Thread by @TxindurriG

CIUDAD Y REVOLUCIÓN EN LA URSS.

En el marco de la experiencia revolucionaria soviética, poco conocidos son los debates sobre la relación entre ciudad, vivienda y forma de vida que se dieron en la URSS, sobre todo en la primera década después de la revolución de octubre.

⬇️ HILO

Ayer leí este interesante hilo de @y_poch sobre las diferencias entre el modelo soviético y el chino. Y de allí la idea de profundizar, más allá del "modelo soviético", los debates que estuvieron a la base del desarrollo urbanístico de la URSS.

https://twitter.com/y_poch/status/1475532818931462148?s=20

Desde los primeros años de la revolución la cuestión de la vivienda y de la nueva configuración del espacio fueron centrales entre los revolucionarios soviéticos.

El objetivo de la revolución, más allá de acabar jurídicamente con la propiedad privada, era el de cambiar la forma

de vida, construir las bases por una forma de vida comunista. Pero, para acabar con la forma de vida del viejo mundo y construir la nueva, había que cambiar el medio urbano y el espacio que se habían construido para la vieja sociedad.

Así lo resumía el grupo artístico L.E.F.:

“La burguesía y la nobleza –los explotadores– han sido derrotados militarmente y políticamente, pero su influencia sigue aquí, presente. Más presente que la presencia de la revolución, porqué cada objeto, cada edificio, cada museo, cada monumento, cada testigo cultural

está cargado por los valores de la burguesía, que los ha creado a su imagen, por su uso y por su placer. Lo cotidiano, el ambiente en su conjunto es lo de ayer, como también la moral y la ideología” (L.E.F., Frente de Izquierda de las Artes).

Es decir, para poner las bases de la nueva forma de vida, había que destruir las bases materiales de la vieja sociedad, desde la vivienda (y su relación con la propiedad, el individuo y la familia), a la relación centro-periferia, a la separación ciudad-campo.

El objetivo no era solo acabar con un modelo basado en la propiedad privada, sino dejar de pensar en el sujeto-individuo y la familia burguesa como base de la arquitectura y urbanismo, a partir del espacio más intimo: la vivienda.

"No solo en las fábricas, no solo en los clubs

es en cada vivienda donde hay que debatir sobre como tenemos que organizarnos a nosotros mismos" (Leonid Sabsovitch).

Respecto a la vivienda, se empiezan a proyectar lugares que fomentasen la vida comunitaria, basados en el modelo de la comuna, más que en la casa monofamiliar.

Ya en 1920 Nikolai Ladovsky estaba proyectando la primera Casa-Comuna (Dom-Kommouna). El ejemplo más conocido de Dom-Kommouna fue el Edificio Narkomfin de Moscú, construido en 1928-1930. El edificio estaba dividido en diferentes bloques funcionales: estaba el bloque de viviendas,

que cumplía la función de dormitorio y espacio íntimo. Y estaba el bloque comunal, donde desarrollar una vida comunitaria: comedor, sala de deportes y jardín de infancia. También aquí se encontraba el patio común, con diferentes servicios (lavandería, secadora, garaje...).

Respecto al Edificio Narkomfin, Moiséi Guínzburg, "urbanista" constructivista y director del proyecto, dijo: "Consideramos absolutamente necesario crear una serie de momentos que estimulen la transición a una forma superior de vida social y cotidiana".

Otra idea que revolucionó

el modo de pensar la vivienda y el territorio fue el Mikrorayon (microdistricto), "elemento funcional primario" de la construcción de la ciudad socialista. Éstos -que también se empezaron a construir en los 20-30- eran complejos residenciales pensados para la vida comunitaria,

donde había viviendas, zonas verdes, escuelas, guarderías, tiendas, clubes y todo tipo de servicio para la comunidad.

Pero la revolución urbanística soviética no tuvo como objeto solo la vivienda. La "utopía soviética" tenía como objeto algo mucho más grande: la ciudad.

En los años 20 la corriente hegemónica en la arquitectura soviética era el constructivismo. Dentro de esta corriente estaban los "urbanistas" y los "desurbanistas". Las dos pensaban que había que revolucionar la ciudad: "Las ciudades existentes se han creado en los intereses de

la clase dominante, los enemigos del proletariado" (Nikolái Miliutin).

L.Sabsovitch llegó a afirmar que, si se quería subvertir las relaciones (de explotación y dominación) de la sociedad, había que "borrar de la superficie de la tierra todas las ciudades y pueblos existentes"

(citado en Kopp, 2008).

Los "urbanistas" planteaban una progresiva "descentralización" de la ciudad, hacia una "reconstrucción socialista" de los espacios urbanos, donde las nuevas ciudades no tenían que superar los 40.000-60.000 habitantes, para llevar a cabo una vida

comunitaria y no alienada.

La otra corriente, la de los "desurbanistas", era todavía más radical en sus planteamientos:según ellos, no era suficiente, "descentralizar" la ciudad, sino que había que destruir y remodelar la totalidad del territorio y ambiente burgués.

Mikhai Okhitovich, uno de los exponentes más relevantes, planteaba que el objetivo era acabar con las separaciones ciudad-campo y centro periferia: las nuevas ciudades soviéticas no tenían que tener un "centro" y había que acabar con la función política de las capitales.

Planteaban la difusión del habitat y la "dedensificación de las ciudades". Los desurbanistas, críticos también con el modelo de Casa-Comuna, planteaban que para destruir la idea de propiedad y de individuo respecto a la vivienda, había que romper con la idea (pequeño-burguesa)

de vivienda ligada a un territorio estable. Por ello, proyectaron la idea de viviendas desmontables y transportables, que fueran la base de unas "ciudades nómadas", construidas de forma sostenible a nivel ecológico y energético. "Prodigiosa utopía de los desurbanistas:

producir unas ciudades-flujos, ciudades nómadas errantes en el inmenso territorio soviético, que se alimentaran con las fuentes de energía natural convertida por ellas en energía social [...] células nómadas a-familiares. Porque esta utopía se funda en las afueras del familismo.

Esta tiene por objetivo la desaparición de la división entre centro y periferia y entre ciudad y campo" (Fourquet y Murard, 1976).

La idea central era que para construir una nueva forma de vida sin dominación ni explotación, había que construir nuevos territorios, sin centro

ni periferias.

"Nosotros hacemos una diagnosis de la ciudad contemporánea. Nosotros decimos: está enferma, mortalmente enferma. Pero no queremos curarla. Preferimos destruirla y crear un nuevo modo de repartición territorial de la población” (Moiséi Guínzburg).

Para acabar este largo hilo, me gustaría citar una experiencia, también poco conocida, que, desde la praxis, puso en práctica muchos de estos debates sobre construcción del espacio y de la forma de vida comunista: el movimiento de las "comunas del novy byt" (nueva forma de vida).

Estas comunas, tildadas muchas veces de experiencias marginales, estaban presentes en todo el territorio soviético, en las ciudades y en el campo, desde los primeros años de la revolución. Era la forma territorializada de entender el programa de “todo el poder a los sóviet”.

Un sóviet en cada fábrica, un sóviet en cada territorio.
El planteamiento, en línea con los debates que se estaban teniendo en toda la URSS y en el campo de la arquitectura era que, más allá de la colectivización de los medios de producción, había que socializar la vida misma.

El comunismo de la forma de vida. En estas comunas se planteaba una radical ruptura con los espacios y la forma de vida burguesa, experimentando forma de vidas colectivas y un nuevo nómos. Para entender la dimensión del fenómeno, lejos de ser marginal, decir que en 1930

había cientos de comunas del novy byt y solo en Leningrado había 77.

Acabando el hilo, decir que el objetivo de éste era poner en el centro algunos de los debates que, desde el principio, fueron el motor del socialismo soviético.
Muchas veces se caricaturiza la URSS, diciendo

que buscaba la “homogenización de la población” o con la caricatura del autoritarismo. En realidad la experiencia soviética, desde su principio, fue la prueba de que el socialismo no se construye con la "toma del poder", sino que lo verdaderamente difícil viene después,

en la construcción de un poder y una vida socialista, contra la familia, la propiedad privada, la forma de vida burguesa y la individualización.

La URSS y los riquísimos debates que se dieron en las experiencias socialistas son un ejemplo de ésto.