Thread by @leogarciamx

Hasta donde estaremos de infoxicados, es decir, sobresaturados de información al punto de llevar a un estado de confusión, que la brújula esta perdida con el tema de la simulación del 10 abril.

No participar no vulnera al INE.
El INE ha cumplido, y cumplirá, a carta cabal.

"Esdeque la consulta de revocación de mandato es un derecho constitucional". Si, claro, por supuesto.

Eso no cambia ni cambiará. Ese emplaste horrendo ya esta en la constitución. Y ojalá un día de verdad se vuelva realmente un instrumento útil.

Pero lo del 10 de abril no lo es.

Lo del 10 de abril es un espectáculo grotesco de culto y alabanza al tirano.

Saber que es un evento que nació podrido debería ser suficiente norte. Que surge por la enferma voracidad del ego de un ser carente de todo rasgo de humanidad y el aparato que lo rodea y lo encumbra.

No es una convocatoria ciudadana. Es un evento que surge como parte de la autovalidación que necesita el propio aparato que sustenta sus excesos, sus abusos, que colude su corrupción, su incompetencia. Que es de facto el gran cómplice de la tragedia cotidiana.

Ese aparato que en su discurso, y peor, en sus acciones día a día, esta encumbrando a un tirano, que anhela casi a un monarca. No a un presidente ni mucho menos. Él es todo para ellos. Inicio y fin. Él, cuya única razón de existir es capturar y acaparar tanto poder como pueda.

Un evento que le urge también, en esa abominable aberración de relación simbiótica, a los que se llenan la boca como la máxima exhibición de su fanatismo, de su propia hipocresía, su propia intolerancia, en llamarles a todos los que no concuerdan con ellos como fachos.

Los que exhiben como comportamiento rasgos de fascismo acusando a los otros de ser tales. Clásico.

Los regímenes autoritarios con rasgos de fascismo, semillas donde germinan felices los tiranos, necesitan siempre de una narrativa de confrontación y adversarios. De enemigos.

Este show de lo absurdo va a suceder,
Y él lo dijo. Ese día ese show fársico sucederá con el INE, sin el INE, o a pesar del INE.

Y también es demasiado obvio cual será la narrativa posterior, donde el objetivo último es destruir la institución a través de la que llegó al poder.

Reiterar con mucho énfasis:

No participar no vulnera al INE.
El INE ha cumplido, y cumplirá, a carta cabal.

Lo que vulnera al INE es cuestionar su veracidad, su confiabilidad, su neutralidad, y peor, su AUTORIDAD.

En este punto el discurso que convoca a participar en el evento grotesco del 10 de abril alegando que de no hacerlo se pondrá en una situación precaria al INE, puede ser igual de nocivo que el discurso destructor del aparato oficialista.

Para la viabilidad del INE como institución lo que más importa para sustentar su autoridad es validar su confiabilidad, pase lo que pase.

Sí yo pudiera influir en el discurso, propondría que NO se cuestione la autoridad del INE.

Quién crea que su participación en el evento del 10 de abril sirve de algo, no queda más que respetar su opinión.

Y lo que también queda es seguir en la conversación explicando con claridad y con certeza por qué es un evento nocivo que es parte de una embestida contra la vida cívica del país. La propaganda, emanada del aparato de gobierno mismo, es más que elocuente en su fin real.

Y, sí estuviera en mi alcance, una vuelta a la tuerca. No solo reclamaría que #YoDefiendoAlINE.

Yo insistiría que el discurso más exacto sería #YoConfíoEnElINE y/o #YoCreoEnElINE.

Creer para confiar en las instituciones es piedra angular de la vida cívica de un país; su autoridad se fundamenta en el acuerdo tácito que todos quienes vivimos en el país acatamos las mismas instituciones, leyes, reglas, normas, etc.

Sí no se confía y se acata pierde sentido.

En el fondo el INE es el último frente que queda para de una forma cívica, en paz y civilizada, se quite del poder, o al menos no capture más poder, los que hoy están arrasando todo en su afán de encumbrar a un tirano.

El tema de fondo es que al INE se le acepte, sin regateos, en el acuerdo social como la institución encargada de coordinar, ejecutar y escrutar las elecciones, y que los participantes respeten su autoridad. Justo quienes hoy quieren destruirlo.

Por eso les estorba.