Vamos a ver una serie de pinturas sobre los sentidos que son una colaboración entre Rubens y Brueghel el Viejo, en la que Brueghel representa el escenario y Rubens incorpora las figuras como alegorías de los sentidos acompañadas de amorcillos.
Todo un espectáculo para los sentidos, nunca mejor dicho.
Vemos a este amorcillo mostrando un cuadro y a la joven mirando la pintura religiosa de la curación de un ciego.
Está todo lleno de objetos y pinturas que poder observar, como esta Bacanal, de Rubens.
Está claro que es La Vista.
Vamos al siguiente sentido.
¿Las oléis?
El amorcillo le da a oler una flor.
Todo huele bien menos esto.
Estamos ante El Olfato.
El siguiente sentido lo vais a adivinar rápido.
Un sátiro ofrece muchos manjares a esta joven.
Podemos ver una pintura de las bodas de Caná. Un banquete.
Efectivamente es El Gusto.
En la siguiente pintura vemos a una joven tocando un laúd ante el amorcillo que escucha con atención.
Podemos ver a Orfeo y los animales representando el poder de la música sobre las bestias. Aquello de que la música amansa las fieras.
Es El Oído.
Y por último vemos a la joven rodeada de armaduras y cuadros de batallas que aluden al contacto físico con el amorcillo encima de ella.
Es El Tacto.
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El Síndrome de Procusto no es un trastorno clínico en sí mismo sino un comportamiento psicológico; es el rechazo hacia las personas que sobresalen; a la incapacidad para aceptar las virtudes de otros.
Pero, ¿quién era Procusto?
Teseo y Procusto.
Procusto tenía una posada en el camino de Mégara a Atenas e invitaba a los viajeros a tumbarse en uno de los dos lechos que poseía.
A los altos en el corto y para adaptarlos a la cama les cortaba los pies; a los bajos en el largo y estiraba violentamente de ellos para alargarlos.
Teseo, en su camino hacia Atenas para conocer a su padre Egeo, optó por atravesar el itsmo de Corinto que estaba lleno de bandidos y queriéndose parecer a Heracles dio muerte a todos los que se encontraba a su paso, como a Procusto y Sinis entre otros.
En esta preciosa pintura de Waterhouse vemos a una joven escuchando a través de una grieta de la pared. ¿Qué habrá detrás?
Su nombre es Tisbe y hoy nos vamos de viaje a Babilonia.
Durante el reinado de la reina asiria Semíramis vivían en casas contiguas los hijos de dos familias enfrentadas, Píramo y Tisbe, dos amigos que se enamoraron con el tiempo y que les prohibieron su amor. (¿No os recuerda a Romeo y Julieta?).
Pero el amor todo lo puede y encontraron un modo de hablar a través de una grieta en la pared.
Os presento un claro ejemplo de sororidad en la Antigüedad.
La obra se titula 'Las mujeres de Anfisa", de Alma-Tadema.
Vamos a fijarnos bien en estas mujeres y a entender qué está pasando ahí.
Vemos unas mujeres en el suelo del mercado de una ciudad con ropa ligera, el cabello suelto, descalzas, adornos vegatales... que se están despertando o siguen dormidas.
Van cubiertas con pieles de animales y coronas de hiedra.
Por todos estos atributos se las identifica como seguidoras de Dioniso.
No pedí el trono. No ansiaba la corona.
Fui reina durante nueve días.
Me llamo Jane Grey y os voy a contar mi historia.
🎨 La ejecución de Lady Jane Grey, Paul Delaroche.
Nací en 1537.
Fui educada en latín, griego y teología protestante.
Me enseñaron a pensar, no a reinar.
Pero en Inglaterra ser noble, joven y protestante era suficiente para acabar en el trono.
Y en la Torre.
Era bisnieta de Enrique VII, lejana en la línea sucesoria, sí, pero protestante y eso me convirtió en útil.
El rey Eduardo VI, hijo de Enrique VIII y Juana Seymour, estaba muy enfermo y su hermanastra, hija de Catalina de Aragón, María, amenazaba con revertir la Reforma.
Al observar la habitación, que parece de una torre, presenciamos a un híbrido de búho y humano involucradọ en una tarea que al principio parece pintura, pero que en realidad es mucho más. 🧵
🎨 Creación de las Aves, Remedios Varo. 1957
Sosteniendo un pincel de punta roja colgado de un instrumento y conectado al corazón, la figura aplica pigmento a un soporte. Sin embargo, esto es solo la mitad de la técnica; con un prisma en la otra mano, refracta la luz de una estrella lejana sobre un pájaro recién pintado.
De alguna manera, esta combinación da vida a la imagen, que, ahora animada, se levanta de la página y extiende sus alas para unirse a sus compañeros que vuelan hacia la ventana.