En los años 60 la crítica marxistoide odiaba a John Ford porque, decían, hacía películas militaristas y fascistas. Hoy día, John Ford sigue siendo un cineasta políticamente incorrecto para la cinefilia progre por defender, dirán aspirando sales, la "masculinidad tóxica".
Y es que la ideología de izquierda también se cuela en la evaluación cinematográfica. Dos buenas películas, pero ni de lejos obras maestras, como "First Cow" y "El poder del perro" son elevadas a los altares de la sensibilidad posmoderna por sus retratos de "masculinidades"
Es importante también para la valoración cinéfila progre-woke que dichas películas hayan sido realizadas por mujeres, siempre atentos a la brecha y la cuota, y que en ellas se realice una desmitificación (adoran desmitificar casi tanto como deconstruir) del "american dream".
En realidad, la mejor deconstrucción de la "masculinidad tóxica" la realizó el pollavieja blanco William Wyler en "Horizontes de grandeza", a años luz de "First Cow" y "El poder del perro". De cuando los directores de cine no vestían como adolescentes en un concierto de reguetón.
En 2022 quien mejor ha deconstruido la masculinidad tóxica ha sido el pollavieja blanco Ridley Scott en una impecable película de corte clásico y pespuntes contemporáneos que le da 9999 vueltas a las simpáticas y modositas películas de Campion y Reichardt #Elúltimoduelo
Por supuesto, deconstruir la masculinidad tóxica en serio no implica impartir cursos de corte, confección y empatía a los "aliades", sino, como hacía Gregory Peck, liarse a puñetazo limpio con Charlon Heston pero sin testigos. Fuerza, sí, bravuconería, no: masculinidad positiva.
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John Rawls, el filósofo liberal más importante sobre el concepto de Justicia, fue soldado durante la IIGM en las brutales batallas del Pacífico. Fue ascendido a sargento con McArthur, pero luego fue degradado a soldado raso porque se negó a cumplir una orden. Una orden injusta.
Rawls era muy cristiano, incluso había pensado ser sacerdote estando en Princeton. Durante la IIGM, sin embargo, se hizo ateo. Ver in situ la devastación producida por los bombardeos atómicos en Japón le afectó profundamente durante toda su vida. Que lo hubieran hechos los suyos.
Un teniente le ordenó castigar a un soldado. El sargento Rawls se negó. No creía que estuviese justificado ningún castigo en dicho caso. Fue degradado. Ya en EE.UU. comprendió que el Ejército no era lugar para alguien como él. Perdimos un mal soldado, ganamos un gran filósofo.
Hay tres visiones de la naturaleza humana: la conservadora, la socialista y la liberal. La conservadora es trágica y pesimista. La socialista, utópica y optimista. La liberal, de andar por casa y opti-trágica (podemos mejorar, pero sin tirar cohetes que el abismo está esperando).
Los conservadores creen hay una serie de limitaciones inherentes a la naturaleza humana (pecado original y tal) que son insuperables salvo por la intervención de fuerzas sobrenaturales: Dios, Nación (con mayúscula) o la Tradición (da igual que sea buena o mala, es “nuestra”).
La izquierda tiene una visión utópica de la naturaleza humana que consiste en que no existe una naturaleza humana: podemos actuar sobre el ser humano como si fuese una tabla rasa para construir “hombres nuevos”: ángeles progres, almas bellas sin tacha de egoísmo o átomo de maldad
El gendarme que disparó, detenido. Los sindicatos de policía, indignados. Buena suerte, Francia, si los responsables de mantener el orden público, fundamento de la libertad, deciden que no van a consentir que su compañero sea un chivo expiatorio de la barbarie de otros.
De nuevo, la presunción de inocencia y el Estado de Derecho cuestionados por un vídeo que el mismo Macron usó para condenar al policía. Si fuese por el presidente de la anteriormente republicana y laica Francia, hoy un Estado fallido, hubiesen entregado al policía a las turbas.
¿Cuál es la respuesta del Estado francés, además de vulnerar el derecho del policía a un juicio justo? Dinero. Como si las bibliotecas quemadas pudiesen volver a levantarse como si no hubiera pasado nada. Además, ¿qué son 20 millones de euros con la deuda al 112% del PIB?
Según El País, entre los pensadores más influyentes en la izquierda está Foucault. Decía Richard Rorty que la influencia de Foucault había sido perniciosa, llevando a los intelectuales a un profundo resentimiento. Esa es también la clave de los intelectuales españoles de izda.
Otros pensadores que influyen en España son Marx y Gramsci. Es decir, dos enemigos de las sociedades abiertas y el Estado de Derecho. Esto muestra el conflicto larvado entre la izquierda intelectual y las democracias liberales, así como su querencia por dictaduras populistas.
Con Butler y Piketty, se trata de subvertir las instituciones de las democracias liberales desde dentro, parasitando las instituciones introduciendo sesgos de clase, de raza, de género... diseminando el odio como motor social y la violencia larvada como método político.
Hay un documental sobre los "negros" en la pintura del Renacimiento en Italia. Y pongo "negros" entre comillas porque algunos no son ni negros ni blancos, sino mulatos, como Alejandro de Médici. O como Obama. Así que no han ningún "blanqueamiento" como pretenden los del BLM.
Los mulatos representaban el mal absoluto para los racistas blancos. Como le sucedió a Griffith en El nacimiento de una nación. Paradójicamente, los seguidores de la Teoría Racial Crítica suelen invisibilizar a los mulatos en su discurso, llevados por su maniqueísmo racial.
El documental es interesante porque pone en primer plano muchas representaciones de personajes "negros" que no se suelen poner en primer plano. También sucede en la pintura española. Por ejemplo, este es mi cuadro favorito de Velázquez que se llama, válgame Griffith, "La mulata".
Típicas barbaridades que analfabetas funcionales sueltan desde el Ministerio de Igualdad promoviendo el odio entre géneros (el currículo oculto de la ideología de género). Pedro Sánchez se ha dado cuenta demasiado tarde de que defender el feminismo con mentiras es tóxico.
Los hombres de 40-50 años tienen recursos intelectuales suficientes para desmontar los discursos androfóbicos de niñatas que sólo se han leído "Feminismo para principiantes" y van dictando cátedra en TikTok, extendiendo su ignorancia envuelta en odio a los más jóvenes.
Los hombres de 40-50 años no se sienten ofendidos por "el discurso feminista", sino por un determinado discurso feminista, el del feminismo de izquierdas, en general, un cúmulo de falacias, mentiras, victimismo y captura de las instituciones para propagar la "lucha de géneros".