Tras la muerte de Alejandro Magno, su imperio se partió en pedazos. El mayor de esos fragmentos fue el origen del Imperio Seléucida, un reino helenístico que comprendía la mayor parte de las tierras en Asia.
Si quieres conocer su historia, te invito a leer este 🧵🧵 HILO 🧵🧵
El primer rey del Imperio Seléucida fue Seleuco I Nicator (El Vencedor). Seleuco era miembro de la aristocracia macedonia y presumiblemente se crio como uno de las personas de confianza de Alejandro Magno.
Seleuco se proclamó rey en el año 305 a.C. y derrotó a Antígono en la batalla de Ipsos (301 a.C.) durante la 4a Guerra de los Diádocos (305-301 a.C.). Así, Seleuco extendió sus dominios hasta Siria y Cilicia, consolidándose como el reino helenístico más extenso de todos.
Entre los años 306 y 280 a.C. el Imperio Seléucida alcanzó su máxima expansión uniendo un territorio que iba desde Tracia hasta Bactria y Sogdiana. Geográficamente, se podría dividir al imperio en tres zonas: Asia Menor, Siria y Mesopotamia y las satrapías orientales.
No fue hasta después de la derrota ante Roma en el 189 a.C. que la dinastía no se volcó por completo en mantener su control de Oriente frente al ascenso de los partos. Esto derivó en la ruina del imperio por la eficacia de sus enemigos y las luchas internas de la monarquía
Las Guerras Sirias (274-168 a.C.) golpearon el corazón del reino durante todo el siglo III a.C. siendo las cuatro primeras favorables a los Ptolomeos y las dos últimas a los Seléucidas, aunque la región acabó siendo independiente tras el conflicto con los macabeos (167-160 a.C.)
A estas guerras del ejército seléucida hay que añadir los constantes conflictos dinásticos, secesiones e invasiones en Asia Menor y las satrapías orientales, donde solo se recuperó el control de las ciudades seléucidas bajo el reinado de Antíoco III el Grande (223-187 a.C.).
Las guerras parto-seléucidas (175-129 a.C.) fueron una serie de conflictos cuyo relato ha llegado muy fragmentado, pero que concluyó con la derrota de los seléucidas griegos. Tras este conflicto, perdieron Persia, Media y Mesopotamia, quedando el reino reducido a Siria y Cilicia.
Durante la 3a Guerra Mitridática (73 - 63 a.C.), Pompeyo Magno restituyó al rey Antíoco XIII (69-63 a.C.) en el trono de Siria, pero acabó convirtiendo el mermado territorio en provincia romana en el 63 a.C. por si los conflictos dinásticos desestabilizaban la región
Si te ha gustado este hilo, puedes apoyarlo haciendo un retweet.
Y si quieres profundizar en la historia de los seléucidas, puedes leer este artículo publicado hoy por Ricardo Núñez
Hoy me ha pasado OTRA VEZ. Me he encontrado con alguien que ha cuestionado el sentido que tiene dedicarte profesionalmente a la HISTORIA. Para rebatir a esa persona, aquí va un 🧵🧵 HILO 🧵🧵 con todos los motivos por los que creo que cualquier persona debe saber historia
¿Por qué vivimos con este prejuicio social tan absurdo y falso? Mi teoría es que nos han hecho creer desde niños que la historia, o incluso las humanidades en general, son algo bonito para el postureo cultural pero poco práctico y útil en un mundo en plena revolución tecnológica
¿Y quiénes nos han inculcado esta forma de pensar? Pues creo que no hay una persona o grupo social concreto al que usar como chivo expiatorio porque es culpa un poco de todos: el sistema educativo, el mundo laboral, los políticos, los medios de comunicación…
El 19 de agosto del año 14 d.C. se producía la muerte del emperador Augusto en Nola. Aquel día acabó la vida no solo del primer emperador romano, sino del emperador que más tiempo estuvo en el cargo: 41 años.
Vamos a ver cómo fueron sus últimos días en este 🧵 HILO 🧵
👇👇👇
En el verano del 14 d.C., Tiberio marchó al Ilírico para comprobar que la provincia era estable y segura. Augusto y Livia Drusila lo acompañaron al principio de su viaje, en parte también porque el princeps quería asistir a los juegos en su honor que iban a tener lugar en Nápoles
Augusto se puso enfermo en el viaje, así que la familia pasó unos días de relax en la isla de Capri disfrutando de numerosas fiestas y juegos entre amigos. Luego, a pesar de no estar del todo recuperado, cruzó hasta Nápoles y asistió a los juegos en su honor.