¿Tienes miedo a contaminarte por gérmenes? Quizás te veas identificado con la misofobia.
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La misofobia o miedo a la contaminación es una fobia específica a la contaminación de gérmenes y a la suciedad. Genera ideas irracionales y creencias distorsionadas y se relaciona con trastornos obsesivos de limpieza. En casos extremos impide salir de sus casas.
Puede llevar a las personas a adquirir un hábito constante de limpieza extrema de su entorno y a lavarse las manos de manera reiterada, en un breve lapso de tiempo. Cuando este comportamiento se repite, la misofobia se relaciona con el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
Además existen otras fobias relacionadas como el miedo a las bacterias, microbios y otros organismos relacionados a la suciedad o contaminación.
Algunas conductas o síntomas pueden ser: tocar objetos con muchísimo cuidado, en ocasiones con guantes. Tirar la ropa que ya fue utilizada. Negarse a compartir artículos personales. Lavarse las manos de forma obsesiva. Evitar el transporte público, pasamanos, contacto físico.
No existe una causa única por la cual las personas desarrollen este miedo. Pero personas ligadas a la medicina como médicos, odontólogos, entre otros tienden a tener una mayor probabilidad de sufrir esta patología.
Es decir, que a mayor conocimiento sobre algunas enfermedades relacionadas a la suciedad mayor probabilidad de sufrir misofobia.
También se cree que las publicidades de productos para limpieza y la cultura de la higiene en la sociedad pueden ayudar a desarrollar esta fobia.
Además al tener una fuerte relación con los trastornos obsesivos compulsivos o TOC los cuales generalmente comienzan en la infancia, no se descarta un componente genético.
Todas las fobias tienen tratamiento en común, entre los principales están la terapia cognitiva conductual, la terapia de exposición y la terapia para fobia con realidad virtual. También podemos incluir técnicas de relajación o ansiolíticos (siempre recetados por el profesional)
Aunque es muy importante remarcar que antes de cualquier tipo de tratamiento, la persona tiene que ser evaluada por psicoterapeutas o psiquiatras para poder llegar a un diagnóstico correcto y así, llevar a cabo el tratamiento adecuado para cada uno de los casos.