COMPROMISOFOBIA (Hilo)
Mi despacho profesional se encuentra en una importante área comercial de Barcelona. Desde q me instalé, hace más de veinte años, la oferta comercial ha variado mucho.
Observo que han desaparecido varias joyerías y que han sido sustituidas por tiendas de lencería femenina low cost
Ha disminuido la oferta de regalos, signo inequívoco de un compromiso a muy largo plazo, que pasa de abuelas a nietas, y ha aumentado la oferta de signos de placer inmediato, rápido y efímero.
Sin negar la necesidad de esa oferta, intuyo en el cambio un ejemplo del creciente miedo al compromiso, compromete mucho menos regalar lencería, por muy cara y fina que sea, que ofrecer un diamante; sobre todo compromete mucho menos el bolsillo del que regala.
La compromisofobia es una de las barreras que hemos construido los últimos años y que más nos impide avanzar
Hoy cuesta comprometerse. Se palpa el miedo a comprometerse. Hay una tendencia clara a no mojarse, estilo Poncio Pilato. Cuesta defender una postura. No es fácil averiguar qué piensa alguien sobre un determinado asunto.
Otro ejemplo, la madre que le dice a la hija que se case por lo civil y no por la Iglesia, porque así se compromete menos. Se da por hecho que va a terminar mal. Con ese planteamiento, efectivamente, hay muchas más posibilidades de que el asunto no prospere.
No estoy hablando de creencias religiosas sino de la fuerza del compromiso, de la voluntad de éxito: si se profetiza el fracaso se fomenta que este se materialice.
Hoy en día en Europa el número de nacidos fuera del matrimonio es un 39,3 % del total.
Reflexiono: si muchos de nuestros conciudadanos no consideran necesario comprometerse mediante la firma de un contrato matrimonial ni cuando deciden tener descendencia, cuánto más difícil será conseguir q se comprometan en otro tipo de proyectos: sociales, empresariales, etc.
Por el contrario, es muy acertada la práctica norteamericana de entregar una placa que dice: “Thank you for your commitment” (“Gracias por tu compromiso”) a quienes se les desea agradecer los servicios prestados.
Allí el compromiso se considera imprescindible para el éxito de una empresa. Reconocer la dedicación, el interés, la iniciativa y las aportaciones de una persona es una buena práctica. Aquí deberíamos agradecer mucho más.
Me parece incompleta la definición de compromiso como obligación contraída. El compromiso es algo más, es una voluntad, una promesa, una ilusión, una creencia fuerte de que se desea alcanzar un objetivo y se pondrán todos los medios a nuestro alcance para conseguirlo.
¿Por qué fueron un éxito de los Juegos Olímpicos de Barcelona? Porque el equipo humano que los organizo y toda la sociedad estaban comprometidos con el proyecto.
El problema de un compromisofóbico está en una concepción errónea del concepto de libertad.
El filósofo y sacerdote Joan Martínez Porcell, detecta que se ha propagado la idea de que “somos más libres cuantas menos cosas decidimos. Así, parece que ser libre equivale a no estar comprometido con nada ni con nadie”. No deberíamos romper el binomio libertad-responsabilidad.
Somos libres de verdad cuando somos capaces de asumir las consecuencias de los actos que elegimos.
La compromisofobia no solo es una actitud errónea; es, sobre todo, un generador de pobreza. Sin compromiso no se puede construir un proyecto a medio o a largo plazo; de facto, ni a corto plazo.
El líder sería aquel que nos ayuda a asumir los compromisos correctos.
Si me callo, exploto.
Relación de todos los artículos que he publicado en prensa desde 2015.
Espero que su lectura os enriquezca y fomente vuestro espíritu crítico. Os animo a comentarlos y compartirlos. Están ordenados del más antiguo al más nuevo linkedin.com/pulse/si-me-ca…
Hilo sobre la mochila austriaca
La evolución tecnológica y la recuperación económica en un entorno de máxima incertidumbre exige flexibilidad laboral, que no significa desprotección. La implantación de la mochila austriaca es imprescindible.
Leerlo todo.
Dinamizaría el mercado laboral en dos sentidos, mayor exigencia para el empresario para mantener a las personas cualificadas y mayor exigencia para el trabajador q sabe que puede ser despedido sin coste adicional para el empresario (ya esta cargada la indemnización en la mochila)
El que esta descontento o tiene una mejor oferta puede irse sin perder protección, manteniendo los derechos que ha acumulado y disminuyendo el riesgo del cambio.