"Días del Cielo" tiene una de las fotografías más bellas (y más difíciles) de la historia del cine. Una escena era TAN difícil que solo pudo rodarse con un maravilloso golpe de ingenio.
Y eso que el Director de Fotografía estaba medio ciego.
Os lo cuento en este pequeño HILO ⬇️
En 1976, el Néstor Almendros, director de fotografía de la peli, tenía 46 años y comenzaba a sufrir una gradual pérdida de visión. Quizá fuese por los casi 30 años que llevaba acariciando la luz, ese primer motor de la creación, pero el caso es que sus ojos empezaban a fallar.
El problema es que Terrence Malick, el director de la peli, tenía solo 33 años pero estaba completamente enloquecido.
Malick estaba enloquecido y absolutamente enamorado.
Enamorado de la hora mágica. Del tiempo justo anterior al amanecer e inmediatamente posterior a al ocaso.
Del tiempo al borde del sol.
Malick quería rodar en esa hora, que para Almendros era un eufemismo: "Porque no dura una hora, apenas eran 25 minutos cada día", dijo.
Pero en esa hora que son 25 minutos la luz es distinta. No tiene los agitados contrastes del crepúsculo ni la nitidez del mediodía.
Es una luz lenta, adormecida.
Como la época que retrata "Días del Cielo" era una época de esperanzas adormecidas al alba.
La película se desarrolla en Texas, pero se rodó en Alberta, Canadá.
Son muy famosas dos referencias a dos cuadros capitales de la historia del arte norteamericano.
Christina's World, de Andrew Wyeth...
...y, por supuesto, The House by the Railroad, de Edward Hopper, pintado en 1925. Más o menos la misma época en la que se desarrolla "Días del Cielo".
El filme está lleno de imágenes memorables en el sentido etimológico del término: que permanecen en la memoria.
Que forman parte de la memoria.
Todas rodadas bajo la luz de la hora mágica.
Pero hay una muy especial, y extremadamente difícil de rodar. La de la plaga de langostas.
Malick quería enseñar la plaga. Quería tener insectos reales. Quería lanzarlos y quemarlos (ya os dije que estaba enloquecido).
Pero, claro, puedes amaestrar a un perro o a un caballo, pero no a una langosta.
Así que, ante la imposibilidad de disponer de un verdadero enjambre de insectos, Malick no tuvo más remedio que simularlos con ingenio.
Bueno, con ingenio y con cacahuetes.
Para los planos cortos en el trigal sí que empleó langostas de verdad...
...pero para las escenas en las que las langostas volaban hacía el cielo, lo que hizo fue subirse a un helicóptero y comenzar a lanzar sacos y sacos de cacahuetes.
Y lo filmó todo.
Pero lo filmó AL REVES. Es decir, obligó a los actores, incluido un jovencísimo Richard Gere, a caminar y a hacer los gestos al revés.
Así, cuando reprodujese la filmación también al revés, todos esos cacahuetes cayendo se convertirían en langostas escapando hacia el cielo.
Y la escena fue historia del cine.
Curiosamente, Néstor Almendros no pudo verla desde el objetivo. La normativa impedía que un extranjero se sentase tras la cámara, así que, colocado junto a ella, daba órdenes puntuales a los operadores, pero tuvo que verlo todo gracias a las polaroids que un asistente le sacaba.
Almendros no pudo ver la monumentalidad de su obra hasta tiempo después, ya en la primera proyección privada, a la que asistió junto a Malick y los miembros más destacados del equipo.
Y entonces sí.
Allí en la oscuridad de la sala pudo al fin contemplar a Richard Gere levantando la cabeza entre langostas, junto a una mansión pintada por Edward Hopper en un campo de Alberta que quería ser Texas, bajo los rayos entumecidos de la hora mágica.
Ale, ya sabéis, si os ha gustado esta historieta extra, acordaos de darle RETUIT al hilo, y así os contaré más historietas extra los domingos (o al menos, algunos domingos 😬).
Y, por cierto, como me acaban de apuntar, la fotografía de "Días del Cielo" la valió el Óscar de la Academia a Néstor Almendros. El único a fotografía que ha recibido un español.
(Entregado por Kim Novak y James Coburn, ojo).
Aquí la entrega del premio y el discurso de agradecimiento, en parte en español, de Almendros.
(Del precioso vestido de Novak y de Novak con 46 años dejaré que hablen otras personas que no la tengan idolatrada desde que vieron Vértigo).
Una cosa más de "Días del Cielo", que no tiene que ver con la luz, sino con la música.
Ennio Morricone compuso una suite formidable. Quizá junto a "La Cosa" lo que más me gusta de él: open.spotify.com/track/5iIUUanO…
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En 1980, tras una carrera estelar en la MLB, el primera base Gary Thomasson protagonizó uno de los fichajes más sonados de la historia del béisbol: se fue a Japón.
El 5 de diciembre de 1952, una niebla densa y oscura se levantó sobre Londres. Demasiado oscura. Demasiado densa.
Cuando se fue 5 días después, había matado a 4.000 personas PERO SALVARÍA DECENAS DE MILES DE VIDAS.
En #LaBrasaTorrijos, el Gran Smog que cambió Inglaterra.
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Cuando el señor Wilson Patrick Daley quiso coger el bus desde su casa en Waterloo para ir a su trabajo en la City, se encontró con la parada llena de londinenses indignados: la BBC acababa de anunciar que los autobuses dejaban de circular hoy por culpa de la niebla.
Es cierto que había una niebla espesa pero nada que asustase a la gente de Londres. Otro día de "sopa de guisantes".
Seguramente se la llevaría la lluvia por la tarde.
Cuando el embajador egipcio fue a la Mezquita de Washington, supo que algo iba mal:
—Es impura. Apunta al noreste y La Meca está al sureste.
—Sí— dijo el arquitecto —Se orienta al noreste pero apunta DIRECTAMENTE a La Meca.
¿Cómo es posible?
Os cuento en #LaBrasaTorrijos
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En el centro de la mezquita saudí de Masyid al-Haram, en el centro de La Meca, se levanta la Kaaba. Un prisma negro que es mucho más que eso.
Es la Casa de Alá.
El lugar donde lo divino toca lo terrenal.
El centro del Islam.
Y sí, he usado tres veces la palabra "centro" porque ese prisma negro es literalmente el punto central al que se debe orientar el rezo de TODOS LOS MUSULMANES DEL MUNDO.
A esa dirección se la llama Qibla y se aprecia perfectamente en ordenación centrípeta de la propia Meca.