La Biblia fue escrita en un lapso de más de
1.000 años por muchos hombres diferentes. El AT y el NT juntos forman las Escrituras cristianas; la Biblia hebrea la forma sólo el AT. En el AT el pueblo de
Dios se relacionaba con él en base
al pacto mosaico y sus sacrificios como paga de sus pecados. En el NT el pueblo de Dios se relaciona con él en base al nuevo pacto que se estableció por medio de la vida, muerte y resurrección de Jesús.
Algunos de los escritores del AT se valieron de la información escrita más
antigua (Josué 10:13; 2 Samuel 1:18), la tradición oral (información transmitida fielmente y con exactitud en forma oral de una generación a otra; (Deuteronomio 6:20-25; 26:5-9), palabras dictadas por Dios (Éxodo
20:1-17; Deuteronomio 10:4; Isaías 8:1, 11) e información basada en
visiones dadas por Dios (Isaías 1:1; 2:1; 6:1; Apocalipsis 4:1, 2). A lo largo del tiempo los escribas preservaron cuidadosamente estos escritos.
El NT cuenta con menos autores dentro de un período de tiempo menor de los 100 años. Las cartas de Pablo son probablemente los
escritos más antiguos. El relato de la muerte y resurrección de Jesús fue escrito en forma de Evangelios. Estos escritores del NT también se basaron en información de testigos oculares, en la tradición oral (1 Cori 15:1-9; 2 Tesalonicenses
2:15) y en informes escritos (Luc 1:3).
IDIOMAS
A. HEBREO: El hebreo es el idioma principal en que fue escrito el AT. El hebreo es un idioma semita hablado por los judíos antes del exilio y que mucho más adelante (1948) fue revivido y adoptado como idioma oficial del Estado actual de Israel. El texto hebreo del AT
contenía sólo consonantes. Las indicaciones vocales fueron agregadas en el siglo VI d.C. por eruditos
judíos llamados masoretas, con el fin de preservar la pronunciación y el significado del texto. A continuación vemos el texto hebreo de Génesis 1:1;
las letras grandes son consonantes, los pequeños puntos y líneas arriba y debajo de las consonantes son las vocales y las ayudas para su pronunciación.
B. ARAMEO: El arameo era el idioma internacional al final de la era del AT y el idioma hablado en Palestina en el tiempo de Cristo. Algunos pasajes en Esdras,
Daniel y Jeremías fueron escritos en arameo, igualmente algunas palabras y frases en los Evangelios. El arameo se asemeja
al hebreo en su forma escrita.
C. GRIEGO: El NT fue escrito en griego “común”, el idioma de uso diario en el mundo de los negocios en el sector de habla griega del Imperio Romano. Este
griego común, conocido también como Koine (de la palabra griega “común”) o griego helenístico
difundido por Alejandro el Grande a todo el mundo
mediterráneo, era una versión simplificada del griego clásico.
A continuación aparecen las primeras palabras de Juan 1:1 en griego.
TEXTOS Y VERSIONES:
El AT fue escrito originalmente en pieles de animales (llamadas vitela o pergamino) o en *papiro (un papel para escribir hecho de la planta de papiro).
Como el AT era considerado la Palabra sagrada de Dios, al hacer nuevas copias los escribas preservaron
cuidadosamente cada letra y palabra del texto
original. Antes del descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto, los manuscritos hebreos más antiguos databan de alrededor del año 1000 d.C. Empezando alrededor del año 500 d.C. escribas llamados
masoretas agregaron un sistema de
vocales al texto hebreo que sólo tenía consonantes (ver arriba), produciendo el Texto Masorético. Este texto es la base de las ediciones modernas críticas y de las traducciones castellanas de la Biblia hebrea.
LOS ROLLOS DEL MAR MUERTO, que datan desde 200 a.C. a 100 d.C. y
fueron descubiertos a partir de 1947, incluyen copias enteras o fragmentos de todos los libros del AT, con excepción de Ester.
SEPTUAGINTA es el nombre de una traducción griega del AT que fue hecha entre 250 y 150 a.C. Esta es una herramienta de valor para traducir la Biblia.
Las traducciones coptas y siriacas de la Biblia aparecieron durante el segundo y tercer siglos d.C.
EL NT GRIEGO ORIGINAL probablemente fue escrito en papiro y enrollado para formar un *rollo o doblado para formar un códice (libro). Hay una buena cantidad de copias o fragmentos
del NT griego, muchas de ellas bastante antiguas. El Códice Vaticano data de mediados del siglo IV d.C. y contiene la mayor parte del AT y NT. El Códice Sinaítico data del siglo IV y contiene fragmentos del AT y el NT en su totalidad. El Códice Alejandrino data
del siglo V y
contiene casi todo el NT.
LAS VERSIONES LATINAS de la Biblia completa ya existían para el año 250 d.C. aunque en general eran de baja calidad. En el año 382 d.C. un erudito llamado Jerónimo empezó una traducción latina de la Biblia. Debido a su amplia aceptación, esta traducción
fue conocida como la versión Vulgata (común).
Jerónimo tradujo directamente del texto hebreo con referencias a la Septuaginta. Para el año 405 d.C. había completado su obra. La versión Vulgata fue la Biblia católica romana autorizada durante 1.200 años.
A continuación se presenta un breve resumen de algunas de las versiones castellanas más importantes. Casiodoro de Reina hizo la primera traducción
completa de la Biblia en español, basada en las lenguas originales (hebreo, arameo y griego) y fue publicada en 1569. No hay duda de
que su traducción del NT se valiera de algunas de las labores anteriores de Francisco Enzinas, cuyo NT apareció en 1543, y Juan Pérez, cuyo NT apareció en 1556. Es conocida como la Biblia del Oso por el grabado de un oso sacando miel de un panal, que se encuentra en la portada.
Reina, por su fe evangélica, fue perseguido en España, donde terminó su traducción. Y fue en Basilea, Suiza,
donde la publicación se realizara en septiembre de 1569.
Cipriano de Valera, antiguo compañero de monasterio de Reina, en España, revisó la traducción de Casidoro,
logrando publicar el NT en 1596, en Amsterdam, Holanda, y la Biblia completa en 1602. A veces su Biblia, en la edición original, es conocida como la Biblia del Cántaro, por el grabado que lleva en su portada. Por muchos años la revisión de Cipriano se conoció como la Versión
de Valera.
Durante el siglo XX, gracias a los esfuerzos de las Sociedades Bíblicas, la relación de la revisión de Valera con la original de Reina ha vuelto a establecerse y, por lo tanto, las revisiones más recientes de esta versión evangélica de la Biblia se conocen como la
versión Reina-Valera.
Ha llegado a ser la versión más ampliamente usada en el idioma español. Esto se debe no sólo a los nuevos sistemas de distribución (la impresión original fue tan sólo de 1.100 ejemplares), sino a su fidelidad a los textos originales, a su claridad y a la
belleza de su estilo literario. Pero (como citó Luis D. Salem en su artículo alusivo en la Biblia de Estudio Mundo Hispano) el éxito de esta versión se debe
“a la elegancia, sencillez y actualidad de las oportunas revisiones a las que dicha obra ha sido sometida a lo largo de
sus cuatro siglos de existencia”. Comenta
además: “Las revisiones son para las obras literarias como las operaciones quirúrgicas para el cuerpo humano: dolorosas, pero necesarias y vivificantes.”
Salem, aparte de la revisión original de Valera, menciona y da detalles sobre 14
diferentes revisiones entre los años 1708 y 1960. Aunque algunas de las revisiones han sido limitadas, otras, como la de 1909, introdujeron unos 60.000
cambios de palabras y algo más de 100.000 cambios de ortografía y gramática. También ha habido revisiones más recientes:
en el año 1977 (publicación de CLIE); en 1979 (publicación de la Compañía Stampley); la Reina-Valera Actualizada (publicación de la Editorial Mundo Hispano como Biblia completa en 1989); una publicada por la Sociedad Bíblica Emanuel, en 1990; y una por las Sociedades Bíblicas
Unidas, en 1995.
Otras traducciones evangélicas del NT incluyen: El Nuevo Pacto, publicado originalmente en 1858 y posteriormente por la Casa Bautista de Publicaciones
en León, México, en 1916; la versión Hispano-Americana, publicada originalmente en 1916, revisada en 1953
3 (publicada entonces como la versión latinoamericana; más recientemente por la Editorial Mundo Hispano como la versión hispanoamericana, revisión de 1953); la traducción de Pablo Besson,
hecha en la Argentina y publicada allí
raccionadamente entre los años 1912 y
1919, y
posteriormente por la Junta Bautista de Publicaciones en Buenos Aires en 1948, y después por la Editorial Mundo Hispano y la Editorial Palabra en 1981; La Nueva Versión Internacional, publicada por la Sociedad Bíblica Internacional, 1979; el Testamento Nueva Vida, publicado por
la Editorial Mundo Hispano, en 1980. Otras traducciones evangélicas de la Biblia completa incluyen: La Versión Moderna, traducida por Henry B. Pratt, publicada por la Sociedad Bíblica Americana en 1893; La versión popular, generalmente circulada bajo el título Dios Habla Hoy,
publicada por las Sociedades Bíblicas Unidas como Biblia completa en 1979; La Biblia de las Américas, publicada por la Fundación Lockman, como Biblia completa en 1986; ; La Biblia al Día (la Santa Biblia en
paráfrasis, que sigue la metodología de la Living Bible en inglés). El NT
ha sido circulado ampliamente bajo el título Lo Más Importante Es el Amor, publicada originalmente por la Editorial Unilit y la Editorial Mundo Hispano en 1979.
Hasta mediados del siglo XX, las traducciones católicas de las Sagradas Escrituras que más circulaban eran la Sagrada
Biblia, de Felipe Scio de San Miguel (publicada en España originalmente en 1793) y la traducción de Félix
Torres Amat y José Miguel Petisco (publicada en España por los años 1822 a 1824). Ambas se basaban principalmente en la Vulgata Latina.
Desde mediados del siglo XX ha habido
numerosas versiones católicas del NT y de la Biblia completa. En la mayoría, si no en todos los casos, las traducciones se han basado en las lenguas originales en vez de la Vulgata.
Las traducciones católicas del NT incluyen: El Nuevo Testamento, versión en español y griego de
Juan de la Torre, publicada en Alemania, pero bajo
auspicios de la Iglesia Católica Romana Argentina en 1909; El Nuevo Testamento, traducción de Guillermo Júnemann, publicado en Concepción, Chile, en 1928; El Nuevo Testamento, traducción hecha por un grupo de profesores católicos
y publicado en Madrid, España por la Asociación para el Fomento de los Estudios Bíblicos en España en 1954.
Ha habido traducciones de toda la Biblia, dentro de la tradición católica, por José Straubinger, en 1948; por Nácar y Colunga, en 1944; por Bover y Cantera, en 1947; por
Fuenterrabia, en 1964; por Evaristo Martín Nieto, en
1964; por Pedro Franquesa y José Solé, en 1966; por Magaña, en 1978, y por Shokel y Mateos, en 1975. Todavía otras traducciones católicas han circulado bajo sus nombres o editoriales, como la Biblia de Jerusalén (1967);
La Biblia para Latinoamérica (1971); la publicada por Herder (1964); y la publicada por Ediciones Paulinas (1964).
En general, las traducciones del siglo XX han hecho uso de los descubrimientos recientes, tales como los Rollos del Mar Muerto, y una comprensión aumentada del
hebreo, para producir traducciones más precisas y más claras.
Su valor para quien realmente quiere entender el mensaje de las Sagradas Escrituras es incalculable.
1. Cuando nuestro Señor y maestro Jesucristo dijo: "Haced penitencia...", ha querido que toda la vida de los creyentes fuera penitencia.
2. Este término no puede entenderse en el sentido de la penitencia sacramental (es decir, de aquella relacionada con la confesión y satisfacción) que se celebra por el ministerio de los sacerdotes.
3. Sin embargo, el vocablo no apunta solamente a una penitencia interior;
antes bien, una penitencia interna es nula si no obra exteriormente diversas mortificaciones de la carne.
4. En consecuencia, subsiste la pena mientras perdura el odio al propio yo (es decir, la verdadera penitencia interior), lo que significa que ella continúa hasta la entrada
El Antiguo Testamento fue escrito para crear una expectación de Cristo y para preparar Su camino. A través de todo el relato se da la anticipación de la venida de una persona majestuosa, que reinará y hará una obra sin igual.
Esta persona, mucho antes de Su venida, se conoció como el Mesías. Las profecías y vislumbres de Su venida constituyen la perspectiva mesiánica del AT. Forman en conjunto el hilo áureo que compenetra y unifica sus muchos y diversos libros EN UNA SOLA UNIDAD SORPRENDENTE.
Comenzando con vagas intimaciones, luego aparecen predicciones específicas que conforme avanza el relato, se vuelven aun más específicas, más definidas y más abundantes. Y conforme se multiplican las profecías definidas, también aumentan los símbolos, cuadros, tipos, y vislumbres
1. Génesis: Fundación de la nación hebrea 2. Éxodo: Pacto con la nación hebrea 3. Levítico: Leyes de la nación hebrea 4. Números: Viaje a la Tierra Prometida 5. Deuteronomio: Leyes de la nación hebrea
6. Josué: Conquista de Canaán 7. Jueces: Los primeros 300 años en Canaán 8. Rut: Fundación de la familia de David 9. 1 Samuel: Organización del reino 10. 2 Samuel: Reino de David 11. 1 Reyes: División del reino 12. 2 Reyes: Historia de dos reinos 13. 1 Crónicas: Reino de David
14. 2 Crónicas: Historia del reino del sur 15. Esdras: El regreso del cautiverio 16. Nehemías: Reedificación de Jerusalén 17. Ester: Israel librado del exterminio 18. Job: La fe en medio del sufrimiento 19. Salmos: Himnario nacional de Israel 20. Proverbios: Sabiduría de Salomón