30/03/1900 nacía en Paniza (Zaragoza), María Juana Moliner Ruiz
Bibliotecaria, archivera, filóloga y lexicógrafa
Autora del Diccionario de uso del español. Un libro de referencia para aprender a leer y escribir, hecho por y para el pueblo
Nació en el seno del matrimonio formado por Enrique Moliner Sanz, médico rural, y Matilde Ruiz Lanaja.
Su padre, después de un segundo viaje a América en 1914, se quedó en Argentina, abandonando a la familia.
Esto motivó probablemente que la madre decidiera en 1915 dejar Madrid y regresar a Aragón. Allí la familia sale adelante en buena parte gracias a la ayuda económica de María, que, aun siendo muy joven, se dedicó a dar clases particulares de latín, matemáticas e historia.
Los primeros exámenes del bachillerato los hizo como alumna libre, en el Instituto General y Técnico Cardenal Cisneros de Madrid (1910-1915). Pasó después al Instituto General y Técnico de Zaragoza, donde concluyó el bachillerato en 1918.
En Zaragoza se formó y trabajó como filóloga y lexicógrafa en el Estudio de Filología de Aragón, dirigido por Juan #Moneva desde 1917 hasta 1921, años en los que colaboró en la realización del Diccionario aragonés de dicha institución.
Se licenció en 1921 en la especialidad de Historia, la única existente por entonces en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, con las máximas calificaciones y Premio Extraordinario.
Al año siguiente María Moliner ganó las oposiciones para el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, comenzando las prácticas en la Biblioteca nacional, siendo destinada en agosto al Archivo General de Simancas.
Tras una breve estancia pasó al Archivo de la Delegación de Hacienda en Murcia.
En esa ciudad conoció a Fernando Ramón #Ferrando, nueve años mayor que ella, que había ganado la cátedra de Física General en 1918 y era un personaje reconocido en la capital murciana.
Se casaron en la iglesia parroquial de Santa María de Sagunto, el 5 de agosto de 1925.
En Murcia nacieron sus dos primeros hijos: Enrique (investigador médico en Canadá, fallecido en 1999) y Fernando, arquitecto.
Trasladada la familia a Valencia, nacen los dos hijos menores: Carmen (filóloga) y Pedro (ingeniero industrial, director de la ETSII de Barcelona, fallecido en 1985).
Fue además la primera mujer en impartir clase en la Universidad de Murcia, durante 1924.
La familia se trasladó a Valencia.
La etapa valenciana cubre el período de mayor plenitud vital de María: el nacimiento y la crianza de sus 2 hijos pequeños (Carmen, filóloga, y Pedro, catedrático y director de la ETSII, fallecido en 1986); la atención de la casa;
la vida profesional, y, sobre todo, la participación, con la fe y la esperanza de una institucionista convencida, en las empresas culturales que nacen con el espíritu de la II República.
Debe destacarse la colaboración de D.ª María en la Escuela Cossío, inspirada claramente en la Institución Libre de Enseñanza, escuela de la que fue alma D. José Navarro Alcácer (y su mujer, D.ª María Alvargonzález), que compartieron sus objetivos con otros matrimonios amigos.
María enseñó en ella Literatura y Gramática, y, además, formó parte de su Consejo Director, como vocal, y de la Asociación de Amigos para su apoyo, como secretaria.
Prestó, asimismo, su colaboración entusiasta a las Misiones Pedagógicas de la República.
María Moliner cuidó especialmente de la organización de las bibliotecas rurales.
Escribió unas Instrucciones para el servicio de pequeñas bibliotecas (que se publicaron sin nombre de autor en Valencia, en 1937), que fueron muy apreciadas tanto en España como en el extranjero.
Su presentación preliminar "A los bibliotecarios rurales" constituye una pieza conmovedora y un testimonio fehaciente de la fe de la autora en la cultura como vehículo para la regeneración de la sociedad.
Ocupó puestos importantes en la organización de las bibliotecas populares
En 1935, en el II Congreso Internacional de Bibliotecas y Bibliografía, presentó la comunicación "Bibliotecas rurales y redes de bibliotecas en España"
En 1936 fue llamada por el rector de la Universidad de Valencia, el Dr. Puche, para dirigir la Biblioteca universitaria,
En plena guerra civil, hubo de abandonar el puesto para entregarse de lleno a la dirección de la Oficina de Adquisición y Cambio Internacional de Publicaciones y para trabajar como vocal de la Sección de Bibliotecas del Consejo Central de Archivos, Bibliotecas y Tesoro Artístico.
Su lucidez y capacidad organizativa quedaron plasmadas en las directrices que redactó como Proyecto de Plan de Bibliotecas del Estado, las cuales se publicaron a principios de 1939: "La Lectura Pública en España y el Plan de Bibliotecas de María Moliner"
Al término de la Guerra Civil, Moliner fue depurada y perdió 18 puestos en el escalafón del Cuerpo Facultativo de Archiveros y Bibliotecarios (que recuperó en 1958). En 1946 pasará a dirigir la biblioteca de la ETSII de Madrid hasta su jubilación, en 1970.
En esta nueva etapa de su vida, particularmente cuando se instaló en Madrid, criados ya sus hijos y separada físicamente de su marido una buena parte de la semana, María Moliner encontró el tiempo para dedicarse a su interés intelectual más profundo: la pasión por las palabras.
Hacia 1950, comenzó, el Diccionario de uso del español. Publicado por la Editorial Gredos (1966 y 1967). Su primera edición ha conocido 20 reimpresiones. Se editó en CD-ROM en el año 1995 y fue reeditada en una segunda edición, revisada y aumentada en 1998.
María Moliner representa, sin duda, todo un estilo de ser mujer en el siglo XX: pertenece al grupo de las pioneras universitarias que ejercen, además, una profesión. Refleja, igualmente, una manera profundamente moral de realizarse como persona.
Inteligente, responsable, generosa, sencilla, espontánea y elegante. Tras no ser elegida académica en 1972, Moliner recibió su jubilación tan discretamente como había vivido, gozando con los pequeños detalles cotidianos y presumiendo con orgullo de sus nietos.
Las notas tristes de sus últimos años fueron la muerte de su marido y su propia, terrible, enfermedad: la arteriosclerosis cerebral que la privó de su lucidez desde 1975 aproximadamente, hasta su fallecimiento, el 22 de enero de 1981.
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Aquel 13 de diciembre de 1474, Segovia se levantaba radiante. Amanecía fría, nevada y hermosa.
Desde el Alcázar hacia San Miguel partía la comitiva ya real, pues todo se había preparado esa misma noche.
El Contador Mayor del Reino don Rodrigo de Ulloa y su compañero y miembro del Consejo Real, don Garci Franco informaban a la princesa del fallecimiento de su hermano, el rey Enrique IV.
Al parecer le aconsejaban a Isabel no tomar decisiones precipitadas.
El 12 de diciembre de 1408, el rey Segismundo de Hungría fundaba la Orden del Dragón.
Una orden militar católica de caballeros, generalmente integrada por nobles y príncipes, que surgió durante la unión de Hungría y Croacia a finales de la Edad Media.
El entonces rey de Hungría, y posteriormente Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, creó esta Sociedad según las órdenes militares de las Cruzadas, requiriendo que sus iniciados defendieran la Santa Cruz y luchasen contra los enemigos de la Iglesia Católica.
La más célebre hermandad militar húngara estaba formada por caballeros húngaros y príncipes centroeuropeos procedentes de lugares tan lejanos como Bosnia o Valaquia –cuyo gobernante, Vlad III Tepes, #Drácula, recibió el nombre precisamente por su pertenencia a ella–.
El 12 noviembre de 1840 nace Auguste Rodin, escultor, grabador, pintor y dibujante francés
Considerado el padre de la escultura moderna, su importancia se debe a la ruptura con el canon académico que imperaba en el siglo XIX en Francia.
Las esculturas de Rodin supusieron nuevos bríos en un arte que, a diferencia de la pintura, poco había evolucionado en los siglos anteriores sumido en el frío acadecismo.
Sus trabajos, sin embargo, no se alejaron radicalmente de los cánones de su maestro Miguel Ángel.
Cuando Rodin incursionó en el ambiente artístico parisino de mitad del siglo XIX, la escultura en los textos académicos se definía como "una imitación selectiva y palpable de la naturaleza".
Charles Blanc, Grammarie des arts du dessin (París: Laurens, 1880)
Hoy, 11 de noviembre, se celebra la festividad de San Martín; obispo de Tours y un santo con muchísima presencia y protagonismo en el románico español.
Recordamos una de las joyas románicas bajo su advocación: la Iglesia de #SanMartíndeTours en la localidad palentina de #Frómista
Esta famosísima construcción es de los pocos edificios del románico pleno o dinástico en España y muestra evidentes relaciones con otros edificios señeros del Camino de Santiago como la Catedral de Jaca, San Isidoro de León y la Catedral de Santiago de Compostela.
La iglesia de San Martín de Tours, situada en el Camino de Santiago, fue construida en la segunda mitad del siglo XI por orden de doña Mayor de Castilla, cónyuge del rey #Sancho Garcés III de Pamplona, como parte de un monasterio de San Martín, hoy desaparecido.
Decreto IX de 10 de Noviembre de 1810. Libertad política de la Imprenta.
El 10/11/1810, la libertad de imprenta se abría camino en España.
Las Cortes de Cádiz aprueban un una revolucionaria ley que podemos denominar como la Carta Magna de la libertad de prensa en España.
El Decreto IX de la libertad de imprenta, redactado el 10/11/1810 en la Real Isla de León, refleja en sus 20 artículos cómo quedarán recogidas las leyes respecto a esta libertad, siendo el más importante el preámbulo y el artículo primero.
Un Decreto claro y conciso en el que se muestra que la libertad de prensa sería una realidad en la época. Los siguientes artículos que continúan la ley recogen de manera explícita como se hará respetar esta ley.