Hoy se ha puesto de moda J1407b, un exoplaneta que tiene 200 veces más anillos que Saturno. 
Produce escalofríos comprobar cómo esa estructura de círculos concéntricos es exactamente igual a la que, según algunas traducciones, Platón atribuía a LA ATLÁNTIDA.
Dicha descripción del mítico continente no fue una invención de Platón. Él se basó en el testimonio de otro sabio que le precedió:
Solón de Atenas.
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Solón de Atenas.
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Solón tampoco se inventó esa leyenda. A él se la contaron sacerdotes egipcios.
Para ellos no era un mito. Era algo real.
Para ellos no era un mito. Era algo real.
La ubicaban "más allá de las columnas de Hércules".
Durante mucho tiempo se creyó que con dicho término se referían al Estrecho de Gibraltar.
Pero el descubrimiento del planeta J1407b sugiere una teoría mucho más descabellada.
Durante mucho tiempo se creyó que con dicho término se referían al Estrecho de Gibraltar.
Pero el descubrimiento del planeta J1407b sugiere una teoría mucho más descabellada.
Al parecer, los egipcios se referían a LA CONSTELACIÓN DE HÉRCULES.
No ubicaban el origen de sus ancestros en nuestro planeta, sino en el espacio exterior.
Y según algunas traducciones no la definían como "continente", sino como un "astro".
No ubicaban el origen de sus ancestros en nuestro planeta, sino en el espacio exterior.
Y según algunas traducciones no la definían como "continente", sino como un "astro".
Esto entronca con otras teorías heterodoxas, según las cuales LA PIRÁMIDE DE MICERINOS está concebida para funcionar como UN TELESCOPIO ESPACIAL.
Un sofisticado artilugio de piedra cuya mirilla presenta una angulación concreta, que (hace 11500 años) estaba orientada hacia un punto concreto del firmamento.
Concretamente, hacia este punto rojo:
Ésa es la LENTE DE AKENOPHIS, hallada en la tumba de Tutankamon.
Para fabricarla es necesaria una tecnología que no está al alcance de nuestras nociones de ingeniería actuales.
Encaja a la perfección en el orificio telescópico de la pirámide de Micerinos.
Para fabricarla es necesaria una tecnología que no está al alcance de nuestras nociones de ingeniería actuales.
Encaja a la perfección en el orificio telescópico de la pirámide de Micerinos.
Y, según recientes simulaciones informáticas, si usásemos la lente de Akenophis para ampliar ese punto rojo del cielo de hace 11500 años...
... veríamos esto:
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