(Advertencia a mis queridos berlineses, o futuros visitantes de Berlín, si podéis ir a la exposición, pasad de este hilo y pillaros unas entradas en el primer turno y así lo veréis solos.
Al resto os aconsejo que abráis los vídeos para poder escuchar la música)
La luz... La luz es una herramienta básica para el arte.
Con la luz, Scorsese puede esculpir el cuerpo de Jack LaMotta sin mostrar su rostro.
Con la luz, Sorolla puede crear una sombra inacabable en una tarde de verano.
O Louis Kahn pueden establecer el centro de un edificio.
Pero todos estos artistas utilizan la luz como un material para construir sus obras.
Lo que yo no había visto nunca era la luz como esencia del arte.
Eso era porque no conocía la palabra alemana…
“Lichtkünstler”
El artista de la luz.
En el Lichtkünst (luminismo, traducido al español) lon artistas que toman la luz y la ponen en el centro de sus obras.
La luz no ayuda a las obras.
La luz es la obra de arte.
Hay muchos creadores creando este tipo de arte en el mundo.
Pero hay una superestrella.
Y la tenemos en Berlín.
Se llama Christopher Bauder.
Y aunque se crio en Stuttgart, es un "auténtico" berlinés.
Tiene su estudio en el barrio de Rummelsburg, muy cerquita de Dark Matter y su arte luce, suena, huele a Berlín.
Pero… ¿Qué os parece si pasamos a la siguiente sala de Dark Matter y os sigo contando cosas?
Como veis, Bauder utiliza tres materias primas para sus composiciones:
Luz.
Movimiento.
Sonido.
Si lo pensáis, aunque toda la técnica pueda parecer muy moderna, esos elementos son muy antiguos.
Badauer, de forma consciente, nos interpela a nuestro mundo más antiguo, a nuestro "yo" animal.
Luz. Movimiento. Sonido.
Algo se remueve por dentro cuando entras en cada una de sus salas.
Quizá, ahora que vosotros lo estáis viendo a través de una pantalla, impresione menos... pero en directo es abrumador.
Esto, en una iglesia, tuvo que ser increíble.
Eso sí, no todo es abrumador con Bauder, también te construye un fueguito de campamento para que te relajes en unas hamacas.
Lo más interesante de Bauder es la propuesta que subyace detrás de su maquinaría:
Su idea es darle vida al pixel.
(Aquí, literalmente, hace un ballet con pixels)
Es decir, quiere conseguir que aquello que normalmente está detrás de una pantalla... se convierta en materia.
Quiere convertir el mundo digital en algo tangible y palpable.
Y no lo hace de forma metafórica.
Muchas de sus obras, se pueden tocar.
Como por ejemplo esta sala.
¡Esta sala es la (introducid aquí la palabrota que queráis)!
Cuando entré en esta sala, pensé... bueno, esto está bien, pero impresiona menos que los otros.
Había unas chicas en la sala sentadas, mirando, como esperando algo.
Pero ese algo no pasaba.
Así que se fueron.
Yo esperé unos minutos y la cosa no mejoraba, así que dije, bueno será mejor no perder el tiempo. Pero entonces vi un cartelito a los pies de la instalación
"Descalzate antes de subir"
¿En serio?
¿Podía subirme ahí?
No solo podía subirme, sino que estaba creado para ello.
Es un columpio.
Un columpio para niños… y adultos con alma de niño (aquí los pies de un servidor grabados en vertical)
(Tenía que haber visto la cara de la pareja que venía detrás y me vieron subido a la cima, haciendo el imbécil, nada más entrar a la sala.
Porque cuanto más hagas el imbecil, más mola...
Las luces interactúan contigo.)
Pero lo que más me gusta de las ideas de Bauder es que a pesar de la maquinaria, la tecnología, el software...
Su objetivo sigue siendo el mismo que cualquier obra de arte: la emoción.
Por eso, muchos grandes artistas le han llamado para unir su arte a otras obras de arte.
Admirad este ballet dirigido por Zhan Yimou.
Es de lo más impresionante que he visto en mucho tiempo.
También, por ejemplo, le requirió para su gira de 2019 mi querido Bon Iver. Creando unos fantásticos diamantes de luz.
Aunque sin duda, su obra más famosa, por supuesto, fue creado para su ciudad, para nuestra ciudad.
Seguro que alguno lo recordáis.
En 2014 se celebraban los 25 años de la caída del muro.
El ayuntamiento le pidió una instalación para rememorarlo.
Y a Bauder se le ocurrió una idea única:
Construyó un muro de luz.
Iluminó todas las partes por donde pasaba el muro con globos de luz.
En las imágenes no lo parece tanto, pero era una preciosidad caminar junto a esa luz.
Fue algo que conmovió a todos los berlineses.
Porque la luz puede emocionar… y de tantas maneras.
Escribir literatura infantil es de lo más complicado que existe.
Nadie sabe el secreto para encandilar a los niños.
Bueno... casi nadie.
Hubo un hombre que lo descubrió en una isla lejana:
"Where the wild things are"
Hoy, en #CorraAverlo, Maurice Sendak y los monstruos.
"Señor Sendak ¿Cuánto cuesta un billete para ir a "Where the wild things are" (Donde viven los monstruos)? A mi hermana y a mí nos encantaría pasar allí el verano"
La pregunta la lanza un niño de 4 años.
Parece una pregunta inocente, pero no lo es. Es compleja... y mucho.
Porque esa pregunta nos lleva a otra pregunta que... que no queremos hacernos
¿Por qué un niño de 4 años quiere viajar a un país lleno de monstruos de ojos terribles y garras afiladas?