La dieta de los perros actuales es más omnívora que la de sus ancestros: los lobos. El cambio de dieta tuvo lugar durante el Neolítico, el inicio de las prácticas agrícolas favoreció una dieta de menos carne y más carbohidratos a partir del consumo de cereales.
En Europa se sabe que esta transición tuvo lugar entre hace 8.000 y 6.000 años, sin embargo la presencia de más genes de la amilasa para producir enzimas capaces de convertir el almidón en azúcares, no se vuelve frecuente entre los perros hasta mil años más tarde.
Un reciente análisis de heces fosilizadas de perros ayuda a explicar cómo los animales pudieron llevar a cabo el cambio dietético: antes de que sus genomas se adaptaran a su comida rica en plantas, su microbioma intestinal adquirió un perfil de digestión de almidón.
Los investigadores han secuenciado el ADN de 13 heces de perro fósiles, o coprolitos, hallados en una comunidad agrícola de la Edad del Bronce en Solarolo, cerca de Bolonia, unos fósiles que van de los 3.600 a los 3.450 años.
En las heces han encontrado restos de sus dietas compuestas principalmente de oveja, trigo y uvas, sugiriendo una dieta omnívora. Sin embargo, el ADN recuperado de los perros demuestra que tenían menos copias del gen de la amilasa que los actuales para procesar el almidón.
Sin embargo, el análisis de los coprolitos también identificó 56 especies de microbios estomacales de los perros antiguos, algunas de las cuales son comunes en los perros actuales, los cuales metabolizan el almidón produciendo sus propias enzimas amilasas.
Estas bacterias no solo estaban presentes, sino que el ADN microbiano recuperado muestra que tenían casi el doble de señal de amilasa de la que se observa en los microbiomas intestinales de los perros modernos.
Esto sugiere que cuando los perros comenzaron a comer más alimentos con almidón, sus flora bacteriana se adaptó rápidamente: las bacterias que eran mejores para descomponer el almidón debieron superar a otras bacterias y, por lo tanto, proliferaron en sus estómagos.
La nueva dieta de los asentamientos humanos, con mayor disponibilidad de vegetales en combinación con restos o cadáveres del ganado, supusieron una nueva condición intestinal que seleccionó a la comunidad de bacterias.
Los perros antiguos podrían haber aprovechado la energía del almidón antes de que sus genomas se adaptaran a la nueva dieta. Sin esos microbios, el almidón en la comida de los perros antiguos habría permanecido en gran parte sin digerir y se habría excretado.
La actual pérdida de biodiversidad podría ser peor de lo que hasta ahora se creía, o eso sugiere un nuevo análisis sobre las tendencias poblacionales de más de 71.000 especies de animales. Los resultados no son optimistas...
De hecho, indican que el declive de muchas especies no queda bien reflejado en la lista de la UICN. La categoría con el estado de conservación de las especies asignado por la UICN estaría indicando la situación de riesgo actual de las especies pero no su tendencia.
Y la tendencia es un aspecto importante, al final un proceso de extinción no es más que un fenómeno demográfico, es el resultado de un declive poblacional sostenido en el tiempo hasta llegar a un punto en el cual cambiar la tendencia no es posible y se extingue el organismo.
Las gaviotas escogen su comida en base a lo que ven comer a las personas. Un experimento demuestra que estas aves son excelentes aprendices sociales con un alto nivel de cognición. El experimento es realmente sencillo:
Supone exponer a las gaviotas dos bolsas de patatas: una de color rojo y otra verde. A 5 metros de distancia de las bolsas se sitúa una persona que a veces actúa como simple observador, y en otras como patatas de una bolsa roja o de una bolsa verde.
A partir de este diseño tan sencillo se ha visto que el 48 % de las gaviotas se acercaban a las bolsas de patatas cuando el experimentador estaba comiendo, pero solo un 19 % cuando no comía y solo observaba.
Las ballenas boreales o de Groenlandia, los mamíferos más longevos del mundo, raras veces se ven afectadas por el cáncer. Los animales más grandes tienen más células y por tanto deberían tener más probabilidades de desarrollar cáncer pero no es el caso.
Este fenómeno se conoce como la paradoja de Peto. De hecho, se ha observado que muchos animales masivos tienen tasas muy bajas de cáncer, entre ellos la ballena boreal: un animal que puede pasar de los 80.000 kilos y vivir más de 200 años.
Se ha planteado que los animales de gran tamaño tienen más mecanismos celulares de reparación de ADN, dando así la vuelta a las probabilidades de padecer un cáncer. Un nuevo estudio ha descrito el mecanismo en las ballenas boreales.
Durante mucho tiempo se ha creído que los vínculos afectivos de los topillos de las praderas (Microtus ochrogaster) se debían a la oxitocina, la popularmente conocida como "hormona del amor". Se atribuía a esta hormona su monogamia y lazos afectivos. Pero estábamos equivocados.
Estos ratoncillos campestres han sido muy estudiados en las últimas décadas por su inusual compromiso con la familia. Son de los pocos mamíferos socialmente monógamos que crían cachorros juntos y se aparean exclusivamente con sus parejas. Algo casi inusual entre los mamíferos.
Son tan sociales, que si a una pareja se le colocan las crías de otra pareja, los aceptan, adoptan y crían como si fuesen sus propios cachorros. Esto, también es inaudito para un roedor. Vamos, que son unos animales de lo más sociales y empáticos.
Nuevos análisis sugieren que los neandertales cazaban elefantes en Europa hace 125.000 años, lo que sugiere que o vivían en grandes grupos o hacían uso de técnicas para preservar la carne.
El trabajo se ha realizado analizando las marcas halladas en los huesos de hasta 70 elefantes y las piedras talladas de un yacimiento alemán de unos 125.000 años.
Las marcas de muchos de los esqueletos parecen indicar que los animales fueron despiezados y que se obtuvo meticulosamente toda la carne y grasa adherida a los huesos, incluso la de los pies.
El arte paleolítico siempre ha cautivado nuestra imaginación: tanto por sus impresionantes representaciones figurativas como por sus enigmáticos símbolos; a ello se suma un nuevo estudio que sugiere que puede haber ahí un sistema de protoescritura, sería el más antiguo conocido.
Existen más de 400 cuevas europeas con arte rupestre en sus paredes, algunas de ellas de unos 42.000 años, donde predominan sobre todo las formas animales: caballos, bisontes, ciervos, renos y otra fauna de la época.
Muchas veces estas representaciones gráficas van acompañadas, bien alrededor o dentro mismo de las figuras, de símbolos abstractos como rayas, puntos, cruces o asteriscos, cuyo significado lleva debatiéndose mucho tiempo.