¿Qué lecciones dejó el #9F?, preguntaban en un space, en referencia al asalto militar a la @AsambleaSV del Pdte Bukele el 9 de febrero de 2020. Para mí hay tres fundamentales: Una, que la comunidad internacional es inútil en estos casos y en El Salvador lo ha probado una vez más.
La comunidad internacional y su diplomacia no solo son pusilánimes y cobardes, sino negligentes en su responsabilidad de exigir a un Estado que cumpla las obligaciones que ha asumido precisamente con esa comunidad internacional para respetar la democracia y los derechos humanos.
La segunda gran lección es que un gobernante que en nombre del pueblo, de Dios y del dinero (¿recuerdan que todo empezó porque quería un cheque en blanco por más de 100 millones de dólares?) asalta un órgano del Estado no se detendrá ni en la captura de todo el Estado...
... ni se detendrá en la anulación de la democracia, por mucho que haya llegado al poder por la vía democrática y por mucho que su discurso o sus pretendidas razones despierten simpatías entre quienes tienen muy frescos los agravios de partidos y gobiernos corruptos previos y...
... y entre quienes, colmadas y colmados de indignación y hartas y hartos de ir de esperanza en esperanza, pero también de tropiezo en tropiezo, han desarrollado algo parecido a un odio y sed de venganza contra quienes en nombre del cambio les estafaron. A dos años del #9F...
... es más fácil caracterizar lo que muchas personas aún se rehúsan a denominar dictadura. A dos años del #9F el régimen de Bukele tiene estas cuatro aristas que a ustedes les harán preguntarse "¿dónde vi algo así antes?", y pensarán en Chávez, Pinochet, Fujimori, Ortega...
1. Bukele atiende el negocio con una pistola sobre el mostrador. A quien no le guste... ahí está la oficina de quejas atendida por el gorilismo. Y gorilas no son solo los militares, no, pero estos son clásicos en una dictadura, y baste recordar su "uso "reciente:
El #9F el presidente Bukele llevó armados a los militares a persuadir a la @asamblealegislativa para que le firmara un cheque en blanco por más de 100 millones de dólares para supuestamente financiar un plan de seguridad que era y es secreto.
Semanas después del #9F los militares se convirtieron en jueces y por decisión de Bukele -no por ley- tenían la potestad de privar de libertad a quienes según ellos carecían de razones válidas para circular por las vías públicas del país. Soldados juzgando y condenando civiles.
También pocas semanas después del #9F los militares obtuvieron del presidente -no de la ley- potestad para sitiar ciudades enteras. ¿Recuerdan el caso de La Libertad, privada de libertad por antojo y criterio epidemiológico de un Pdte que recetaba agua tónica contra la covid-19?
Y luego, ya meses después, sorprendido por una manifestación ciudadana contra sus abusos, el 15 de septiembre de 2021, advirtió contra eventuales nuevas marchas: "Esta vez no usamos gases, pero tal vez la próxima... depende..." El tendero con la pistola en el mostrador.
2. La segunda arista es la de la consolidación de la censura abierta a la prensa. Varias veces el régimen ordenó que diversos periódicos bajaran notas sólidas que ponían en entredicho al gobierno de Bukele o a funcionarios de su gobierno o de otras instituciones a su servicio.
Estas órdenes provenientes desde el sistema de justicia violaron todo procedimiento -como ponderación de colisión de derechos- establecido por el sistema interamericano de derechos humanos destinado a preservar el bien sagrado de la libertad de expresión.
3. La tercera arista que caracteriza al régimen es que, como se ve en cualquier dictadura, el cierre del Estado al escrutinio ciudadano se usa para consolidar el hurto de recursos públicos, las violaciones a los derechos humanos y la impunidad.
4. Esta quizás sea la máxima expresión de una dictadura: los presos políticos. Si te saltás y escupís sobre los procedimientos de la Constitución y las garantías constitucionales para procesar a tus adversarios y adversarias, no sos cool: sos un Pinochet, un Chávez, o un Ortega
Muyshondt, Violeta Menjívar, Erlinda Hándal y varias decenas de otras personas que trabajaron en gobiernos anteriores podrían ser responsables de alguna irregularidad, pero eso no faculta a rey alguno a privarles del derecho a defensa, a ver a sus familias y a acceder a salud.
Al inicio hablé de tres lecciones del #9F y no crean que olvidé la tercera. Aquí va: los millonarios son una clase no solo cobarde, sino antidemocrática y a la que no le importan ni la gente, ni su país, ni la democracia. Su dios es la plata y su única lealtad es hacia el dinero.
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Vengo por acá a pedirles, de nuevo, que NO SALGAMOS. No creo que solo yo esté viendo cómo cada vez más fallecen de súbito a nuestro alrededor personas conocidas o cercanas. El virus se ha propagado ya por todos lados y en descontrol, pero lo peor aún no sucede:
No cometamos la insensatez de salir. No solo por nosotros, sino porque nosotros, sin saberlo, podemos llevar la muerte a personas queridas. Y viceversa: la irresponsabilidad de amigos, vecinos o desconocidos puede condenarnos a una muerte en soledad. Para nuestra fortuna...
Para nuestra fortuna, nosotros sabemos cómo se propaga el virus y cómo se le puede evitar y entendemos que el sacrificio que debemos hacer es resistir esa tentación tan comprensible, tan humana y tan mundana de ver otros rostros en persona. Pero ojo, ¿eh?
La inescrupulosa clase política baila sobre el charco de sangre llamado El Salvador mientras nos da placebos con la esperanza de canjearlos por votos: las medidas extraordinarias son un espejismo porque son tortura y venganza y no atacan al problema. Vergüenza, @PDDHElSalvador
Eso en primer lugar. Dos: el gobierno -el actual- transfiguró a muchos policías de aplicadores legítimos de la ley en enemigos de los pandilleros, y creó una guerra en la que todo vale: que no vacilaran para disparar y que olvidaran los derechos humanos, los azuzó un funcionario.
Tres: el segundo gobierno del FMLN solo escribió un nuevo capítulo del manual para lucrarse electoreramente de las vidas de la gente pobre, particulares, policías o soldados. Leyes antipandillas (Paco Flores), endurecer las penas, torturar y exterminar han sido trampas cazavotos.