"NISI COELUM CREASSEM OB TE SOLAM CREAREM", o lo que es lo mismo: "Si no hubiese creado el cielo, lo crearía solo para ti".
No diréis que no es bella la frase, pero ¿a quién irá dirigida?
A Ella.
A Santa Teresa de Jesús, escritora mística y fundadora junto con San Juan de la Cruz de la Orden de los Carmelitas Descalzos.
Estoy segura de que ya todos sabéis que se trata del 'Éxtasis de Santa Teresa' o 'La Transverberación de Santa Teresa', del gran Lorenzo Bernini.
Bien, volvamos a su rostro.
Está en éxtasis claramente y lo que le pasa lo escribe ella misma en su 'Libro de la Vida'.
En el capítulo 29:13 dice: "En esta visión quiso el Señor que lo viese así, no era grande sino pequeño, hermoso mucho... deben ser los que llaman querubines..."
"... Veíale en las manos un dardo de oro largo y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas.
Al sacarle, me parecía las llevaba consigo y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios".
29:14, "...Parece arrebatar el Señor el alma y le pone en éxtasis y así no hay lugar de tener pena ni padecer porque viene luego de gozar".
Bernini, en un alarde de genialidad, nos presenta este grupo escultórico en medio de una escenografía digna de un teatro en la Capilla Cornaro de la iglesia de Santa María de la Victoria, en Roma.
Vemos 'El Éxtasis de Santa Teresa' en el centro de la capilla flotando místicamente sobre una nube y los pliegues de su ropa de mármol blanco parecen elevarla. Todo un espectáculo barroco.
Fijaos en la caída de pie y mano, está entregada a Dios.
A los lados podemos observar dos palcos donde miembros de la familia Cornaro observan la escena.
Y por si fuera poco espectáculo, detrás del grupo escultórico cuelgan unos rayos de bronce dorado que a través de una ventana escondida entra luz natural iluminando el grupo en un halo divino.
Y el cielo. También podemos ver el cielo.
Estar delante de esta puesta en escena donde arquitectura, pintura y escultura se unen en un todo también puede provocarte un éxtasis.
Y es que Bernini fue un dios, pero mortal.
'Éxtasis de Santa Teresa', Gian Lorenzo Bernini.
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El Síndrome de Procusto no es un trastorno clínico en sí mismo sino un comportamiento psicológico; es el rechazo hacia las personas que sobresalen; a la incapacidad para aceptar las virtudes de otros.
Pero, ¿quién era Procusto?
Teseo y Procusto.
Procusto tenía una posada en el camino de Mégara a Atenas e invitaba a los viajeros a tumbarse en uno de los dos lechos que poseía.
A los altos en el corto y para adaptarlos a la cama les cortaba los pies; a los bajos en el largo y estiraba violentamente de ellos para alargarlos.
Teseo, en su camino hacia Atenas para conocer a su padre Egeo, optó por atravesar el itsmo de Corinto que estaba lleno de bandidos y queriéndose parecer a Heracles dio muerte a todos los que se encontraba a su paso, como a Procusto y Sinis entre otros.
En esta preciosa pintura de Waterhouse vemos a una joven escuchando a través de una grieta de la pared. ¿Qué habrá detrás?
Su nombre es Tisbe y hoy nos vamos de viaje a Babilonia.
Durante el reinado de la reina asiria Semíramis vivían en casas contiguas los hijos de dos familias enfrentadas, Píramo y Tisbe, dos amigos que se enamoraron con el tiempo y que les prohibieron su amor. (¿No os recuerda a Romeo y Julieta?).
Pero el amor todo lo puede y encontraron un modo de hablar a través de una grieta en la pared.
Os presento un claro ejemplo de sororidad en la Antigüedad.
La obra se titula 'Las mujeres de Anfisa", de Alma-Tadema.
Vamos a fijarnos bien en estas mujeres y a entender qué está pasando ahí.
Vemos unas mujeres en el suelo del mercado de una ciudad con ropa ligera, el cabello suelto, descalzas, adornos vegatales... que se están despertando o siguen dormidas.
Van cubiertas con pieles de animales y coronas de hiedra.
Por todos estos atributos se las identifica como seguidoras de Dioniso.
No pedí el trono. No ansiaba la corona.
Fui reina durante nueve días.
Me llamo Jane Grey y os voy a contar mi historia.
🎨 La ejecución de Lady Jane Grey, Paul Delaroche.
Nací en 1537.
Fui educada en latín, griego y teología protestante.
Me enseñaron a pensar, no a reinar.
Pero en Inglaterra ser noble, joven y protestante era suficiente para acabar en el trono.
Y en la Torre.
Era bisnieta de Enrique VII, lejana en la línea sucesoria, sí, pero protestante y eso me convirtió en útil.
El rey Eduardo VI, hijo de Enrique VIII y Juana Seymour, estaba muy enfermo y su hermanastra, hija de Catalina de Aragón, María, amenazaba con revertir la Reforma.
Al observar la habitación, que parece de una torre, presenciamos a un híbrido de búho y humano involucradọ en una tarea que al principio parece pintura, pero que en realidad es mucho más. 🧵
🎨 Creación de las Aves, Remedios Varo. 1957
Sosteniendo un pincel de punta roja colgado de un instrumento y conectado al corazón, la figura aplica pigmento a un soporte. Sin embargo, esto es solo la mitad de la técnica; con un prisma en la otra mano, refracta la luz de una estrella lejana sobre un pájaro recién pintado.
De alguna manera, esta combinación da vida a la imagen, que, ahora animada, se levanta de la página y extiende sus alas para unirse a sus compañeros que vuelan hacia la ventana.
Mi nombre es Deméter, divinidad de la tierra cultivada y del trigo.
Mi hermano Hades raptó entre lamentos a mi preciosa hija Perséfone con el beneplácito de su padre, Zeus.
Hoy vengo a contaros mi historia.
Ella gritaba e imploraba la ayuda de su progenitor, pero ninguno de los mortales hombres oyó su voz, ni siquiera su padre, solo la hija de Perses, Hécate, la de brillante velo, la oyó desde su cueva, y el Sol soberano lo vio todo.
Cuando me dijeron que mi hija había desaparecido, un dolor agudo se apoderó de mi corazón y comencé a buscarla por tierra y mar. Todavía no sabía que su propio tío la había raptado y se la había llevado al Inframundo.