Un muy buen hilo que detalla una problemática gorda de la gimnasia en la escuela.
Saqué muy deficiente en gimnasia durante años y crecí sabiéndome un gordo torpe y lento.
Hace diez años me hice runner y llegué a correr seis kilometros del tirón hasta que me atropellaron (no fue mientras corría). Luego pasé a hacer 40 piscinas todos los días hasta que las infecciones en el oído me hicieron dejarlo.
Hace cuatro años empecé a hacer ejercicio con un entrenador y al llegar la pandemia podía hacer sentadillas sobre una pierna con 12 kilos en cada mano y series de flexiones sin pestañear. Pese al sobrepeso.
Ahora he perdido forma y tengo que empezar de nuevo, pero ya sé de qué soy capaz. No soy especialmente veloz ni ágil, hacer ejercicios en el suelo mirando arriba me da vértigo y me es muy fácil petarme las cervicales sin querer. Pero me sienta muy bien hacer ejercicio.
Estoy más activo, tener la espalda fuerte hace que tire los hombros hacia atrás y no me duelan las cervicales y tengo mejor salud.
Pero si hago ejercicio ahora es pese a haber hecho gimnasia en el colegio, no gracias a ello. La gimnasia en la escuela debería replantearse.
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Tras nuestro primer gran combate con las reglas y despues de releerlas y aprender mucho, seguimos camino de La mina de la desesperación.
Y una vez en su interior, demostramos que somos todos buenos lectores de Tolkien y que Moria nos marcó muy fuerte.
Me estaba haciendo el misterioso colgando un par de capítulos a la semana, pero eso es incompatible con ser un despistado, así que allá van todos los capítulos que quedan.