Un 19 de octubre de 1914 fallecía en Buenos Aires, Julio Argentino Roca.
Nacido en Tucumán en 1843, fue presidente de la Nación entre 1880-1886, y 1898-1904. Además de ser el general a cargo de la Conquista del Desierto y uno de los artífices de la Argentina moderna.
Era el cuarto hijo de José Segundo Roca y Agustina Paz, hermana del vicepresidente Marcos Paz. José Segundo había participado en la campaña libertadora junto a San Martín, en la guerra contra el Brasil y en las luchas civiles junto a Lavalle y al general Paz.
Cuando Roca cumplió nueve años y se produjo la batalla de Caseros con la consecuente caída de Rosas, la suerte de la familia Roca cambió definitivamente. Don José Segundo se ganó la confianza de Urquiza quien le pidió que se trasladara con su familia a Concepción del Uruguay.
Allí Julio Argentino, junto a sus hermanos Marcos y Celedonio, ingresó al Colegio Nacional, uno de los más prestigiosos del país. A pesar de mostrar interes por la medicina, en 1858 y sin abandonar sus estudios ingresa al ejército de la Confederación con el grado de subteniente.
Al año siguiente tuvo su bautismo de fuego en la batalla de Cepeda. Pero su nombre comenzará a sonar en Pavón: cuando ya se había producido la retirada del ejército de Urquiza, la batería de Roca siguió haciendo fuego hasta que su padre le ordenó personalmente la retirada.
Tras la Batalla de Pavón, durante la presidencia de Mitre, Roca participó en las campañas contra las montoneras del Chacho Peñaloza y Felipe Varela, bajo las órdenes de su tío, el vicepresidente Marcos Paz.
En 1865 partirá junto a su padre José Segundo y tres de sus hermanos, Ataliva, Marcos y Celedonio a incorporarse a las tropas de la Triple Alianza en la guerra del Paraguay. Esta guerra será trágica para la familia Roca. Allí morirán José Segundo, Marcos y Celedonio.
En 1872, Julio Argentino se casó con la cordobesa Clara Funes. Con ella tuvo 7 hijos: el futuro vicepresidente Julio Argentino (1873-1942), Alejandro (1874-1874), Elisa (1876-1961), María Marcela (1877-1981), Clara (1879-1970), Agustina (1881-1969) y Elena (1883-1974).
A órdenes de Santiago Baibiene combatió la rebelión federal de López Jordán en 1871, siendo su participación crucial en la batalla de Ñaembé. Al finalizar la revolución de 1874 alcanzó el grado de general, tras vencer al general rebelde José Arredondo en la batalla de Santa Rosa.
En 1877 luego de la muerte de Adolfo Alsina, el presidente Avellaneda lo elige para ocupar el ministerio de Guerra. Allí Roca comenzará a planificar la que sería una de las grandes epopeyas de la historia argentina.
Roca propuso un cambio radical de la política seguida por Alsina. Su plan consistía en una ofensiva final a cargo de un poderoso ejército equipado con los últimos adelantos de la industria militar. Suprimió los sables y lanzas y los reemplazó por modernos fusiles Remington.
La Campaña al Desierto de Roca comenzó en 1878 y fue un verdadero éxito ya que afianzó la soberanía argentina en la Patagonia, antes las amenazas chilenas y de las potencias europeas, y acabó de una vez con la violencia existe en la frontera con los indios.
Tras la muerte de Alsina y el éxito de la Campaña al Desierto, Roca se convirtió en la figura más prestigiosa del PAN. De esta forma en 1880 logró imponer su candidatura a la presidencia con apoyo de Juárez Celman y los gobernadores en el interior y de Pellegrini en Buenos Aires.
El 11 de abril de 1880 Roca fue elegido presidente en las elecciones por sobre Carlos Tejedor. El triunfo de Roca no fue aceptado por Tejedor y se produjó una revolución en Buenos Aires, que fue rápidamente desactivada. Semanas después la ciudad de Buenos Aires fue federalizada.
El 12 de octubre de 1880 Roca asumió la presidencia a la edad de 37 años bajo el lema “Paz y Administración”. Asumía en un momento donde era necesario poner fin a décadas de luchas internas y de conflictos exteriores como el que signaba aquellos años las relaciones con Chile.
En su gestión se sancionó el Código Penal y el de Minería, se organizó el gobierno municipal de la nueva Capital Federal, se firmó el tratado de límites con Chile y se aprobó la ley 1130 que unificó el sistema monetario argentino y dio la primera moneda local como tal.
El primer gobierno de Roca se destacó por la gran cantidad de obra pública realizada. Se amplió la red ferroviaria de 2.516 a 6.161 km, se construyó la ciudad de La Plata, se construyeron importantes edificios públicos, comenzó la construcción del nuevo puerto de Bs As, etc.
Se sancionó la Ley 1420 de educación pública, laica y gratuita, lo que provocó tensiones con la iglesia y la ruptura de relaciones con el Vaticano. Se creó el Registro Civil. Se sancionó la Ley Estatutos de las Universidades Nacionales.
También se sancionó la Ley 1532 de Territorios Nacionales, por lo cual se establecieron los territorios nacionales de Misiones, Formosa y Chaco en el norte, y los de La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego en el sur.
En ese periodo la Argentina experimentó un tiempo de gran bonanza económica y miles de inmigrantes llegaban al país en aquellos tiempos. También durante ese periodo se mejoraron ampliamente las relaciones con el Reino Unido y otros países europeos.
Al concluir su mandato, Roca apoyaba la candidatura de Juárez Celman, quien gracias a este impulso llegaría a la presidencia. El 12 de octubre de 1886 Roca dejaba la presidencia y asumía en la misma Miguel Juárez Celman.
En su discurso de despedida decía Roca: “Os trasmito el poder, con la República más rica, más fuerte, más vasta, con más crédito y con más amor a la estabilidad y más serenos y halagüeños horizontes que cuando la recibí yo”.
En 1890, Juárez Celman renunció al cargo en medio de la Revolución del Parque (Roca no participio del movimiento pero lo vio con buenos ojos). Al renunciar Juárez Celman, asumió la presidencia Carlos Pellegrini, quien nombró a Roca en el ministerio del Interior.
En 1892 fue clave en la alianza que se armó entre el PAN, representado por Roca y Pellegrini, y la UCN de Mitre que originó la fórmula de Luis Saenz Peña y José Evaristo Uriburu para el periodo 1892-1898. En ese año asumió como senador y fue presidente del senado hasta 1898.
En 1898, y debido a la amenazas de un conflicto armado con Chile, el Partido Autonomista Nacional lo nombró Roca como candidato a la presidencia. En las elecciones derrotó fácilmente a la fórmula opositora, que encabezaba Bartolomé Mitre.
El retorno del roquismo al poder, en 1898, sucedió en medio de un clima político transformado debido a la nueva efervescencia social asociada al mundo del trabajo y a los movimientos socialistas y anarquistas.
Durante esta gestión se destaca la modernización del Ejército y la Marina, la Ley Richieri de conscripción obligatoria para “integrar” a los hijos de inmigrantes al país, la ley de Conversión Monetaria, la reorganización del Poder Judicial, la Caja de Jubilaciones y Pensiones.
El aumento del comercio exterior produjo un crecimiento de las rentas fiscales, que en gran parte se destinaron a obras públicas: Extensión de vías férreas, Construcción del Palacio del Congreso Nacional, Dragado del Río de la Plata, Puente transbordador sobre el Riachuelo, etc.
También se emprendieron obras en el área educativa. Se construyeron escuelas e institutos regionales de enseñanza. El Instituto Nacional del Profesorado (1904) y la Escuela Normal de Lenguas Vivas (1904) se crearon en esta presidencia.
En 1902 se realizó una reforma electoral que estableció padrones fijos, uso de libreta electoral y elección de candidatos por circunscripciones. Esta ley permitió al Partido Socialista colocar su primer diputado, Alfredo Palacios.
El problema con Chile llegó a un punto álgido nuevamente, por lo cual Roca decidió entrevistarse con el presidente chileno Erráruriz en los canales del Sur ("El abrazo del Estrecho", 15 de febrero de 1899) para sellar la amistad entre ambos países.
El 28 de Julio de 1902 se firmaron los Pactos de Mayo entre ambos países y se dispuso someter la cuestión al arbitraje británico. Roca también visitó Brasil en 1899 y la visita fue devuelta por el presidente brasileño Campos Salles en 1900.
Entre otras medidas se presentó el Código de Trabajo (que fue rechazado en el Congreso) y la ley de Residencia. También llevó adelante una consciente política exterior basada en una diplomacia presidencial con los países limítrofes, la Doctrina Drago (1902).
Se reorganizó y extendió el servicio Exterior de la Nación (Perú, Persia y Japón) y una presencia permanente en Antártida. Hubo un intento de reformar la educación agregando una mayor cantidad de escuelas técnicas y agrotécnicas pero fracasó en el Congreso.
En 1902, el desacuerdo por un proyecto de unificación de la deuda externa precipitó el enfrentamiento entre Roca y su aliado y candidato "cantado" a la sucesión, Carlos Pellegrini, quien formó el Partido Autonomista.
El 12 de octubre de 1903 en Buenos Aires se reunió una Convención de Notables para elegir el candidato a la Presidencia de la Nación. Los candidatos con más posibilidades eran: Carlos Pellegrini , Manuel Quintana y Felipe Yofré.
Carlos Pellegrini acusó públicamente a Roca de destruir al Partido Autonomista Nacional. La ruptura entre ambos, que se insinuó en la segunda presidencia de Roca, terminó por concretarse.
Finalmente Roca ganó en la interna y debido a una alianza con Mitre y algunos otros cívicos logró posicionar al mitrista Manuel Quintana como candidato a la presidencia y José Figueroa Alcorta como vicepresidente.
El 12 de octubre de 1904, Roca terminaba su histórica segunda presidencia y dejaba en el cargo a Manuel Quintana. Luego se retiró de la vida pública y, en 1905, partía en viaje hacia Europa en compañía de sus hijas.
Allí recibirá grandes honores y será recibido por reyes y primeros ministros. Durante casi dos años, se radicará con su familia en París.
Regresó a Buenos Aires en 1907, durante la presidencia de José Figueroa Alcorta, donde encontró un clima hostil hacia su figura por parte del presidente y los sectores modernistas del PAN.
En enero de 1908, el Congreso se negaba todavía a tratar el Presupuesto Nacional para el año que ya había empezado. Figueroa Alcorta retiró el proyecto, decretó que regía el presupuesto del año anterior y clausuró el Congreso con la policía.
A continuación intervino activamente en la política de las provincias, declaró la intervención federal de dos de ellas, se alió con antiguos colaboradores de Juárez Celman y amigos de Pellegrini; con el PAN completamente renovado derrotó a los roquistas en marzo de 1908.
Logrando mayoría parlamentaria y unificando los gobiernos provinciales bajo su dirección. El esquema político de Roca estaba liquidado. Aun así en 1908, Roca apoyó públicamente al Ing Emilio Mitre para ocupar la presidencia en 1910, pero Mitre falleció un año antes.
En 1913, el presidente Roque Sáenz Peña le encomendó una misión diplomática en Brasil con el objetivo diplomático de suavizar las rispideces. En 1907 también había sido enviado al Brasil con los mismos objetivos.
En octubre de 1914, a los 71 años, se trasladó a su estancia La Argentina, dispuesto a pasar allí sus últimos años. Un repentino ataque de tos, al que no le dio importancia, pese a la advertencia del doctor Luis Güemes, era el síntoma de que algo andaba mal.
El 19 de octubre de 1914, a las ocho de la mañana, otro ataque brusco le hizo perder el conocimiento, a las dos horas moría Julio Argentino Roca. Al día siguiente se realizó su multitudinario velorio en la Casa de Gobierno.
De esta forma se manifestó la opinión pública sobre el fallecimiento de Roca:
"Sellaremos con sangre y fundiremos con el sable, de una vez y para siempre, esta nacionalidad argentina, que tiene que formarse, como las pirámides de Egipto y el poder de los imperios, a costa de la sangre y el sudor de muchas generaciones".
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Fotografía que retrata al doctor Joaquín V. González, rodeado de libros, en su oficina de la Capital Federal en el año 1915, cuando se desempeñaba como senador nacional por la provincia de La Rioja.
González falleció el 21 de diciembre de 1923 en Buenos Aires a los 60 años de edad. A lo largo de su vida desarrolló una extensa labor política, intelectual y académica, desempeñándose como gobernador de La Rioja entre 1889 y 1891, diputado nacional en dos oportunidades (1886-1889 y 1898-1901), varias veces ministro de gobierno, fundador del Instituto Superior del Profesorado, nacionalizador y primer presidente de la Universidad de La Plata, y senador nacional entre 1907 hasta su muerte en 1923. Fue además miembro de la Real Academia Española y de la Corte Permanente de Arbitraje internacional de La Haya.
González nació el 6 de marzo de 1863 en el pueblo de Nonogasta, en la provincia de La Rioja. Hizo los estudios primarios en la escuela de su pueblo y los secundarios en el Colegio Montserrat de la ciudad de Córdoba. Desde muy joven se vinculó al periodismo, colaborando en diarios locales como El Interior y La Revista de Córdoba, y ejerció la docencia en Historia, Geografía y Francés en la Escuela Normal de Córdoba.
En 1886 se doctoró en Derecho en la Universidad Nacional de Córdoba. De regresó en La Rioja desarrolló una intensa actividad intelectual y política. Participó en la fundación del diario La Propaganda, que sirvió como órgano político de la política de Miguel Juárez Celman en la provincia, fue miembro de la Comisión de Reforma Constitucional y redactó el proyecto de Constitución provincial. En 1887 publicó su primera obra historiográfica, La Revolución de la Independencia Argentina, ingresó al diario porteño La Prensa y fue designado primer profesor de Derecho de Minas en la Universidad de Buenos Aires.
Paralelamente, fue electo como diputado nacional por la provincia de La Rioja en julio de 1886, a los 23 años de edad, en una elección parcial para determinar al reemplazante del mandato del renunciante Francisco V. Bustos, electo gobernador provincial. En 1889 renunció a su banca como diputado tras ser electo gobernador de La Rioja. Renunció al cargo en octubre de 1891 luego de la renuncia de Bartolomé Mitre a la candidatura presidencial en la fórmula del Acuerdo con Julio Argentino Roca.
Durante los siguientes años se mantiene alejado de la política siendo designado en 1894 como titular de la cátedra de Legislación de Minas de la Universidad de Buenos Aires, y en 1896 accede al Consejo Nacional de Educación siendo además académico titular de la recientemente creada Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
En 1898 fue nuevamente electo como diputado nacional por la provincia de La Rioja hasta que en septiembre de 1901 es designado por el presidente Julio Argentino Roca como Ministro del Interior. González se convierte rápidamente en el principal asesor y colaborador del presidente Roca, desempeñándose además interinamente en los ministerios de Relaciones Exteriores y de Justicia e Instrucción Pública en distintos momentos entre 1902 y 1904.
Bajo la iniciativa de González se impulsaron reformas de gran relevancia, entre ellas la ley electoral de 1902, que introdujo el sistema de circunscripciones uninominales y abría el juego político a nuevos actores, permitiendo la elección del primer diputado socialista en América como lo fue Alfredo Palacios. Sugirió el nombre de Juan Bialet Massé para la realización del informe que estudiaría la situación de los obreros en la Argentina y sobre la base de ese informe promovió el ambicioso Código del Trabajo, un proyecto de ley con más de 460 artículos orientado a establecer una legislación laboral avanzada para su época, presentado ante el Congreso Nacional en abril de 1904, aunque nunca tratado por el mismo. Este proyecto de 1904 fue un importante antecedente en la historia del derecho laboral argentino. De allí, surgieron las leyes de descanso dominical, del trabajo de mujeres y niños, de los accidentes de Trabajo, entre otras.
El 7 de diciembre de 1874, el coronel Julio Argentino Roca derrotó al general José Miguel Arredondo en la segunda batalla de Santa Rosa, poniendo fin a la Revolución mitrista que había estallado en septiembre de ese año contra las autoridades nacionales. Debido a su decisivo triunfo contra las fuerzas revolucionarias, Julio Argentino Roca fue ascendido a General por el presidente Nicolás Avellaneda, a los 31 años de edad.
En los últimos tiempos de la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento se empezaron a barajar diversos nombres sobre quien podía ser su sucesor. Entre esos con más posibilidades se encontraba por el oficialismo el vicepresidente Adolfo Alsina y Nicolás Avellaneda, quien sirviera como ministro de Justicia e Instrucción Pública de Sarmiento. Por la oposición en un primer momento se mencionaban las candidaturas de Manuel Quintana o Carlos Tejedor, pero el candidato más fuerte era Bartolomé Mitre, del Partido Nacionalista, quien desde el senado se había convertido en una de las principales voces de la oposición al gobierno de Sarmiento.
El Partido Nacionalista como era natural propuso a Bartolomé Mitre como su candidato para la carrera hacia la presidencia. El general Mitre aceptó la candidatura el 20 de mayo de 1873, acompañado en la fórmula por el senador correntino, Juan Eusebio Torrent. La fuerza del mitrismo se localizaba en Buenos Aires, Corrientes, San Juan, Santiago del Estero y San Luis. Mitre declaró tener “consideraciones de un orden superior” para aceptar tal ofrecimiento. Veía en peligro el principio de la soberanía popular y la pureza del sufragio por parte de “ligas bastardas de mandatarios”.
El 25 de noviembre de 1936, Carlos Saavedra Lamas, ministro de Relaciones Exteriores y Culto del gobierno del presidente Agustín P. Justo, obtenía el Premio Nobel de la Paz por haber promovido la firma del Pacto Antibélico, también conocido como Pacto Saavedra Lamas, que, en 1933, suscribieron 21 países americanos y europeos, convirtiéndose en el primer argentino y latinoamericano en ganarlo.
Carlos Saavedra Lamas nació en Buenos Aires el 1 de noviembre de 1878 en el seno de una familia patricia conformada por Mariano Abraham Saavedra y la uruguaya Luisa Lamas. Por parte paterna era bisnieto de Cornelio Saavedra, presidente de la Primera Junta de Gobierno, y nieto de Mariano Saavedra, gobernador de Buenos Aires entre 1862 y 1866. Por parte materna era nieto del político y escritor uruguayo Andrés Lamas. Estaba casado con Rosa Sáenz Peña, hija del expresidente Roque Sáenz Peña y nieta del también expresidente Luis Sáenz Peña.
Saavedra Lamas obtuvo su titulo universitario en 1903 en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, con medalla de oro; su tesis versó sobre “Régimen Municipal de la Capital” y recibió por ella el Premio Facultad. También por esos años comenzó su carrera política, ocupando posiciones públicas siendo muy joven. Fue Director de Crédito Público en 1906 y luego Secretario de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, en 1907, durante la intendencia de Carlos Torcuato de Alvear.
El 25 de noviembre de 1885 falleció Nicolás Avellaneda, quien se desempeñó como presidente de la Nación entre 1874 y 1880 y como ministro de Justicia e Instrucción Pública entre 1868 y 1873. Avellaneda aseguró la soberanía argentina sobre la Patagonia, instauró la capital del país en Buenos Aires, impulsó la inmigración en la Argentina y fue uno de los grandes impulsores de la educación pública en el país.
Nicolás Remigio Aurelio Avellaneda nació en San Miguel de Tucumán el 3 de octubre de 1837, siendo hijo de Marco Manuel Avellaneda y Dolores de Silva. Su padre fue un destacado político que lideró la alianza antirosista Coalición del Norte, y que luego de la derrota de la misma, fue ejecutado y degollado por orden del coronel Mariano Maza en octubre de 1841, mientas se desempeñaba como gobernador de Tucumán. Por parte paterna era nieto de Nicolás Avellaneda y Tula, primer gobernador de la provincia de Catamarca y uno de los hombres más destacados de la Revolución de Mayo en su provincia, y por parte materna de José Manuel Silva, gobernador unitario de Tucumán entre 1828 y 1829.
Tras el brutal asesinato de su padre, su madre Dolores huyó en caballo hacia el exilio en Bolivia, en compañía de sus suegros y sus cinco hijos (Nicolás, Marco, Manuel, Eudoro e Isabel, de apenas 5 meses de edad). Durante el largo viaje hacia Bolivia, la familia Avellaneda debió soportar duras jornadas en las sendas de montaña. Dolores se mantuvo durante todo el viaje desconsolada por la muerte de su marido y aquejada por una enfermedad que la había dejado completamente débil. Y como si algo faltara, debió afrontar una nueva tragedia cuando su pequeña hija Isabel murió durante el viaje. Llegados a tierra boliviana, resolvieron quedarse en la ciudad de Tupiza.
El 19 de octubre de 1914 falleció Julio Argentino Roca en Buenos Aires a los 71 años de edad. Roca ejerció como presidente de la Nación entre 1880-1886 y 1898-1904. Fue el representante más influyente de la denominada Generación del 80, además de ser el hombre a cargo de la Conquista del Desierto y uno de los artífices de la consolidación definitiva del Estado Nacional.
Roca nació en Tucumán el 17 de julio de 1843 y era el cuarto hijo de José Segundo Roca y de Agustina Paz. José Segundo había participado en la campaña libertadora junto a San Martín, en la guerra contra el Brasil y en las luchas civiles junto a Lavalle y al general José María Paz. Por parte de su madre, era sobrino de Marcos Paz, vicepresidente de la Nación en la presidencia de Bartolomé Mitre entre 1862 y 1868, y primo de Máximo Paz, gobernador de Buenos Aires entre 1887 y 1890 y senador nacional entre 1891 y 1895.
Cuando Roca cumplió nueve años y se produjo la batalla de Caseros con la consecuente caída de Rosas, la suerte de la familia Roca cambió definitivamente. Don José Segundo se ganó la confianza de Urquiza quien le pidió que se trasladara con su familia a Concepción del Uruguay. Allí Julio Argentino, junto a sus hermanos Marcos y Celedonio, ingresó al Colegio Nacional, uno de los más prestigiosos del país. A pesar de mostrar interés por la medicina, en 1858 y sin abandonar sus estudios ingresa al ejército de la Confederación con el grado de subteniente.
El 17 de octubre de 1884, durante la presidencia de Julio Argentino Roca, comenzaba la expedición del general Benjamín Victorica, ministro de Guerra y Marina, al Gran Chaco con el objetivo de consolidar el control estatal sobre la región mediante la pacificación de los pueblos indígenas, facilitando la ocupación y colonización.
Anteriormente a 1884 la región del Chaco permanecía prácticamente fuera del control del Estado argentino. Había habido algunas expediciones para tratar de establecer el control territorial argentino, como la del general Napoleón Uriburu en 1870, que logró someter a algunas tribus indígenas y que expulsó a un escuadrón boliviano que incursionaba en territorio argentino. Pero la falta de infraestructura dificultaba la ocupación del territorio y las exploraciones eran esporádicas, realizadas a través de los ríos Paraná, Bermejo y Pilcomayo.
A esta situación se le sumaban la belicosidad de los pueblos originarios de la zona, siendo el Chaco escenario de conflictos fronterizos y de malones, lo que generaba tensiones con los asentamientos criollos de la zona. Un caso de estas características sucedió en 1882 cuando indígenas de las etnias toba y chirigüano asesinaron al médico francés Jules Creavaux y a once de sus compañeros cuando acampaban cerca del río Pilcomayo.