Bernauerstrasse no es una calle más en Berlín, es un sitio único.
Todo parte de una decisión urbanística.
Si, amigos, el urbanismo es muy importante, aunque no sepamos nada de él.
Tras la guerra se tomó una determinación: un lado de la calle pertenecía al sector francés y el otro al sector soviético.
Cosas de tener una ciudad dividida en cuatro.
Entonces se creó una curiosa paradoja:
Mientras las casas estaban de un lado estaban el sector oriental, al poner un pie en la calle, esos vecinos ya estaban en la parte oeste.
Porque la acera ya pertenecía al sector francés.
Por eso, en la mañana del 16 de agosto de 1961, mientras a su alrededor se construía el muro de Berlín, muchos vecinos del este aprovecharon las ventanas para huir al oeste.
También aquella mañana, en la misma calle, se produjo otro incidente que marcaría la iconografía de la construcción del muro.
Conrad Schuman saltaba el muro con su traje de soldado de la DDR… pero esa es otra historia.
Pero, volvamos nuestra cruz.
Porque en la Bernauer Strasse, además de cientos de casas que quedaron tapiadas... había una iglesia:
La Iglesia de la reconciliación.
(os juro que ese era el nombre, no se puso a posteriori)
Bien, pues la DDR decidió demoler todas las casas para crear su “Todesstreifen”, la franja de la muerte.
Pero encontraron un problema con la iglesia.
La iglesia de reconciliación era parte de la congregación de Berlín oeste. Es decir, territorio occidental: no la podían tocar.
Y cómo nadie sabía qué hacer con ella, allí se quedó 20 años, esperando a que alguien decidiera su destino.
Y su destino se decidió en el frio invierno de 1985.
Después de intentar en reiteradas ocasiones que la iglesia fuera reconocida como parte del territorio de este, la DDR tomó una medida drástica....
La hicieron explotar.
Primero la nave central.
Y después la torre.
La derrota de un símbolo.
O eso creían.
Porque los símbolos se resisten a desaparecer.
¿Lo véis? Ahí arriba...
ah, que twitter no te deja ver toda la foto en previsulización. Abre la foto.
A ver si ahora, un poquito más cerca.
Efectivamen, nustra cruz
Volando por los aires.
Volando exactamente hasta un cementerio cercano, lejos de las miradas de los obreros que después limpiarían la zona.
Sin embargo, los que sí que la encontraron fueron los trabajadores del cementerio.
Desobedeciendo las normas, se la llevaron a su casa.
La mantuvieron escondida allí hasta 1989.
Cuando cayó el muro se la llevaron al párroco de la zona oeste y le contaro que había perdido una iglesia...
... Pero había ganado una historia.
El final de esta histora llegó en 2000.
Tras años de peleas, se construyó una nueva capilla: “Versöhnungskapelle”, La capilla de la reconciliación.
En recuerdo a la antigua iglesia.
Con un perfil en el suelo que recuerda a la antigua iglesia.
Quería haber ido esta semana a la capilla para corroborar un dato que no tengo y que solo es una suposición.
Creo que la cruz está en el mismo lugar que ocupaba antes de la destrucción de la iglesia.
Pero esta semana hemos tenido niños enfermos en casa y no he podido acercarme. Si alguien sabe si esto es así o no, que lo comente.
Si no, en cuanto pueda me acerco y salimos de dudas.
Fe de erratas: Como no podía ser de otra manera, el hilo tiene un par de gazapos. El más grande es que la construcción del muro fue el 13 de agosto del 61, no el 16.
Lapsus incomprensible después de haber escrito tanto sobre la construcción del muro en los hilos de agosto.
Y errata número 2. En algún momento del hilo digo Bernauerstrasse cuando la calle es Bernauer Strasse. Así, bien separadito.
Seguro que algún buen samaritano me puede explicar por qué a veces va junto y otras veces separado el Strasse.
Muchas gracias a todos por vuestros menajes. Ayudan mucho a sobrellevar los problemillas del día a día.
Por cierto n.º2:
La capilla de la reconciliación está dentro Memorial del Muro.
Un gran tramo de la Bernauer Strasse donde se encuentra el centro de documentación del muro, una recreación de "la franja de la muerte" y un parque con cientos de recuerdos e historias.
Visitadlo.
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Seguimos de paseo por las tipografías de las estaciones de Berlín para conocer su historia.
Hoy viajamos hasta la estación de Anhalter Bahnhof, con una tipografía que todos podemos reconocer fácilmente: es Nazi.
Pero nos tenemos que hacer dos preguntas: ¿Por qué reconocemos esta tipografía como nacionalsocialista? ¿Y por qué se mantiene en esta estación hoy en día?
Para contestar a estas preguntas, nos teníamos que ir a la guerra, pero no a la que pensáis. A una guerra que duró más de 300 años: la guerra de tipologías.
Una guerra que comenzó con un libro.
Bueno con un libro no... con el libro que lo cambió todo: La biblia de Gutenberg.
No fue el primer libro impreso por Gutenberg, pero sí el más importante. Fue el primer texto que se imprimió de forma masiva, es decir, un libro que por primera vez iba a leer mucha gente.
Como Gutenberg quería que sus libros se parecieran lo máximo posible a los libros escritos a mano, decidió utilizar una fuente que fuera similar a los textos litúrgicos (además de que era pequeña y estrecha y le permitía imprimir pocas páginas), por eso eligió la tipo: Textura.
Esta fuente tipográfica se hizo popular, en el sentido de que el pueblo la entendía, por eso cuando en 1517, Martín Lutero clavó sus 95 tesis en la iglesia de Wittenberg, lo hizo con la fuente Fraktur, una fuente que evoluciona de la Textura de Gutenberg:
Así, las nuevas biblias impresas en alemán (y otros idiomas) utilizaban la Fraktur siguiendo los pasos de Lutero.
Pero... Pero..
Las biblias que se imprimían en latín utilizaban la fuente Antiqua, la tipografía que pronto adoptaría el resto de Europa, tanto para el latín como para sus lenguas autóctonas.
Así, durante más de 300 años, las dos fuentes rivalizaron en los países de habla alemana.
Dependiendo de la región y la religión, se adoptaba una y otra.
Hasta que en el siglo XIX llegó la época de las reivindicaciones nacionales y la creación de Alemania.
Por supuesto, dentro del movimiento nacional alemán, se tomó la fuente Fraktur como la tipografía propia de Alemania. Otto von Bismark, el gran precursor de la idea de nación, se vanagloriaba de leer solo textos en Fraktur.
Por eso, cuando Hitler llegó al poder, la tomó como la fuente del partido Nazi.
Todos los textos, carteles y octavillas del nacionalsocialismo, utilizaron la fuente Fraktur.
Era su tipografía... ¿o no?
Porque en 1941, Hitler declaró que esa tipografía era judía (cosa que por supuesto no era) y pedía abandonar esta tipografía.
La razón estaba muy clara, según Hitler "En 100 años, toda Europa leerá en alemán" y no podían hacerlo en la Fraktur que resultaba un obstáculo a la hora de leer.
Por eso prefería la Antiqua, fuente que toda Europa conocía y que permitía hacer llegar su propaganda.
(nota a pie de página, cuando veáis a alguien con un tatuaje nazi con la típica tipografía gótica, le podéis decir que Hitler prohibió esa fuente por judía, por las risas)
Y no es casualidad que Anhalter Bahnhof mantenga esa tipografía. Esta estación fue la gran estación de los años 30 y 40 en Berlín. Se dice que cada dos minutos salía un tren de sus andenes.
Y también fue el lugar más triste de la época.
Desde allí salieron los trenes cargados de judíos berlineses hacia los campos de concentración.
Por eso, cuando la estación fue destruida en la II GM, se rehizo una parada de tren nueva, pero en la superficie se dejó el antiguo pórtico gigante que servía de entrada a la estación, porque para los alemanes, el pasado nunca deber ser olvidado, tanto para lo bueno como para lo malo.
De ahí, que sea habitual encontrar la fuente Fraktur en muchas estaciones de Berlín creadas en aquella época.
Aquí os dejo unas imágenes de las diferentes tipografías, porque en este formato X solo me permite subir una foto, pero os recomiendo que leáis estas historias en IG (@yosoycorra) donde si puedes ver todas las fotos.
Por estas estaciones y algunas más, viajan mis personajes de El escritor y la espía, mi última novela que habla de trenes, espías y, sobre todo, literatura:
En Berlín, hay un puente en el que dos luces juegan al piedra-papel-tijera durante toda la noche.
Y no lo hacen por jugar, sino por recordar una vieja historia berlinesa.
Jugad conmigo en este hilo de #berlinespobreperosexi
El 9 de noviembre de 1989 cambió la historia de Berlín. Es el momento que el muro cayó y, por fin, los vecinos pudieron reencontrarse casi 40 años después.
El muro se derribó en casi toda la ciudad, pero aún queda un lugar que fue el símbolo de la separación durante años.