Abro un segundo hilo este viernes porque hoy hay que rendir homenaje a una mujer especial.
Se llama Margot Friedländer y hoy cumple 100 años.
Quizá no la conozcáis, pero es una de las berlinesas más importantes de esta ciudad.
Margot nació en 1921 en mi barrio, Kreuzberg.
Sus padres eran judíos, así que os podéis imaginar que su vida no fue fácil.
En 1942 su padre fue asesinado en un campo de concentración.
Ante la situación tan complicada, su madre, su hermano Ralph y ella deciden huir del país. Pero antes de que puedan poner en marcha su plan, su hermano es atrapado por la Gestapo.
Su madre, que sabe que la van a detener en cuanto vaya a comisaria a por Ralph, le deja un bolso con un cuaderno lleno de direcciones (muchos internacionales) y un collar. Este que lleva puesto.
Y también un mensaje en boca de los vecinos donde había dejado su madre el bolso:
"Versuche, dein Leben zu machen!" Intenta hacer tu vida.
Margot toma el consejo de su madre y decide entrar en la clandestinidad.
Se opera la nariz (típicamente judía) y se tiñe el pelo.
Fue cambiando de casa en casa por Berlín, ayudado por una red de "amigos de los judíos"
Su vida era nómada, mientras esperaba que llegara el fin de la guerra.
Sin embargo, en 1944, tras dos años de clandestinidad es detenida en un control de identidad rutinaria.
La mandan al gueto de Theresienstadt. Que se llamaba gueto, pero era un campo de concentración.
Allí vive, perdón, sobrevive como puede.
Aunque también le sonríe la suerte. Conoce al amor de su vida Adolf Friedländer.
Los dos sobreviven milagrosamente al campo.
Nada más ser liberados, toman dos decisiones:
1. Se casan lo más rápido que pueden.
2. Se marchan para no volver nunca más juntos a Berlín.
Adolf se negaba a pisar suelo alemán.
Desde que llegaron a Estados Unidos, jamás volvió a pisar Berlín.
Por contra, el camino de Margot es un poco diferente.
5 años después de la muerte de Adolf, Margot recibe una carta desde Berlín.
Una invitación para visitar la ciudad dentro del programa "ciudadanos perseguidos".
Un programa de la ciudad de Berlín que intenta volver a traer a los ciudadanos judíos, gitanos o de cualquier etnia/religión perseguida en los años del nazismo.
Margot vino a visitar la ciudad en 2003 y... como nos pasa a muchos... se enamoró de la ciudad.
No era la ciudad gris y oscura de sus años de persecución, era un lugar cálido y bonito donde pasar su vejez.
Así que, ni corta ni perezosa, abandonó su vida de modista en Nueva York y se mudó a Berlín con 82 años.
Pero no se mudó por el mero hecho de cambiar de ciudad. Tenía un plan.
Margot tiene una labor única en Berlín. Cada semana visita colegios, universidades, centros educativos contando su historia.
La historia de una superviviente.
(así lo pone en su Stolperstein)
Por eso, hoy, el Twitter alemán se ha llenado de felicitaciones para Margot y #Friedländer se ha convertido en Trendic Topic.
He leído la historia y he pensado que os podía interesar.
Como veo que esto se está moviendo, voy a poner mis hilos por aquí por si alguien quiere seguir leyendo. linktr.ee/Yosoycorra
En Estados Unidos hay cientos de personas viviendo en un centro comercial.
Viven en pisos, encima de las tiendas
Y la culpa de todo la tiene Tiburón, la película.
Os cuento esta historia de urbanismo, cultura y aires acondicionados en este hilo.
Hace unos días leí un artículo (interesantísimo) de Jorge Dioni López (el Jorge bueno) sobre el urbanismo y la importancia de los espacios donde compartimos cultura.
Y acababa haciéndose una pregunta metafórica
¿Se puede vivir en un centro comercial?
Como soy muy tonto, me lo tomé al pie de la letra y busqué si alguien ya vivía en uno. Me imaginaba una historia como La Terminal, en la que un individuo tiene que vivir por razones absurdas en un espacio así.
Pero no.
La gente vive allí porque los centros comerciales quieren.
Por eso los nazis decidieron quemarlos.Sabían el poder que tenían,sabían que era su principal enemigo.
Todos los escritores se echaron las manos a la cabeza al ver arder sus obras.
¿Todos?
No.
Oskar Graf sonrió. 🧵
#berlinespobreperosexi
El 10 de mayo de 1933 se produjo una herida en el centro de Berlín.
Bebelplatz, hasta entonces conocida como la Plaza de la Ópera, pasó a ser el símbolo de la vergüenza.
Ese día, el sindicato de estudiantes (gobernado por estudiantes nazis) había promovido un gran acto de quema de libros para coronar dos meses de actividades en lo que ellos llamaron "La acción contra el espíritu anti-alemán".
Este es el caso de Blade Runner, un film que tiene 5 versiones diferentes.
Y todo por culpa de un editor de sonido y un lata mal catalogada.
Abro hilo para explicar el extraño caso del montaje del no-director de Blade Runner.
Este hilo es un previo de mi próximo episodio en Material Narrativo, el pódcast que busca las historias detrás de los objetos. En ese capítulo hablaremos de VHS y su relación con el futuro.