El debate sobre lo que se puede o no se puede imponer en España a las Plataformas audiovisuales según el Derecho europeo revela y confirma el pésimo funcionamiento del Parlamento español en temas de la UE.
Va HILO (1/X)
La ahora polémica Ley del Audiov. es la transposición de una Directiva. España va con muchísimo retraso ahí: la casi totalidad de los 27 ya han hecho lo propio, como se puede comprobar con detalle en esta tabla de seguimiento del @EuAvObservatory (2/X) obs.coe.int/en/web/observa…
Esa Directiva contiene en su artículo 13, el marco de lo que pasa a ser obligatorio para las plataformas en cuanto a protección de la diversidad cultural, y aquéllo que los Estados pueden exigir de más. Aquí el texto (3/X): eur-lex.europa.eu/legal-content/…
No entro ahora en el contenido. Lo que quiero destacar aquí es que esa norma no la aprobaron unos eurócratas siniestros y ocultos : se debatió durante casi dos años a plena luz, entre Gobiernos (Consejo) y en el Parlamento Europeo, con participación de todos los sectores (4/X)
El Congreso, como todos los "Parlamentos Nacionales", recibió ese texto y tuvo todo el tiempo para hacer su aportación, y para condicionar la posición negociadora del Gobierno en el Consejo (UE). Pero sus señorías, como siempre, estaban a otras cosas (5/X).
Los co-legisladores de la UE debatieron hasta el agotamiento qué imponer a las plataformas, en los dos ámbitos : obligación de inversión en cine nacional y europeo, y obligación de diversidad en cuanto al catálogo. Tras muuuuuchas negociaciones, se votó ese artículo 13 (6/X).
Por primera vez se impusieron serias obligaciones a las plataformas digitales. Con esa norma se dió un nuevo empuje al espacio europeo del audiovisual, y se avanzó muchísimo en la contribución de las plataformas digitales a la diversidad cultural en Europa (7/X).
Como toda nueva Ley negociada, dejó a unos más contentos que a otros. Pero es una vergüenza que diputados españoles descubran ahora lo que ya se acordó y negoció y votó en el ámbito UE, y -peor- que planteen el debate como si empezara de cero y fuera solo nacional. No lo es (8/X)
España, tan bien integrada en la UE en tantas cosas, tiene el peor Parlamento de Europa en este sentido: salvo unos pocos expertos, sigue actuando como si la UE no existiera. Y luego, negligentes, « descubren » esa legislación que les condiciona como si llegara de Marte. (9/9)
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En Francia, las plataformas deben
- dedicar un 20% de sus ingresos netos en ese país a la producción de cine europeo o en francés
- reservar un 60% de su catálogo a mostrar obra europea (y 40% de V.O. en francés, reemplazable por inversión).
Texto: csa.fr/Reguler/Espace…
Aclaro: no todo el cine “en francés” es cine europeo. Para computar en las obligaciones ☝️☝️se exige una cierta vinculación con FR (pero no auténtica coproducción).
No he estado fino en mi comentario sobre lo que se puede imponer o no a plataformas extranjeras en España (ni lo que impone Francia). Voy a intentarlo de nuevo y mejor. Hay dos cosas:
a) Obligación de poner dinero para el cine (produciendo tú o pagando a un fondo común)
b) …
Hilo para gente curiosa:
En el siglo X, el Rey Harald Blåtand Gormsen unificó Dinamarca con Noruega. A su muerte, por alguna razón, sus dientes adquirieron un tono azulado, que se convirtió en su mote para la Historia, y así ha llegado hasta nuestras vidas en el presente (1/X)
En 1996, representantes de Nokia, Ericsson e Intel se reúnen para acordar el estándar de una nueva forma de conexión entre equipos cercanos via radio. La cosa no tenía nombre, y Jim Kardach de Intel propuso medio en broma: “Bluetooh”, el apodo del unificador Rey Harald (2/X)
Los presentes lo aceptaron, solo mientras buscaban el registro de un nombre más serio, tipo acrónimo. “Personal Area Network”, PAN, era el preferido.
Pero la cosa se fue complicando por registros preexistentes. Y a la gente del área comercial les gustaba Bluetooth (3/X).