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José A. Morales-García in da 🏡

19 Oct, 14 tweets, 8 min read

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¿Te suena la canción verdad?
¿Y si yo te dijera que el #corazón no es el único órgano que late? Dentro #neuroturra.

Todos hemos visto películas policíacas. La agente Tyler se acerca al cadáver, pone sus dedos índice y corazón en el cuello de un cuerpo tirado en el suelo y mirando con cara seria al agente Johnson le dice “dios mío Mike, está muerto”.

Lo que hace la agente Tyler es comprobar el latido del corazón tocando la arteria carótida, porque así percibe el golpe rítmico de la sangre al ser bombeada desde el corazón. El pulso cardíaco también se puede medir en las muñecas. Aunque eso ahora lo hace un reloj.

Lo que no puede hacer ningún reloj (por ahora) es percibir el latido del cerebro. Porque si, mi gente, el cerebro también late y no solo por la sangre que por él circula.

El cerebro está muy vascularizado. Mucho. Es lógico, la sangre es la forma de garantizar que el tejido nervioso recibe continuamente oxígeno y nutrientes que garanticen su correcto funcionamiento.

https://twitter.com/DrAstrocyte/status/1392549947883593729?s=20

Pero es que además el cerebro no es una masa uniforme de tejido, sino que hay una serie de cavidades en su interior por las que circula otro líquido, el cefalorraquídeo (LCR).
Os lo conté en esta #neuroturra 👇

https://twitter.com/DrAstrocyte/status/1392549947883593729?s=20

El LCR ocupa el 10% del volumen intracraneal. Flipas. Y eso al final se nota. Más que nada porque dicho líquido está en continuo movimiento alrededor y por dentro del cerebro. De hecho, es responsable entre otras cosas de controlar la presión intracraneal.

A pesar del bombeo de sangre al #cerebro y del LCR moviéndose por él, esos latidos son tan pequeños que hasta ahora era prácticamente imposible detectarlos con un escáner convencional.

Pero la #ciencia avanza (pese a quien le pese) y ahora se ha desarrollado una nueva técnica basada en la #resonancia #magnética tradicional pero mejorada para obtener imágenes #tridimensionales amplificadas.

Esto nos permite ver como late el cerebro. Pero ¿y esto para que vale?
Pues para lo mismo que un electrocardiograma. Cuando el corazón tiene un latido irregular, nos indica que puede haber un problema. Pues esto lo mismo, pero con daño cerebral.

Por eso, estudiando los latidos del cerebro y estableciendo patrones de movimiento, podríamos diagnosticar distintas formas de daño cerebral. Además al ser una técnica no invasiva se evita la cirugía. Las aplicaciones clínicas son infinitas, incluso para evaluar otras patologías.