Esta era la pregunta de una serie de documentales que seguí con fervor cuando era pequeño.
Fueron unas semanas de absoluta locura para mí: cohetes, microscopios superpotentes, trenes de alta velocidad.
Cada semana, la lista iba bajando hasta llegar al número 1.
Pero, menuda decepción al conocer el mayor invento de la humanidad:
LA IMPRENTA
Whaaaaaat? La imprenta???? Me estáis vacilando?
Pero si eso se inventó hace siglos???
Mi mente de niño no podía comprender.
Sin embargo, con el paso de los años (y un incesante incremento de pelo gris) he admitido que fue...
La imprenta fue EL SEGUNDO avance tecnológico más importante de la historia.
El primero ocurrió, antes, mucho antes... hace unos 3.800 años en Serabit el Khadim, en la península del Sinaí, Egipto.
Nuestra historia comienza en 1905, el aventurero Sir William Matthew Flinders Petrie llega al antiguo templo de Serabit el Khadim.
Allí encuentra multitud de inscripciones con jeroglíficos egipcios.
El templo estaba cerca de una mina de Turquesa (un artículo de lujo en Egipto) y allí los mineros dejaban inscripciones para la diosa Hathor, la diosa de la turquesa.
Cuando estaban visitando por primera vez este lugar, la mujer de Petrie, Hilda, se tropezó con una piedra llena de jeroglíficos egipcios... o lo que parecían jeroglíficos.
Su marido descubre que no lo son.
Sabe que eso extraño y que puede tener valor, así que hace un llamamiento a todos los egiptólogos para que lo estudien...
Pero nadie sabe qué es eso
10 años después, el egiptólogo Sir Alan Gardiner (este señor tan majo que podría ser el tío gracioso que se emborracha en toda las cenas de Navidad), se marcha hasta el Sinaí a estudiar estos extraños símbolos
Allí encontró esta pequeña esfinge.
La esfinge que lo cambió todo.
Como si fuera una piedra Roseta, en esta esfinge encontró una inscripción en egipcio antiguo en uno de los lados y en otra... los símbolos extraños.
Abrid las fotos para verlo bien.
Gardiner supo que allí se encontraba la llave para el misterio.
Si encontraba la relación entre las dos inscripciones podría resolver el enigma.
Gardiner estaba convencido de que aquellos símbolos debían de pertenecer al pueblo Cananeo.
En muchas de las inscripciones de Serabit había referencias a los trabajadores cananeos que ayudaban en las minas.
Así que movido por esa corazonada, Gardiner comenzó su investigación.
En el lado derecho (como bien podréis saber todos los que leéis jeroglíficos egipcios 😅) tenemos la inscripción “El amado de Hathor”
Hathor era la diosa de la turquesa y el templo estaba dedicado a ella.
Así que Gardiner se puso a buscar una diosa cananea que estuviera relacionada con la turquesa.
Pero nada.
Lo siento, pero sigue jugando.
Y vaya si siguió jugando.
Comenzó por este pequeño símbolo que veis aquí. El último que parece una cruz.
Esto le hace pensar a Gardiner en la letra T del antiguo alfabeto paleo-hebreo.
Así que se va a buscar una diosa cananea en las antiguas escrituras, escritas en alfabeto hebreo antiguo.
Allí encuentra una diosa que termina con la letra T, B’alat.
Esto cuadra con las inscripciones.
Garnidier se emociona, acaba de desentrañar el misterio: ¡Aquello es un proto cananeo!
Un momento... el Cananeo es una lengua alfabética...
Y la otra inscripción está en jeroglíficos.
¿Cómo? ¿Qué...?
Entonces se da cuenta...
acaba de descubrir la creación del PRIMER, el MEJOR y el MAYOR invento de la humanidad:
El Alfabeto.
Para explicar el descubrimiento tenemos que viajar casi 4000 años hacia atrás.
Los egipcios utilizaban los jeroglificos como un referente criptográfico.
Es decir, dibujaban imágenes y con ellas obtenían sonidos.
Si dibujaban una casa (Pr o per en antiguo egipcio) podían reconocer ese jeroglífico como una casa...
Pero también podía utilizarlo para representar el sonido Pr.
Por ejemplo en salir, marchar. Aquí no representa casa, sino los sonidos Pr.
Pero para los egipcios los jeroglíficos siempre tenían un sentido completo o representaban todos los sonidos de la palabra.
Ahora, volvamos con Gardiner y con nuestra esfinge.
Al resolver el nombre de la diosa cananea, B’alat, descubre que los mineros cananeos han utilizado un ingenioso método para utilizar los jeroglíficos egipcios.
En vez de utilizar todos los sonidos de la palabra, la imagen solo representa el primer sonido.
O sea, dividen los sonidos en símbolos.
En este caso, la palabra casa en cananeo era Beth y de ahí obtuvieron el sonido B para el nombre de la diosa Baalat.
Y al inventar este sistema, aquellos mineros cananeos cambian las reglas del juego:
Los jeroglíficos ya no representan un referente en la realidad.
Ahora representan un sonido.
¡Benditos mineros cananeos!
Y ahora diréis, que guay… esos tipos inventaron el sistema alfabético.. ¿y a mí qué?
Bueno, ya que has llegado hasta aquí, aguanta un poco más para el Plot Twist final.
Y ahora, después de todo esto... Lo que estabais esperando desde el principio:
El cerdo.
Buen fin de semana.
Por cierto n.º 1:
Como soy así, se me ha olvidado comentar que esta nueva sección #CorraAverlo trata sobre historias o curiosidades que voy encontrando en películas, libros, etc.
Esta historia está en el docu que ya os he recomendado: "La historia de la escritura".
Por cierto n.º 2:
Este hilo está dedicado a @itineratur. El otro día mantuvimos una productiva charla sobre si las clases son o no son Storytelling.
Este es mi ejemplo de cómo una clase de lingüística se puede hacer como una historia, con su estructura clásica en tres actos.
Por cierto n.º 3:
No solo los pueblos europeos deberíamos de poner una estatua de un minero cananeo a la puerta de cada universidad.
El alfabeto cirílico y el árabe también provienen de este gran momento de la humanidad.
Ayer hubo ración doble de hilos, por si queréis leer el otro también:
En Berlín celebramos un cumpleaños muy particular y aunque había dicho que no habría #berlinespobreperosexi... no pude evitarlo.
Seguimos de paseo por las tipografías de las estaciones de Berlín para conocer su historia.
Hoy viajamos hasta la estación de Anhalter Bahnhof, con una tipografía que todos podemos reconocer fácilmente: es Nazi.
Pero nos tenemos que hacer dos preguntas: ¿Por qué reconocemos esta tipografía como nacionalsocialista? ¿Y por qué se mantiene en esta estación hoy en día?
Para contestar a estas preguntas, nos teníamos que ir a la guerra, pero no a la que pensáis. A una guerra que duró más de 300 años: la guerra de tipologías.
Una guerra que comenzó con un libro.
Bueno con un libro no... con el libro que lo cambió todo: La biblia de Gutenberg.
No fue el primer libro impreso por Gutenberg, pero sí el más importante. Fue el primer texto que se imprimió de forma masiva, es decir, un libro que por primera vez iba a leer mucha gente.
Como Gutenberg quería que sus libros se parecieran lo máximo posible a los libros escritos a mano, decidió utilizar una fuente que fuera similar a los textos litúrgicos (además de que era pequeña y estrecha y le permitía imprimir pocas páginas), por eso eligió la tipo: Textura.
Esta fuente tipográfica se hizo popular, en el sentido de que el pueblo la entendía, por eso cuando en 1517, Martín Lutero clavó sus 95 tesis en la iglesia de Wittenberg, lo hizo con la fuente Fraktur, una fuente que evoluciona de la Textura de Gutenberg:
Así, las nuevas biblias impresas en alemán (y otros idiomas) utilizaban la Fraktur siguiendo los pasos de Lutero.
Pero... Pero..
Las biblias que se imprimían en latín utilizaban la fuente Antiqua, la tipografía que pronto adoptaría el resto de Europa, tanto para el latín como para sus lenguas autóctonas.
Así, durante más de 300 años, las dos fuentes rivalizaron en los países de habla alemana.
Dependiendo de la región y la religión, se adoptaba una y otra.
Hasta que en el siglo XIX llegó la época de las reivindicaciones nacionales y la creación de Alemania.
Por supuesto, dentro del movimiento nacional alemán, se tomó la fuente Fraktur como la tipografía propia de Alemania. Otto von Bismark, el gran precursor de la idea de nación, se vanagloriaba de leer solo textos en Fraktur.
Por eso, cuando Hitler llegó al poder, la tomó como la fuente del partido Nazi.
Todos los textos, carteles y octavillas del nacionalsocialismo, utilizaron la fuente Fraktur.
Era su tipografía... ¿o no?
Porque en 1941, Hitler declaró que esa tipografía era judía (cosa que por supuesto no era) y pedía abandonar esta tipografía.
La razón estaba muy clara, según Hitler "En 100 años, toda Europa leerá en alemán" y no podían hacerlo en la Fraktur que resultaba un obstáculo a la hora de leer.
Por eso prefería la Antiqua, fuente que toda Europa conocía y que permitía hacer llegar su propaganda.
(nota a pie de página, cuando veáis a alguien con un tatuaje nazi con la típica tipografía gótica, le podéis decir que Hitler prohibió esa fuente por judía, por las risas)
Y no es casualidad que Anhalter Bahnhof mantenga esa tipografía. Esta estación fue la gran estación de los años 30 y 40 en Berlín. Se dice que cada dos minutos salía un tren de sus andenes.
Y también fue el lugar más triste de la época.
Desde allí salieron los trenes cargados de judíos berlineses hacia los campos de concentración.
Por eso, cuando la estación fue destruida en la II GM, se rehizo una parada de tren nueva, pero en la superficie se dejó el antiguo pórtico gigante que servía de entrada a la estación, porque para los alemanes, el pasado nunca deber ser olvidado, tanto para lo bueno como para lo malo.
De ahí, que sea habitual encontrar la fuente Fraktur en muchas estaciones de Berlín creadas en aquella época.
Aquí os dejo unas imágenes de las diferentes tipografías, porque en este formato X solo me permite subir una foto, pero os recomiendo que leáis estas historias en IG (@yosoycorra) donde si puedes ver todas las fotos.
Por estas estaciones y algunas más, viajan mis personajes de El escritor y la espía, mi última novela que habla de trenes, espías y, sobre todo, literatura:
En Berlín, hay un puente en el que dos luces juegan al piedra-papel-tijera durante toda la noche.
Y no lo hacen por jugar, sino por recordar una vieja historia berlinesa.
Jugad conmigo en este hilo de #berlinespobreperosexi
El 9 de noviembre de 1989 cambió la historia de Berlín. Es el momento que el muro cayó y, por fin, los vecinos pudieron reencontrarse casi 40 años después.
El muro se derribó en casi toda la ciudad, pero aún queda un lugar que fue el símbolo de la separación durante años.