Thread by @Torremarte1

Abro hilo sobre la belleza y esplendor de las bibliotecas de la Cristiandad medieval, renacentista y barroca, una galería de imágenes que desmienten la Leyenda Negra del oscurantismo católico👇: #Bibliocastia
Agradezco a @DurhamWASP @MestreClaramunt algunas de las imágenes

En su célebre ensayo 'Por qué no soy cristiano' (1927) el filósofo británico Bertrand Russell hacía la siguiente descripción falaz de la relación entre Cristianismo y cultura: “el concepto de virtud de la Iglesia es socialmente indeseable en diversos aspectos; en primer lugar

y principalmente, por su menosprecio de la inteligencia y de la ciencia (…) La Iglesia ya no sostiene que el conocimiento es en sí pecaminoso, aunque sí lo hizo en sus épocas de esplendor; pero la adquisición de conocimiento, aun no siendo ya pecaminosa, es peligrosa”

Si un pensador tan perspicaz como Russell cayó en tan grosera falacia, ¿Qué no pensará una persona común sobre la cultura y la Iglesia? He pensado que una buena y sencilla refutación de esta falaz aseveración de Russell consistiría no en aducir textos (hay una infinidad) sobre

el valor de la sabiduría y todo tipo de cultura para la civilización cristiana sino en dejar que las imágenes hablen por sí solas. En este caso, imágenes de bibliotecas. La belleza y esplendor de las bibliotecas monásticas y universitarias de la Cristiandad medieval, renacentista

y barroca es tan rotunda que habla por sí sola. Heredera de la civilización clásica que monumentalizó por vez primera las bibliotecas (Alejandría, Pérgamo…), la Cristiandad ha sido la cultura más bibliófila de la historia humana.

Comencemos por las bibliotecas monásticas. Frente a la leyenda negra de una Iglesia enemiga de la cultura y de la ciencia, en realidad son los enemigos de la Iglesia, revolucionarios de todo pelaje, destructores de bibliotecas e incendiarios de libros, los que nos impiden conocer

estas bibliotecas en toda su grandeza, ya que la mayoría de ellas fueron destruidas dentro del furor iconoclasta de toda revolución, desde el XVI al XIX. Es por ello por lo que apenas quedan bibliotecas abaciales anteriores al siglo XIX en España, Francia o Inglaterra.

Bien debido al expolio de las desamortizaciones (España), la Revolución Francesa o la disolución monástica de Enrique VIII. Sus libros fueron quemados o vendidos y están hoy día en otras bibliotecas. Solo en el Sacro Imperio permanecieron incólumes.

Ahora que los ignorantes y los odiadores vuelven a clamar contra la Conquista española de América, parece oportuno comenzar por las bibliotecas monásticas del ámbito cultural de la Hispanidad. Debido a las desamortizaciones y las revoluciones no podemos mostrar una gran

biblioteca medieval monástica española. Sirva de botón de muestra esta, la de la abadía cisterciense de Santa María de Poblet (fund. 1150). Pedro IV el Ceremonioso decidió instalar en la abadía en 1381 la biblioteca real de la Corona de Aragón. Desgraciadamente, el monasterio,

que era también panteón regio, fue expoliado en 1822 por los somatenes liberales.

Por supuesto, la mayor y más bella Biblioteca de la Hispanidad es la Real Biblioteca de San Lorenzo de El Escorial. Fundada por Felipe II, un monarca bibliófilo y extraordinariamente culto, en su época fue la mayor biblioteca de Europa. Llegó a contener 4.000 códices manuscritos

y 600 incunables, además de 10.000 volúmenes impresos del siglo XVI. Su monumentalidad y esplendor son un desmentido en sí mismo de la Leyenda Negra de una España imperial oscurantista.

Pasando a los Virreinatos de las Indias, en el Perú encontramos dos joyas, legado de la ‘barbarie’ española en América. En primer lugar, la preciosa Biblioteca del Convento de Santo Domingo de Lima (25.000 volúmenes). En este Convento dominico comenzó a funcionar la primera

'universidad' (studium) de la América española, la Universidad de San Marcos (año 1551). También en el Perú encontramos esta otra maravilla: la Biblioteca del Convento franciscano de San Francisco de Lima (fund. 1531); 25.000 volúmenes

En el Virreinato de Nueva España la biblioteca más bella es una biblioteca de fundación episcopal: la Biblioteca Palafoxiana, instituida por el
obispo español Juan de Palafox, en el Colegio de San Juan (Puebla, México, año 1646)

Probablemente la biblioteca más esplendorosa del México virreinal en su estado original fue la Magna biblioteca del Colegio Imperial de Santa Cruz de Tlatelolco, pero fue expoliada y no queda nada que enseñarles
wikimexico.com/index.php/arti…

Si pasamos al ámbito del antiguo Sacro Imperio Romano, los territorios imperiales que permanecieron católicos han conservado las quizá más bellas bibliotecas abaciales de todo el Occidente cristiano gracias a verse libres de la depredación protestante de los monasterios.

Probablemente la biblioteca abacial más antigua del Imperio es la de la Abadía benedictina de Saint-Gall (San Galo, Suiza), creada en 740. Fue la biblioteca carolingia más importante: llegó a contener 5.000 códices; aunque fue expoliada en 1712 aún luce así la biblioteca barroca

En Austria encontramos estas bellísimas bibliotecas de abadías benedictinas. Primero, la abadía benedictina de Melk (Austria, fund. 1089; fund bib. S. XII)

En segundo lugar, la abadía benedictina de Admont (fund. 1074; fund. bib. S. XII). Contiene 200.000 volúmenes (1.400 códices medievales)

También en Austria encontramos estas bibliotecas benedictinas barrocas: Abadía de Altenburg (fund. 1144) y Abadía de Seitenstetten (fund. 1114)

En Alemania brilla con luz propia la biblioteca de la abadía benedictina de Metten (fund. 766): 35.000 volúmenes

Seguida por la de la abadía benedictina de Santa María Laach (Alemania, fund. 1093)

Si pasamos a las bibliotecas cistercienses, en Austria hay que mencionar las de las abadías de Heiligenkreutz (fund. 1133) y Schlierbach (fund. 1355).

En Alemania es particularmente bella la biblioteca de la abadía cisterciense de Waldsassen (fund. bib. 1423)

Pero no solo los monjes de la tradición benedictina-cisterciense construyeron magníficas bibliotecas en el Sacro Imperio. Una de las más bellas pertenece al Convento agustino de San Florián (Austria, fund. 1071)

Los premonstratenses también levantaron una preciosa biblioteca en Schussenreid (Alemania, fund. 1183)

También es premonstratense una de las maravillas de la Europa barroca, aunque su fundación fuera medieval: la biblioteca de Strahov (Praga; fund. 1143). Sus tres salas (construidas entre 1679 y el siglo XVIII) son cada una de ellas un monumento en sí mismas

En cuanto a las bibliotecas universitarias de la Cristiandad, tenemos mucho donde escoger, pero no son tan esplendorosas como las monásticas. Solo pondré algunas de entre las más bellas de la Europa cristiana, incluyendo la protestante, pues aquí hubo continuidad y no ruptura

Esta es la biblioteca de la gran Universidad de Salamanca, una de las más antiguas bibliotecas universitarias de Europa que se conservan en una de las cinco universidades más importantes de la historia de Europa (junto a la Sorbona, Bolonia, Oxford y Cambridge)

Biblioteca Joanina de la Universidad de Coimbra (siglo XVII). El edificio que la contiene es también singular, no solo su interior.

Terminamos este largo hilo con las maravillosas bibliotecas universitarias de Inglaterra. A diferencia de lo que sucede con la disolución monástica anglicana, que supuso la pérdida de un patrimonio espiritual, artístico y cultural de un milenio para Inglaterra, las universidades

anglicanas mantuvieron la tradición universitaria medieval. También en lo referente a las bibliotecas. Esta es la biblioteca de St John's College, Cambridge. Tuve el privilegio de ser un curso visiting scholar en este College y pude trabajar en ella.

Otra gran biblioteca de Cambridge es la de Trinity College, llamada Wren Library. En este caso estamos ante una biblioteca monumental cuyo arquitecto fue Sir Christopher Wren, el arquitecto de la Catedral de San Pablo de Londres

Y 'the other university'. Oxford cuenta con una biblioteca realmente única, una biblioteca no de un College, sino de toda la Universidad: la Bodleian Library (siglo XVII).

A la Bodleian cual luego se le añadió esta ampliación conocida como la Radcliffe Camera, un edificio singular.

En cuanto a los Colleges de Oxford, mis bibliotecas favoritas son las de Lincoln College y Merton College.

Se podría comparar el espíritu y la belleza que anima estas bibliotecas barrocas con la frialdad racionalista reflejada en este diseño de una biblioteca de la época de la Ilustración debido a Louis Boullée.

Y aquí acaba este viaje por las bibliotecas de la Cristiandad. Espero que sirva para deshacer algunos tópicos cristianofobos que empiezan a hastiar. Las bibliotecas cristianas, como las de la Antigüedad, son sanadoras del alma, no solo servían para alimentar la mente.