir.
Ese mismo 13 de agosto, en el "Berliner Zeitung" se anunciaba en el periódico que algunas semanas se estrenaría en la DDR "una sátira mordaz sobre un cuento de hadas".
Aunque sospecho que con la noticia de primera plana, poca gente leería la noticia de cultura.
Sin embargo, dos días después (el 15 de agosto), Konrad Petzold recibía una terrible noticia.
La película estaba VERBOTEN (prohibida, perdón que lo ponga en alemán, pero es que suena más fuerte).
Nadie entendía nada.
¿Censurada? ¿Por qué?
Lo cierto es que la película estaba yendo francamente bien. Habían conseguido convencer a la DEFA (la productora de la DDR) para rodar en Totalvisión, un sistema panorámico para las películas del este.
La actriz principal era "La Brigitte Bardot del este", Eva-Maria Hagen.
También conocida como la madre de Nina Hagen (ella se merece un hilo propio)
Pero sobre todo, contaba con el apoyo del partido.
Y si una película contaba con apoyo de las grandes esferas...todo era más fácil.
¿Y por qué estaba tan interesada la DDR en que triunfara la película?
Pues porque el argumento era la propaganda perfecta para el sector comunista.
"Das Kleid" era una sátira política disfrazada de cuento de hadas. Una reinterpretación del cuento de Andersen "El traje nuevo del emperador" en el que un dictador despótico y ambicioso que es engañado por dos jóvenes pícaros en pos de ayudar al pueblo.
La trama perfecta.
¿Y por qué acabo prohibida? Os estaréis preguntando....
Pues la culpa la tuvieron los decorados.
Más exactamente 7 metros y pico de decorado.
En un momento de la película, los dos pícaros tienen que superar un muro para entrar al palacio del emperador.
Repito por si acaso: dos chicos saltando un muro para entrar en un lugar lleno de riqueza y opulencia.
Los censores ni siquiera le dieron la oportunidad a Petzold de recomponer la película. Toda la película fue catalogada como "contrarevolucionaria" y "desleal al partido".
Podrías pensar que en realidad esa escena podría ser una crítica velada o una visión de lo que estaba por venir...
Pero el guionista, Egon Günther, nos asegura que no tenía ni idea de nada relacionado con el muro. Incluso el guion es de un año antes... con lo que parece difícil.
Pero tranquilos... Hoy he elegido esta historia porque es de las pocas relacionadas con el muro que tiene un final feliz.
En 1991, en el cine Babylon, se anuncia por fin el cartel de "Das Kleid".
Tras la caída del muro, Petzold y algunos otros integrantes del film se ponen a rodar las últimas escenas que faltan para acabar la película.
Incluso se "dobla" a algunos de los actores que han muerto durante los 30 años de parón.
Por fin, un 8 de febrero de 1991, Petzold y su equipo puede disfrutar de la película junto a lo que más habían echado de menos en todo este proceso: el público.
Muchas gracias por llegar hasta aquí, espero que hayas disfrutado de esta historia.
Ah y una última cosa. Moraleja: Las historias se escriben para ser leídas, vistas, escuchadas... por eso, te agradecería que retuiteara es hilo, comentaras o hablases de él.
Anexo 1: Aquí os dejo la única escena de la película que he encontrado. Así podéis ver el Totalvision y el toque Kitsch de Das Kleid.
Anexo 2: Hoy, al bajar a por el pan, me he encontrado con un cartel como este frente a mi casa.
La ciudad de Berlín ha realizado una acción por toda la ciudad colocando carteles sobre la construcción del muro.
Anexo 2 y medio: Y en Hermannplatz han colocado uno gigante que se quedará allí para recordar el momento.
Por lo visto, los carteles tienen un código QR para utilizarlos con realidad aumentada. Aún no los he probado, así que no puedo contar mucho...
Ni un hilo sin errata (y gorda): obviamente son 60 años de la construcción del muro.
Menuda metedura de pata!
Perdonen todos.
Por cerrar el tema de la construcción del muro, acabo de descubrir que la canción "Libre" de Nino Bravo está dedicada a Peter Fetcher.
Fetcher es una de las víctimas más famosas y todo un símbolo en Alemania. Murió al intentar saltar al lado oeste.
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El otro día, estaba charlando sobre libros con @anadal y me hizo una pregunta muy buena:
"¿Has leído algún libro realmente bueno últimamente?"
Le dije que sí.
Y me respondió: "Pues compártelos, porque encontrar libros buenos es muy difícil"
Y eso voy a hacer:
"Hilo de libros realmente buenos que he leído ultimamente"
Empiezo por el último que he leído y que acabo de terminar.
Vives en las cintas que me grabaste de Tob Sheffield.
Una delicia de libro que mezcla el amor y la perdida con toda la música de los 90. Escrito por un periodista de Rolling Stones que habla de su propia vida.
Tasmania de Paolo Giordano
Es del escritor de La soledad de los números primos, en este caso se mete en la cabeza de un periodista científico que ve su mundo caer, tanto exteriormente, como interiormente. Es profundo, muy de personajes, pero se lee como se bebe agua.
Seguimos de paseo por las tipografías de las estaciones de Berlín para conocer su historia.
Hoy viajamos hasta la estación de Anhalter Bahnhof, con una tipografía que todos podemos reconocer fácilmente: es Nazi.
Pero nos tenemos que hacer dos preguntas: ¿Por qué reconocemos esta tipografía como nacionalsocialista? ¿Y por qué se mantiene en esta estación hoy en día?
Para contestar a estas preguntas, nos teníamos que ir a la guerra, pero no a la que pensáis. A una guerra que duró más de 300 años: la guerra de tipologías.
Una guerra que comenzó con un libro.
Bueno con un libro no... con el libro que lo cambió todo: La biblia de Gutenberg.
No fue el primer libro impreso por Gutenberg, pero sí el más importante. Fue el primer texto que se imprimió de forma masiva, es decir, un libro que por primera vez iba a leer mucha gente.
Como Gutenberg quería que sus libros se parecieran lo máximo posible a los libros escritos a mano, decidió utilizar una fuente que fuera similar a los textos litúrgicos (además de que era pequeña y estrecha y le permitía imprimir pocas páginas), por eso eligió la tipo: Textura.
Esta fuente tipográfica se hizo popular, en el sentido de que el pueblo la entendía, por eso cuando en 1517, Martín Lutero clavó sus 95 tesis en la iglesia de Wittenberg, lo hizo con la fuente Fraktur, una fuente que evoluciona de la Textura de Gutenberg:
Así, las nuevas biblias impresas en alemán (y otros idiomas) utilizaban la Fraktur siguiendo los pasos de Lutero.
Pero... Pero..
Las biblias que se imprimían en latín utilizaban la fuente Antiqua, la tipografía que pronto adoptaría el resto de Europa, tanto para el latín como para sus lenguas autóctonas.
Así, durante más de 300 años, las dos fuentes rivalizaron en los países de habla alemana.
Dependiendo de la región y la religión, se adoptaba una y otra.
Hasta que en el siglo XIX llegó la época de las reivindicaciones nacionales y la creación de Alemania.
Por supuesto, dentro del movimiento nacional alemán, se tomó la fuente Fraktur como la tipografía propia de Alemania. Otto von Bismark, el gran precursor de la idea de nación, se vanagloriaba de leer solo textos en Fraktur.
Por eso, cuando Hitler llegó al poder, la tomó como la fuente del partido Nazi.
Todos los textos, carteles y octavillas del nacionalsocialismo, utilizaron la fuente Fraktur.
Era su tipografía... ¿o no?
Porque en 1941, Hitler declaró que esa tipografía era judía (cosa que por supuesto no era) y pedía abandonar esta tipografía.
La razón estaba muy clara, según Hitler "En 100 años, toda Europa leerá en alemán" y no podían hacerlo en la Fraktur que resultaba un obstáculo a la hora de leer.
Por eso prefería la Antiqua, fuente que toda Europa conocía y que permitía hacer llegar su propaganda.
(nota a pie de página, cuando veáis a alguien con un tatuaje nazi con la típica tipografía gótica, le podéis decir que Hitler prohibió esa fuente por judía, por las risas)
Y no es casualidad que Anhalter Bahnhof mantenga esa tipografía. Esta estación fue la gran estación de los años 30 y 40 en Berlín. Se dice que cada dos minutos salía un tren de sus andenes.
Y también fue el lugar más triste de la época.
Desde allí salieron los trenes cargados de judíos berlineses hacia los campos de concentración.
Por eso, cuando la estación fue destruida en la II GM, se rehizo una parada de tren nueva, pero en la superficie se dejó el antiguo pórtico gigante que servía de entrada a la estación, porque para los alemanes, el pasado nunca deber ser olvidado, tanto para lo bueno como para lo malo.
De ahí, que sea habitual encontrar la fuente Fraktur en muchas estaciones de Berlín creadas en aquella época.
Aquí os dejo unas imágenes de las diferentes tipografías, porque en este formato X solo me permite subir una foto, pero os recomiendo que leáis estas historias en IG (@yosoycorra) donde si puedes ver todas las fotos.
Por estas estaciones y algunas más, viajan mis personajes de El escritor y la espía, mi última novela que habla de trenes, espías y, sobre todo, literatura: