Thread by @guilleraugusto9

En 1977 un grupo de paleontólogos descubriría unos restos en una cueva recóndita de Siberia que cambiarían la paleoantropología y ayudarían a entender mejor la historia de nuestra especie y las que le precedieron. Este nuevo homínido sería conocido como los Denisovanos. #HilosDC7

Hace poco menos de 2 millones de años, surgió en África una especie que llevaría por primera vez a nuestro género fuera del continente: el Homo erectus. Estos humanos arcaicos consiguieron poblar gran parte de Asia y Europa mostrando una gran capacidad de adaptación.

Estos homínidos eran ya bastante parecidos a nosotros, con unas proporciones corporales idénticas y con cráneos no tan pequeños. Sin embargo, aun poseían un rostro simiesco, más parecido a homínidos anteriores que a nosotros.

Estos humanos arcaicos consiguieron poblar gran parte de Asia y Europa, desde el sur de Inglaterra hasta los bosques tropicales del Sudeste Asiático. Algunas de estas poblaciones asentadas en casi todo el planeta en el último millón de años darían lugar al Homo heilderbergensis.

Actualmente se piensa que esta especie fue la que dio origen a los Neandertales en Europa hace al menos de 250.000 años, y al Homo sapiens en el continente africano hace 300.000. Por aquí es donde entrarían los protagonistas de la historia de hoy.

Para entender su descubrimiento, tendremos que saltar unos cuantos miles de años y situarnos en 1977. Sobre estas fechas, el paleontólogo ruso N. D. Ovorov descubrió varios restos de un homínido no identificado hasta el momento en la Cueva de Denisova, en Siberia.

Esta gruta, compuesta por 3 habitáculos, la Cámara Sur y la Este conectadas entre sí por la Principal, fue excavada a lo largo de múltiples campañas arqueológicas hasta 2016. En ella se encontraron restos óseos de un total de 16 individuos.

Junto a estos restos humanos se ha encontrado lo que los arqueólogos denominan industria lítica, esto son herramientas formadas por fragmentos de roca tratada que era usada para cazar, cortar y procesar comida y materiales.

Lo más interesante de la industria lítica hallada en la Cueva de Denisova es que es posible observar la evolución de este tipo de herramientas en esta región, pudiendo trazar una cronología bastante detallada y contextualizada con la de yacimientos cercanos.

Estas herramientas van desde las más rudimentarias, en forma de espolón, del Paleolítico Medio, con casi 200.000 años, hasta la formación de complejos cuchillos mucho más refinados y con mangos confeccionados con hueso o madera con menos de 50.000 años de antigüedad.

También se han hallado objetos y tallados asociados al desarrollo de un pensamiento simbólico, como colgantes, abalorios tubulares y anillos fabricados a partir de dientes y huesos de animales, marfil o incluso cáscara de huevo de avestruz.

Entre los restos encontrados en Denisova se pudieron identificar Homo sapiens, Neandertales e incluso algunos de oso. Pero la mayoría de fósiles hallados pertenecían a un homínido nunca antes visto, que parecía tener muchas similitudes con los Neandertales.

No fue hasta 2010 que, a través de un análisis genético del individuo denominado como Denisova 3, descubrieron que estos restos no pertenecían a ninguna especie de homínido conocida hasta la fecha, por lo que le dieron el nombre de la Cueva en la que fueron descubierta.

Estos Denisovanos habían habitado la cueva desde hace 194.000 años, y se trataba de un grupo de hominídos que, sin saber todavía si formaban una especie propia, estaban estrechamente emparentados con los Neandertales, y se separaron de nuestro linaje evolutivo hace 800.000 años.

Los estudios de los fósiles de Denisova continuaron, y los análisis de denisova 5 revelaron que esta falange del pie con 50.000 años de antigüedad pertenecía a un Neandertal, el cual fue bautizado como “El Neandertal de Altai”. Este fósil fue importante porque permitió-

-identificar una pequeña región de ADN denisovano que era de origen Neandertal. Este hallazgo junto a la presencia de Denisovana y Neandertal en la Cueva durante más de 100.000 años llevó a pensar en posibles cruzamientos que pudo haber entre ambas especies.

Y esto fue confirmado en 2018, cuando los análisis de los retos de Denisova 11 identificaron a una chica de 13 años de padre Denisovano y madre Neandertal. Este era el primer fósil descubierto de un individuo híbrido (de padres de dos especies distintas) de primera generación.

Además, este análisis reveló también que el padre poseía un antepasado neandertal entre 300 y 600 generaciones atrás. Sin embargo, este antepasado del padre no provenía del mismo grupo que la madre: ella descendía de poblaciones de Croacia, mientras que él de Altai (Siberia).

Esto muestra una profunda complejidad en los movimientos poblacionales en los Neandertales: una primera población debió ocupar Siberia de la cual parte volvería a la región oriental europea como indican los restos neandertales encontrados en Vindija (Croacia).

Además, un hallazgo de estas características permitió afirmar que quizá los cruzamientos entre diferentes especies de homínidos estrechamente emparentadas eran más comunes de lo pensado en un primer lugar, además de proporcionar pistas para entender mejor los cambios migratorios.

Entonces, por ahora tenemos a unos homínidos que se separaron de nuestros antepasados hace 800.000, que parecen ser parientes cercanos de los Neandertales y que convivieron y que hibridaron con estos en la cueva de Denisova. Ahora bien, ¿dónde los situamos evolutivamente?

Esto hicieron los investigadores con el análisis de 3 tipos de ADN distintos: el mitocondrial, el cromosoma Y y el nuclear. Sin embargo, cada análisis databa la separación entre humanos y Denisovanos a edades distintas y los situaba en puntos distintos del árbol evolutivo.

Por un lado, el ADN mitocondrial situaba la separación con el Homo sapiens hace 400.000 años, y serían parientes cercanos de los homínidos hallados en la Sima de los Huesos (Atapuerca).

Por otro lado, el cromosoma Y en Neandertales indican una divergencia con humanos entre 800 y 400.000 años. Todo esto no coincidía con lo que decía el ADN nuclear, que situaba a los Denisovanos como grupo hermano de Neandertales, separándose ambos de los humanos hace 750.000 años

Para resolver este caos, los investigadores desarrollaron la siguiente hipótesis: inicialmente, los Neandertales y Denisovanos, siendo dos grupos estrechamente emparentados, poseían un DNA mitoncdrial y un cromosoma Y muy similar entre ellos.

Pero, hace aproximadamente 300.000 años, poblaciones de antepasados del Homo sapiens provenientes de África comenzaron a cruzarse con Neandertales, produciendo así una sustitución del ADN mitocondrial y del cromosoma Y.

Esto explicaría que, pese a tener un antecesor común más cercano los Denisovanos y Neandertales, estos últimos posean un ADN mitocondrial y un cromosoma Y más parecido al nuestro.

Pero el ADN de estos restos fósiles no solo les sirvió a los investigadores para dilucidar la historia de estos homínidos, sino también, a través de la epigenética, para recrear su aspecto y anatomía.

Esto es las diferentes marcas y señales que se incluyen en la molélula de ADN, sin modificar su contenido, que le indican a la célula con que intensidad se expresa un gen o conjunto de genes.

A través de estas pautas de expresión consiguieron obtener una reconstrucción anatómica de un individuo denisovano bastante precisa, muy similar a la neandertal. Tenían una estatura más reducida que nosotros, pero eran más robustos, con un pecho y unas caderas más anchas.

En cuanto al cráneo, es muy similar al neandertal, pero más ancho, con una capacidad craneal ligeramente superior al Homo sapiens y con una región superior de los ojos bastante prominente (torus supraorbitario).

Sin embargo, la Cueva de Denisova no ha sido el único yacimiento en albergar restos de estos homínidos. En 1980 un monje budista encontró media mandíbula en la Cueva en el Tibet que no serían analizados hasta el 2019, revelando la antigüedad de este fósil en 160.000 años.

Además de ampliar el registro fósil (el más antiguo encontrado hasta la fecha) y la distribución geográfica de este grupo, este fragmento mandibular nos ha ayudado a entender los procesos de adaptación de estas poblaciones de homínidos a ambientes de gran altitud.

Análisis genéticos han revelado que actuales poblaciones tibetanas y de sherpas poseen variantes genéticas derivadas de los Denisovanos, las cuales les han ayudado a adaptarse a esta región tan hostil para la vida como puede ser la Cordillera tibetana.

Pero quizá lo más revelador sobre los Denisovanos y que utilizaré para cerrar esta historia, es que dejaron su huella en algunas de las poblaciones actuales que habitan el Sudeste Asiático la cual será muy útil para entender nuestra llegada a este continente.

Los análisis genéticos han revelado que algunas poblaciones poseen hasta el 6% de ADN de origen Denisovano. Sin embargo, este material genético no está presente en todo el continente asiático, sino que se encuentra principalmente en el Sur y Sureste.

Esta falta de ADN Denisovano en el resto de Asia llevó a hipotetizar sobre como se produjo estos cruzamientos y como llego nuestra especie al continente. La ocupación de Asia por el Homo sapiens ocurrió en sucesivas migraciones a en los últimos 70.000 años aproximadamente.

Las primeras poblaciones, que se asentarían en los archipiélagos del Sudeste Asiático debieron coincidir con los Denisovanos en esta región con los cuales se cruzarían acabando con esa carga genética que perdura hasta el presente.

El resto de migraciones acabarían por ocupar el resto de Asia y no entrarían en contacto con los Denisovanos o este contacto no se vería reflejado en el material genético. Esto confirmaría otro evento de hibridación, además de aumentar la distribución geográfica de este grupo.

Esto nos permite vislumbrar las complicadas dinámicas migratorias que acompañan a nuestra especie en su proceso de expansión global a lo largo de los últimos 100.000 años y los encuentros con el resto de especies del género Homo presentes en ese momento.

Espero que hayáis aprendido un poco de la historia de estos homínidos que conocemos hace poco más de 10 años. Habrá que estar atento a nuevas noticias, seguro que seguirán dando de qué hablar. Por último, dar las gracias a Desgranando Ciencia por esta iniciativa.