El futuro de las vacunas puede parecerse más a comer una ensalada que a recibir una inyección en el brazo. Unos científicos trabajan en la posible modificación de plantas comestibles como la lechuga para que sean además fábricas de vacunas de ARNm.
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La tecnología del ARN mensajero o ARNm, utilizada en vacunas contra la COVID-19, funciona enseñando a nuestras células a reconocer microorganismos nocivos y protegernos contra las enfermedades infecciosas que éstos provocan.
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Una de las limitaciones de esta nueva tecnología es que las vacunas deben conservarse a baja temperatura para mantener su estabilidad durante el transporte y el almacenamiento.
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Si tiene éxito el nuevo proyecto del equipo de Juan Pablo Giraldo, profesor en la Universidad de California en Riverside, las vacunas de ARNm de origen vegetal (que se pueden comer) no sufrirían esa limitación, pudiendo almacenarse a temperatura ambiente.
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Los objetivos del proyecto son 3: demostrar que el material genético necesario puede introducirse con éxito en la parte de las células vegetales donde se replicará, demostrar que las plantas pueden producir suficiente ARNm para competir con una vacuna administrada
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mediante la inyección tradicional y, por último, determinar la dosis adecuada.
Lo ideal sería que una sola planta produjera suficiente ARNm para vacunar a una persona.
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"Estamos probando este enfoque con espinacas y lechugas y tenemos el objetivo a largo plazo de que la gente pueda cultivar sus vacunas en sus propios jardines", explica Giraldo. "Los agricultores también podrían llegar a cultivar campos enteros de vacunas".
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La clave serán los cloroplastos, pequeños órganos de las células vegetales que convierten la luz solar en energía que la planta puede utilizar. Son diminutas fábricas energizadas por la luz solar que producen azúcar y otras sustancias que permiten a la planta crecer.
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También son una fuente potencial de otras sustancias que interese que elaboren.
Giraldo ya demostró anteriormente que es posible que los cloroplastos expresen ciertos genes que no forman parte de la planta de forma natural.
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Para trasladar a los cloropastos de las plantas la información genética para elaborar vacunas se utilizarían cápsulas basadas en nanotecnología, desarrolladas por el equipo de Nicole Steinmetz, profesora de nanoingeniería en la Universidad de California en San Diego.
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Fuentes: Noticias de ciencia, imágenes tomadas de internet
Vista desde el hemisferio sur la Vía Láctea contiene no solo las estrellas de la Cruz del Sur, sino también el sistema estelar más cercano a nuestro Sol: Alpha Centauri. El polo sur celeste, está ubicado justo encima de la pequeña isla en la imagen (Isla Madivaru, Marzo-2022)
La calle de la Quemada se ubica en lo que hoy es la trascurrida calle Jesús María, la cual atraviesa Corregidora, Venustiano Carranza, República de Uruguay, entre otras. La leyenda que se esconde en ese sitio surgió en la época colonial, en tiempos de la Nueva España.
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A mediados del Siglo XVI, la Nueva España estaba regida por Don Luis de Velasco I. Don Gonzalo Espinosa de Guevara vivía en el Centro histórico con su hija Beatriz, ambos españoles llegados de la Villa de Illescas, trayendo una gran fortuna.
Cuando dos planetas pasan por el cielo nocturno, se pueden ver uno cerca del otro durante una semana o más. Venus y Marte pasaron a 4° uno del otro a principios de marzo. La imagen fue capturada unos días antes, cuando Venus ascendía, mientras Marte se ponía (Teresópolis, Brasil)
Una gran eyección de masa coronal ocurrió en el Sol a principios de este mes, arrojando una nube de electrones, protones e iones de rápido movimiento hacia la Tierra, acercándose un máximo en su ciclo magnético solar de 11 años, las auroras como ésta seguramente continuarán.
Para este fin de semana, veremos una leyenda prehispánica del estado de Morelos. La leyenda del Tepozteco se refiere tanto al Cerro del Tepozteco como a Tepoztécatl, Señor de Tepoztlán.
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La leyenda del Tepozteco inicia con una doncella que acostumbraba bañarse en la barranca de Atongo. En aquellos días se decía que en las barrancas daban “aires”, cosa que la joven no creyó. Después de un tiempo notó que estaba embarazada.
El rostro de la imagen probablemente sea uno de los más reconocibles por los cinéfilos, sin embargo el hombre de la foto no es el real, es una CGI hecha por un equipo de especialistas del Dartmouth College en USA. La manipulación de fotos es cada vez más difícil de detectar.