Esta historia comienza con una de esas preciosas casualidades de la vida:
La hija de un importante empresario papelero inaugura su propia librería.
La hija se llamaba Marga Schoeller y llamó a la librería como ella.
Puede que fuera un simple capricho … o no.
Porque esta historia comienza en el año 1929 y no era muy normal que la dueña de una librería fuera una mujer... y ella quería dejarlo claro.
Además, la librería no abre en cualquier calle, lo hace en Kurfürstendamm (Kudamm para los amigos), la milla de oro de los teatros, cines y cabarets de la época.
Pasan los años y la librería de Marga se convirtió en una referencia para la ciudad, por una razón muy simple:
Era una librería especializada en libros en inglés.
No es que en aquella época no se vendieran libros en inglés en todo Berlín...
Es que solo Marga “aquellos” libros en inglés.
Libros libres.
Libros humanistas.
Libros pacifistas.
O sea… libros anti-Nazis.
Esa trae consigo dos consecuencias:
1) La librería empieza a ser mal vista por los nacionalsocialistas.
2) El grupo de intelectuales anti-Nazis de Berlín comienza a regentar la librería.
Como imagináis, todo esto no gusta mucho a los Nazis.
Así que pronto comienzan las amenazas.
Las pintadas en los escaparates de la librería.
Los cristales rotos...
Pero Marga se niega a ceder.
Ella es una convencida demócrata y no tolera que le digan qué tiene que hacer en su librería.
Así que da su primer golpe.
Se niega a vender libros considerados como “adecuados” por los Nazis.
Ella venderá lo que le dé la gana... Adiós autores del régimen.
La presión se dobla por parte de los fascistas.
Más cristales rotos, más amenazas, más prohibiciones.
La situación se vuelve insostenible.
Tanto... que Marga toma una decisión única:
Adiós Jack London. Adiós Hemingway. Adiós Joseph Conrad. Adiós Tucholsky. Adiós Joseph Roth.
Los libros desaparecen de las estanterías de su librería.
Pero la librería sigue funcionando...
Marga cambia la venta de libros por fotografías de caballos.
Algo neutro, nada político, totalmente libre de problemas.
Los Nazis se pasean contentos por su antigua librería.
Han ganado y aquella chica idealista, llena de pájaros en la cabeza,
Ella ha perdido.
Se vanaglorian de sí mismos.
Pero eso es porque ellos no son clientes especiales…
Marga tiene una entrada para los clientes especiales.
Una entrada al corazón de la librería.
Una entrada al sótano...
Un sótano repleto de todos los libros prohibidos por el nazismo.
Un lugar donde encontrar aquello que no se podía vender.
Una librería para leer con la mente abierta y el corazón lleno.
Una librería en lo oculto de la ciudad, para dar toda la luz que estaba prohibida.
Y lo mejor es que nunca fue descubierta.
Marga estuvo vendiendo sus libros, los que ella quería vender, durante toda el Nazismo... incluso durante la guerra.
Así dejó de ser una simple librería y se convirtió en otra cosa... en una más importante, tan importante que no sé ponerle un nombre.
Cuando acabó la Segunda Guerra Mundial las autoridades británicas supieron recompensarla y fue la primera librería con licencia en todo Berlín.
Y no solo las autoridades… también los autores.
Especialmente aquellos que estuvieron prohibidos, pero que seguían a la venta en la librería de Marga Schoeller.
Aquí el libro de visitas de la librería... quizá os suene algún nombre.
Y aunque ya no sigue en Kurfürstendamm 30. Ni Marga atiende tras el mostrado...
90 años después de su inauguración, aún puedes ir a comprar libros a la librería Marga Schoeller.
Quería traeros esta historia para despedir el año, porque, como para mucho de vosotros, para mí este año ha sido como una librería sin libros.
Con la familia lejos, sin apenas amigos y todo el día en casa.
Pero quería recordaros que los libros no han desaparecido…
Solo están en el sótano esperando un buen año.
Un año, quizás, como el 2022
Un año en el que podamos llenar nuestras librerías y dejar atrás el polvo del sótano.
Queridos lectores, os deseo el mejor año del mundo.
Como siempre, se agradecen los retuits, likes e historias de librerías. Pero lo que más agradezco es que estéis ahí al otro lado, escuchando mis historias.
Por cierto, comenzaré 2022 con algo un poco distinto.
Haré mi primer hilo de ficción.
Durará una semana o más... así que id haciendo un hueco en vuestras lecturas.
Ah... Y como siempre, dejo aquí mis hilos organizados por si alguien quiere leer alguno más. linktr.ee/admin
A la librería de Marga también se le conoce con el nombre de "Die Löwin vom Kurfürstendamm" (La leona de Kurfürstendamm).
No está muy claro porque empezaron a llamar así a la librería, pero quiero creer que fue por el carácter de Marga.
Lo que ha quedado para la posteridad es el logo creado por Hans Thiemann, uno de los pintores de la Bauhaus de Dessau, donde trabajó con sus dos maestros: Paul Klee y Kandinsky.
Por cierto número 2:
Os acordáis del padre de Marga y su papelera… Bien, pues me informan estos seguidores tan majos y listos que tengo que el papel de Schoeller todavía se vende y es muy apreciado por los artistas
Por cierto número 3:
Para celebrar sus 90 años abiertos hicieron muchos actos... pero a mí lo que más me gusta son estos marcapáginas con los autores que ha pasado por su librería.
¡Ahora necesito uno!
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Acabo de descubrir que el libro más prohibido de la historia es...
¡Un cuento infantil sobre una familia de pingüinos!
Con Tango son tres
Un libro infantil que ha sido prohibido en bibliotecas y países por hablar de algo tan normal como la homosexualidad.
Hilo 👇👇👇
Una mañana de domingo, el dramaturgo y escritor Peter Parnell, leyó una noticia en el New York Times que le resultó curiosa:
Dos pingüinos machos del Zoo de Nueva York se apareaban en la época de celo.
Peter se lo comentó a su pareja, Justin Richardson, un psiquiatra especializado en desarrollo sexual infantil, y pensaron que esa era una forma muy sencilla de explicar la homosexualidad a los niños.
Quizás una de las personas que más envidio en el mundo de los libros es Sebastian Finsterwalder.
No es un escritor, ni un editor, ni siquiera un librero, es un... es detective de libros.
Es un rastreador de libros robados, pero no unos cualquiera. Libros robados por los nazis.
Mientras escribo estas palabras, estoy sentado frente a mi pequeña librería. Observo mis libros y una idea me revolotea en la cabeza:
La mayoría de estos libros me sobrevivirán.
Con frecuencia se piensa que los libros son objetos frágiles, hechos de papel y tinta... pero son resistentes. Mucho más de lo que creemos.
Por eso, la vida de un libro es larga y es difícil contar su historia.
En el corazón de Berlin hay un edificio que no pasa desapercibido. Resume, entre sus cuatro paredes, la historia de la ciudad en los últimos 100 años:
Guerra.
Hambre.
Techno.
Y diseño.
Hoy en #berlinespobreperosexi: DER BUNKER.
La arquitectura en Berlín es casi una religión. En la ciudad puedes encontrar obras de Mies, Le Corbusier, Chipperfield... pero ninguno me ha impresionado tanto como la primera vez que pasé por delante de "El Búnker".
En Berlín no es tan extraño encontrarse aún búnkeres de la IIGM. Cuando vivía allí, por ejemplo, al final de mi calle había uno.
Lo más divertido de ese búnker es que es indestructible, hubo intentos de dinamitarlo y nada... Así que hay viviendas sobre él.
En Estados Unidos hay cientos de personas viviendo en un centro comercial.
Viven en pisos, encima de las tiendas
Y la culpa de todo la tiene Tiburón, la película.
Os cuento esta historia de urbanismo, cultura y aires acondicionados en este hilo.
Hace unos días leí un artículo (interesantísimo) de Jorge Dioni López (el Jorge bueno) sobre el urbanismo y la importancia de los espacios donde compartimos cultura.
Y acababa haciéndose una pregunta metafórica
¿Se puede vivir en un centro comercial?
Como soy muy tonto, me lo tomé al pie de la letra y busqué si alguien ya vivía en uno. Me imaginaba una historia como La Terminal, en la que un individuo tiene que vivir por razones absurdas en un espacio así.
Pero no.
La gente vive allí porque los centros comerciales quieren.