“Resulta que primero dejamos escapar los buenos trabajos, aquellos que creaban certezas y comunidad, después hicimos ladrillos y restaurantes para llevarnos el dinero al casino de Wall St. porque allí rentaba más”.
“La derecha, que siempre anda con el nombre del país en la boca, no ha hecho más que sentar las bases materiales para su degradación: a España no le queda ni el rabillo de la eñe cuando se ha apostado por su precariedad”.
O lo que evoca pasear por el centro de Madrid un festivo.
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1. Ayer se presentó el Informe sobre precariedad laboral realizado por CCOO y el Instituto de Economía Internacional de la Universidad de Alicante. Uno de especial interés no sólo por conclusiones sino por el método para analizar la precariedad.
2. ¿Qué es la precariedad multidimensional? Cuando existen carencias en las condiciones de empleo en siete indicadores:
- Empleo con bajos salarios mensuales y por hora.
- Inestabilidad por temporalidad.
- Jornadas parciales involuntarias, extensas, atípicas y sobrecualificación.
3. ¿Cuantos asalariados en España sufren alguno de estos siete indicadores? Una cifra inquietante, el 48%, que lo es más aún si consideramos que el 37% sufre más de dos indicadores. Sólo el 28'3% no tienen ningún indicador de precariedad multidimensional en su empleo.
Hoy veo a un nuevo gilipollas soltar un exabrupto anti-impuestos. No sabía ni de su existencia ni tampoco en qué consiste su propuesta en YouTube. Un millón de seguidores que tiene. La misma pinta de mentecato musculado imitando la cara de los modelos de anuncios de colonias.
La cosa es seria. Porque los chavales de hoy no es que sean más tontos eligiendo referentes, es que los disponibles cada vez son más putamente repugnantes. Alguien que hace diez años no hubiera pasado de ser el imbécil de su clase, hoy tiene posibilidad de marcar agenda.
La ideología que mueve a estos monchitos no pasa de ser una mezcla confusa de individualismo atroz, fetichismo por las estafas financieras y voracidad por las proteínas en polvo. Un formato nulo estéticamente y banal en contenidos, pero que expresa el neoliberalismo decadente.
1. Después de hablar con algunos sindicalistas del sector, análisis del acuerdo alcanzado para un convenio en el sector auxiliar del metal de Cádiz.
Lo primero y más importante: son los propios trabajadores los que han refrendado este acuerdo mayoritariamente empresa por empresa.
2. El acuerdo se ha alcanzado en una mesa de negociación donde se sienta quien tiene más de un 5% de representatividad en el sector, otorgado por las elecciones sindicales, en este caso UGT y CCOO con un 70% y un 30%.
3. Después se ha llevado a dos asambleas de delegados sindicales que lo han respaldado, para luego que esos delegados lo lleven a sus empresas. Y esto hay que explicarlo porque si no parece que quien negocia y refrenda no tiene legitimidad, una ganada voto a voto en elecciones.
Escenografía del caos, un país fuera de control: esto es lo que las derechas ponen ya en marcha contra un Gobierno que enfrenta, además, problemas laborales y productivos de fondo.
La estabilidad se crea con convenios no con tanquetas.
Si puedo escribir en un diario leído cada día por dos millones de personas no dudes que lo voy a hacer. No palabras vacías, sino precisamente la reivindicación del trabajo como centralidad política. Algo que hasta hace nada te condenaba al ostracismo, por cierto.
Y sí, absoluto apoyo a los trabajadores en sus conflictos, pero sin convertirles en un espectáculo para que cuatro celebréis los disturbios como un fetiche en las redes. Si están ahí, jugándose mucho, con razones, es porque no les queda más remedio, no porque les guste.
Una huelga es una herramienta para lograr lo que la patronal niega en el despacho por su posición de fuerza. Es el conflicto organizado con un propósito el que desarrolla la conciencia y permite buscar cambios mas profundos, no la mitificación del conflicto como fin en sí mismo.
Decía hace unas semanas que la derecha conquista a los suyos, las clases medias-altas, con políticas reales y al resto con política aspiracional, la libertad para ser exitosamente diferentes en vez de estructuralmente desiguales.
Por suerte son torpes, Colón lo demuestra.
Colón, el himno en las aulas y veinte medidas arrogantes que están por venir allí donde gobiernan o compiten con Vox. La derecha confunde el éxito de su maquillaje con su fealdad, una que aún provoca rechazo cuando sacan su lado más reaccionario sin paliativos.
No, los independentistas no caen bien en ninguna parte de España, pero tampoco los golpes de pecho con cornetín y marcialidad. La gente que vive incertidumbre no quiere líos, así por lo general, y suelen penalizar a quien percibe que sube la temperatura en vez de aminorarla.