#Cefalea Puntos claves: anamnesis y examen clínico inicial.
∙ Evaluar gravedad: puede ir desde leve a alta intensidad (“la más grave de la vida del paciente”). Este último grado de intensidad puede apreciarse en cefalea tipo “trueno” u otros tipos de cefalea de altísima intensidad y brusca aparición y necesita atención prioritaria.
∙ Antecedentes: hay que hacer énfasis en el estado de inmunosupresión del paciente, especialmente en presencia de cáncer o infección por virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
La ocurrencia de cefalea en
estos dos tipos de pacientes amerita la búsqueda de una causa secundaria y la realización de estudios especiales intrahospitalarios.
Indagar sobre los medicamentos habituales: insistir en el uso consuetudinario de analgésicos; si es así, se debe tener en cuenta la cefalea por sobreuso de analgésicos.
En mayores de 50 años debemos preguntar por síntomas específicos que hagan sospechar una arteritis temporal, tales como: claudicación mandibular, alteraciones visuales o debilidad muscular.
En estos pacientes, se debe realizar un hemograma con velocidad de sedimentación globular (VSG); una elevación mayor de 50 mm/h en esta última prueba es sugestiva de esta enfermedad y hacen necesaria la hospitalización y realización de estudios adicionales.
∙ Hay que precisar otros síntomas asociados a la cefalea tales como: náuseas, vómito y sus características (en proyectil), foto y sonofobia o síntomas autonómicos (epifora e hiperhidrosis) para sospechar cefalea en racimos o autonómica, meningitis o una crisis migrañosa.
∙ Examen clínico: evaluar estado de conciencia, presencia de rigidez de nuca, alteraciones pupilares, compromiso de pares craneales, fondo de ojo, focalización neurológica, anormalidades y alteración en la sensibilidad de las arterias temporales.
Todo lo anterior, es fundamental para aclarar la etiología de la cefalea.
El término “banderas rojas” hace referencia a la presencia de estos hallazgos que acabamos de describir y otros, que el contexto clínico de cada paciente lo definirá.
Radiología: infiltrados con patrón alveolar de distribución simétrica, predominio central y en bases pulmonares; sin embargo, hay casos en los que los hallazgos pueden ser focales – unilaterales y discernir con otras entidades puede ser difícil.
Gasimetría arterial: hipoxemia (PaO2 menor de 60mmHg); el mecanismo de esta condición es secundaria a “shunt” y alteración de la difusión, lo que explica la pobre respuesta al oxígeno a alto flujo en la mayoría de los casos.