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𝑮𝒂𝒍𝒊𝒆𝒏𝒐_𝑨𝒖𝒈𝒖𝒔𝒕𝒐

Mar 9 • 31 tweets • 14 min read

¿Sabéis cuál era el plástico de los romanos?

Ese material no biodegradable que empleaban a diario y que en su extracción y transformación era contaminante, tanto que su estudio nos ayuda a analizar la expansión de Roma...

Hilo va damas y caballeros⬇️

#HistoriaDeRomaParaTodos

Comenzamos hablando de la metalurgia romana y la huella ecológica que ha dejado especialmente en el norte de Europa y el mundo atlántico septentrional en forma de contaminación antropogénica por metales pesados en el suelo y sedimentos en el hielo.

La contaminación es tan importante y significativa que se ha identificado como el inicio del Antropoceno, el periodo que estamos viviendo, un capítulo discreto del Holoceno, nuestra época geológica actual. Los lechos de los lagos, las turberas, las marismas y los campos de hielo

producen registros de contaminación muy fiables. Los registros extraídos de los lechos de los lagos irlandeses y suecos, de una marisma salina islandesa, de las turberas de las Islas Feroe y de los glaciares del Ártico muestran un aumento repentino de contaminantes de plomo entre

el año 100 a.C. y el 100 d.C. El plomo es liberado por la fundición de una serie de minerales metálicos, incluidos los extraídos del cobre y el oro, el estaño, el zinc y la plata, y del propio plomo. En cada lugar, los niveles de contaminantes de plomo descienden rápidamente

hacia el año 400 d.C., sólo empiezan a aumentar de nuevo hacia el año 800, y no alcanzan los niveles romanos hasta el año 1700 aproximadamente. En ninguno de estos lugares hay yacimientos de minería y fundición contemporáneas de minerales, que habrían producido la contaminación

La contaminación de la época romana en el Atlántico es el resultado de la intensidad de la fundición que tuvo lugar a miles de kilómetros al sur, liberando a la atmósfera partículas de plomo que fueron transportadas a grandes distancias por el aire y las lluvias.

El origen del plomo en el hielo de Groenlandia ha sido confirmado por la geoquímica (análisis isotópico),y se encuentra en Hispania que fue la fuente de hasta el 70% de la contaminación por metales pesados en su punto álgido, en el siglo I d.C.

El rápido aumento de la contaminación atmosférica por plomo va pareja a la difusión de la circulación del denario de plata, la moneda acuñada en mayor número y con un pico de su finura (con casi un 98% de plata) desde la época de Augusto en el siglo I d.C.

A partir del reinado de Nerón, la moneda de plata romana se degradó cada vez más. La proporción entre la plata y la aleación de cobre disminuyó y aumentó la cantidad de plata reciclada, obtenida mediante la fundición de monedas antiguas.

La extracción del oro provoco más contaminación. La mayor explotación aurífera romana conocida se encontraba en Las Médulas, en el noroeste de Hispania. Los sedimento extraídos de un pequeño lago situado a unos treinta y cinco kilómetros de las minas muestra que la primera

metalurgia del oro en Las Médulas data hacia el año 300 a.C., con un rápido aumento de la contaminación por plomo a partir del año 100 a.C., un pico en torno al año 15 a.C. y un descenso a los niveles anteriores al año 300 a.C., en torno al año 120.

El pico de contaminación se corresponde con el identificado en el núcleo de hielo de Groenlandia. Llegados a este punto del hilo imagino que ya sabéis cual es el plástico de Roma. El plomo era un metal común que se empleaba en cantidades y con fines desconocidos antes y después.

Se ha sugerido que el periodo romano debería llamarse la "Edad del Plomo", sucesora arqueológica de la "Edad del Hierro". El plomo se utilizó ampliamente en la construcción, es maleable y resiste la corrosión.

El plomo fundido se vertía alrededor de abrazaderas de hierro para unir los tambores de las columnas y para fijar las fachadas de mármol a la mampostería. Las láminas de plomo y las soldaduras se utilizaban para formar y sellar juntas. El plomo se utilizaba sobre todo en las

obras hidráulicas romanas: para formar las tuberías que transportan el agua a presión, para aplomar las fuentes y para plomadas de fuentes y baños, para canalones de lluvia y tejados, y como depósitos para almacenar agua, incluida el agua potable, para diversos fines.

El agua corriente de Roma podía contener hasta 40 veces el plomo del agua natural de manantial antes del año 250 d.C., y que descendió hacia el año 500, cuando las tuberías se atascaron con cal, se agrietaron, y el sistema de agua en general se deterioró.

Además de su uso en la construcción y en las obras hidráulicas, el plomo se utilizaba en las aleaciones de cobre. Como era pesado, el plomo se utilizaba para las pesas. Como era fácil de moldear, los sellos de plomo se utilizaban para asegurar bolsas, sacos y cartas.

Los tapones de plomo tapaban líquidos y las etiquetas de plomo se pegaban a los sacos. Las legiones utilizaban el plomo para las balas. Los compuestos de plomo - "plomo blanco" (cerussa) y "plomo rojo" (minium)- se empleaban como pigmentos en pinturas y cosméticos.

Se han encontrado ataúdes de plomo en varios lugares del mundo romano tardío, y en mayor número en Britania, donde el plomo era abundante. La omnipresencia del plomo hizo que el suelo romano estuviera contaminado por él, incluso allí donde no había minería o fundición.

Los análisis de sedimentos realizados en el Puerto de Alejandría, donde no se conocen yacimientos de plomo, muestran que los niveles de ocupación romana están repletos de plomo, desconocido en épocas anteriores y durante un milenio después.

El plomo alejandrino estaba presente en el puerto. El revestimiento de plomo se aplicaba a los cascos de los barcos, tal vez dos tercios de todos los barcos romanos, contaban con protección contra los gusanos de la madera (teredo navalis).

Anclas y remos, pesas de sondeo (para medir la profundidad del agua), bombas, plomadas para las redes y los cabos de pesca, e incluso ingeniosos braseros de para cocinar con mayor seguridad a bordo estaban fabricados con plomo.

La exposición al plomo suponía un riesgo para los salud. Tanto Plinio el Viejo como Vitruvio observaron la insalubridad de los trabajadores del plomo. En contra de una teoría popular, es poco probable que los romanos ingirieran niveles tóxicos de plomo de sus tuberías de agua.

Aunque el plomo es soluble en el agua, el carbonato de calcio depositado por el agua dura proporcionaba una barrera entre el agua y el plomo. Además, el calcio impide que el intestino absorba el plomo.

El plomo se utilizaba con fines medicinales, para cocinar y mezclar salsas, para conservar y endulzar el vino. Los cazos romanos fabricados con plomo y estaño se utilizaban para producir reducciones de mosto (zumo de uva sin fermentar) llamadas, según su concentración, sapa,

defrutum o caroenum, todas ellas llenas de plomo. La sal se producía en salmueras de plomo, que se calentaban para evaporar el agua, antes de que la sal se picara y se raspara. Los huesos y dientes de los romanos nos permite distinguirlos de los que vivieron antes y después de

ellos en los mismos asentamientos El plomo estaba presente en la vida romana y se ha convertido en un factor para medir el impacto d Roma sobre el medio ambiente, el desarrollo económico, cultura Mientras nuestra "civilización" está unida al plástico la romana lo estuvo al plomo