HILO EXPLICANDO EL DÍA QUE TUVE CUANDO ME DIAGNOSTICARON TEA
Explicado en tono humorístico y no centrado exclusivamente en el tema.
(Aviso: hay muchos tweets, pero son cortitos; es de rápida lectura).
Me realicé las pruebas el lunes. Había estado con la psicóloga el doble del tiempo requerido y quedamos el miércoles siguiente por Zoom para que me diera los resultados.
Me cuenta que saco puntuación altísima.
- Sabía que eras autista solo verte entrar por la puerta.
- No entiendo por qué no te diagnosticaron antes.
- No expresaste casi nada.
- No gesticulaste.
- Creo que no me miraste a los ojos ni una sola vez.
Yo tal que:
❌Mirar a los ojos a la psico en su despacho.
✅Mirar TODO EL RATO a los ojos a la psico por la pantalla.
Claro, porque PA QUÉ HACER LAS COSAS BIEN. PA QUÉ.
Pero me reí mucho.
Terminé con ella y me fui a WhatsApp a contarles a mis amigos:
CHIQUIS, QUE SOY AUTISTA NIVEL DIOS.
MI AUTISMO…
MIS AMIGOS REACCIONANDO:
De repente, mi madre: ¿Ya te acuerdas que ahora nos vamos a comprarte ropa al centro comercial?
Como con mis padres. De repente recuerdo que tengo una puntuación más alta de lo que esperaba.
EL BAJONACO
Llega la tarde. Sigo mi rutina. Estoy en el sofá cuando…
¡ES VERDAD! ¡HOY TENGO CLASES DE MÚSICA! Y ES MIÉRCOLES: ME VOY EN UNA HORA. Y ES EL DÍA QUE TENGO LA HORA MUERTA EN MEDIO Y, POR TANTO, QUE VISITO A MI TÍA.
Y yo ya sin energía.
PARA COLMO, NO HE ESTUDIADO LA CANCIÓN DE GUITARRA.
Por alguna razón, el cuerpo no me tira y, cuando llego a la escuela, todos ya habían entrado, aunque no llegué tarde.
Entro. La profe me suelta una broma. Yo toda seria: luego quiero hablar contigo.
Pasa la clase, ella toda comprensiva por no haberme preparado la canción.
- Daos prisa en salir, que tengo que hablar con Marta.
Salimos del aula para hablar. Mi cuerpo por dentro, de repente:
- Que… no me he preparado la canción porque… llevo toda la semana pendiente de un diagnóstico.
- ¿Qué me dices?
- Soy autista.
(Nunca antes había entendido tanto al niño del gif).
Ella: Pero si tú eres muy competen...
Recula al darse cuenta de que iba a soltar un comentario capacitista.
Twelve points pa mi profe.
- PERO QUE ESTOY BIEN, ¿EH? QUE ESTOY MUY CONTENTA.
Me abraza y todo. A todo esto, yo SIN QUITARLE LA MIRADA DE LOS OJOS. CONTACTO VISUAL 100%.
Porque a tu profe de guitarra, sí, ¿no? PORQUE A LA PSICO PA QUÉ.
Mi mente:
Voy a casa de mi tía.
Allí estaban mis primos segundos. Uno de ellos, de 10 años, nada más verme:
- ¡Hala, qué guaaaay!
Yo tal que:
Mi tía queriendo que comiera y yo modo: tita, que tengo el estómago cerrado, con náuseas… si como, vomito. Llevo días así.
(TRES DÍAS casualmente, ejem).
Ella: Eso son nervios.
Mi tía: deja la guitarra aquí, que tu padre se la lleve cuando te pase a buscar. Así no la cargas para clase.
Mi cerebro estructurado ante su nueva idea:
Pero se la dejo y me voy a clase de lenguaje musical.
Tenemos una NUEVA compañera. Se sienta A MI LADO. Y encima ME HABLA.
Mi cerebro ya está tan cortocircuitado que le termino hablando por mi cuenta.
Hacemos ejercicios POLIRRÍTMICOS (cada uno da palmadas a ritmos distintos).
Mis oídos:
Mi cerebro:
Luego ya terminó la clase y me fui a casa.
Por la noche, después de cenar, mi profe de guitarra me mandó un correo mostrándome todo su apoyo, diciéndome que yo soy yo, que estoy hiperconectada en sus clases y que no se lo iba a contar a nadie, que eso era cosa mía.
Terminó el día correctamente, con mis rutinas de siempre. Pero tardaría unos cuantos días en recuperarme y en curarme del estómago.
Hay una cuestión que me repele muchísimo en la enseñanza de estudios universitarios enfocados a la docencia y a la atención a la diversidad. Y es que todo el mundo asume que allí nadie es neurodivergente. Docentes y discentes.
Se habla abiertamente de que hay que aceptar la diversidad, de que hay que mirarla sin prejuicios y acogerla. Te cuentan que cada vez son más los casos detectados de, por ejemplo, autismo. Pero nadie contempla la posibilidad de que en aquella aula haya una persona autista.
Y es algo que, como docente, futura psicopedagoga y autista, me preocupa en cierta manera. Siempre se trata la diversidad como si fuera una cuestión de niñez y adolescencia. Te dicen que los adultos neurodivergentes existen, pero ni en cuenta los tienen.