Desde 1979 se conoce por las radiografías y otras pruebas realizadas a la obra, que el fondo neutro escondía un cuadro de Cupido.
El problema radicaba en que no se sabía si había sido decisión de Vermeer el tapar ese cuadro dentro cuadro.
La restauración del cuadro comenzó en 2017. En una primera fase se retiraron los barnices que oscurecían la obra. Al hacerlo se mostraron evidencias de que el Cupido había estado "al descubierto".
El Cupido tiene craquelé. Y son estas grietas en la pintura las que prueban el menos durante cierto tiempo el Cupido estaba al aire.
Además la pintura que lo cubre tenía distintas propiedades que la del resto del cuadro.
Esto demostraba que el Cupido habría sido tapado posteriormente a que el cuadro fuese pintado por Vermeer entre 1657 y 1659.
Tras comentarlo con un comité de expertos internacional en Vermeer, se decidió retirar la pintura para mostrar la intención real del pintor.
Hay otro Cupido muy similar en el cuadro Joven tocando el virginal (1670-72, @NationalGallery), que sería posterior a este cuadro de Dresde.
Es muy común en la obra de Vermeer que se repita el atrezzo, lo que puede ser un indicativo de que pintase su entorno más próximo.
Al mostrarnos el Cupido, el cuadro pasa de tener una carga silenciosa y profunda, a adquirir un significado mucho más erótico y opulento, pues Cupido levanta su brazo izquierdo, mostrando una carta. Al poder nosotros ver el cuadro, somos capaces de intuir el contenido de la carta
La obra es el eje central de una exposición en la @skdmuseum, que se muestra con otras nueve pinturas de Vermeer y otros maestros del interior holandés que se inaugura el 10 de septiembre. gemaeldegalerie.skd.museum/en/exhibitions…
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Este dibujo cuenta una historia que a ojos del S. XXI puede no sorprendernos demasiado.
Pero que en el S. XVII un joven pintor vaya a conocer a una anciana artista, que además le saca más de 60 años, no era algo habitual.
#8M
En 1621, el joven Antoon van Dyck viaja a Italia. Tenía 22 años y ya arrastraba una considerable carrera a sus espaldas, después de haber recibido varios encargos del rey Jacobo I de Inglaterra y de su corte.
Retrato de Thomas Howard, segundo conde de Arundel (@GettyMuseum).
Van Dyck pasaría en Italia siete años. La mayor fuente de información de ese viaje es el Cuaderno Italiano (@britishmuseum), formado por unos doscientos folios de dibujos de estampas, obras de otros artistas, nuevas ideas y en algunos pocos casos personas que conoció en el viaje.
Hay un nuevo invitado en el @museodelprado que se va a quedar los próximos 2 años.
Vamos a conocer las obras que forman parte de La galería de arte Cornelis van der Geest, de Willem van Haecht (1628, Rubenshuis).
Durante el S. XVII surgió en Amberes el género de los Constkamers, donde se muestran las colecciones de arte de orgullosos mecenas.
Como Cornelis van der Geest, aquí retratado por Van Dyck (c1620, @NationalGallery).
Durante la visita de los archiduques Alberto e Isabel a Amberes entre el 15 y el 27 de agosto de 1615, estos conocieron la galería de arte de Cornelis van der Geest.
El coleccionista encargó esta pintura conmemorativa trece años después de la visita.
En Desayuno en la cama (1897, @TheHuntington), Mary Cassatt realiza un retrato muy cercano y tierno de su familia. Vamos a conocerla.
#Maestras
La bebé es Ellen Mary Cassatt, hija de su hermano menor Joseph Gardner Cassatt.
Mary Cassatt retrataría a su sobrina muchas veces y con diferentes técnicas. Como el óleo Ellen Mary con un vestido blanco (c1896, @mfaboston) o el precioso pastel (c1899, @metmuseum) donado por la propia retratada al Met.
La mujer de la cabra, de Maruja Mallo (1929, @FundacionBarrie) cuenta, casi sin enterarnos, los logros que llegaron a alcanzar las mujeres a principios del S. XX y la ruptura que esto supuso con la tradición anterior. De esto y de un poco de poesía vamos a hablar aquí.
#Maestras
En 1927, animada por su amiga la poeta Concha Méndez, la pintora viaja a Tenerife, donde su padre había sido destinado (era administrador de aduanas). Y es allí donde pinta esta obra en 1929 (de ahí su otro título: La isleña).
Hay múltiples elementos del paisaje tinerfeño en la composición, tanto las montañas escarpadas como el puerto amurallado con palmeras. Destaca en el lado derecho una gran planta de aloe vera.
Preciosa y poética la paloma con la cola de abanico.
Para celebrar el #Prado204 vamos a hablar de la única pintura de Rembrandt en el museo, que además es un caso de #RecuperArte al cambiar de título hace unos pocos años:
Judith en el banquete de Holofernes (1634).
La identificación de la protagonista como Judith es algo muy reciente.
Fue Teresa Posada, jefa del departamento de Pintura Holandesa, quien en 2009 se dio cuenta que algo no cuadraba entre el título oficial y la pintura.
Desde el S. XIX se interpretó la escena como la reina Artemisa preparándose para beber las cenizas de su marido y hermano Mausolo, para convertirse ella en su sepulcro viviente.