Empezamos un nuevo hilo sobre la Resurrección y la expresión que Jesús le dirige a María Magdalena: “𝗡𝗼 𝗺𝗲 𝘁𝗼𝗾𝘂𝗲𝘀, 𝗾𝘂𝗲 𝗮𝘂𝗻 𝗻𝗼 𝗵𝗲 𝘀𝘂𝗯𝗶𝗱𝗼 𝗮𝗹 𝗣𝗮𝗱𝗿𝗲”
Pero antes conviene aclarar que sígnica la expresión “𝗲𝗹 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿 𝗱í𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝘀𝗲𝗺𝗮𝗻𝗮”
Según Mateo 28,1 fue “pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana” cuando resucitó el Señor. Esto coincide con la fiesta del “Primer día del Omer”, es decir de el día de la fiesta de la ofrenda de la primicia de cebada, tal y como parecen confirmarlo también...
...los otros relatos de Mc 16, 2; Lc 24, 1; y Jn 20, 1. Y más explícita resulta aún la afirmación de Pablo en 1Cor 15, 20-23 donde hace una referencia directa a las “primicias”: “Pero ahora, Cristo sí ha resucitado de entre los muertos, como primicias de los que durmieron (...)
en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su orden: Cristo, las 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗶𝗰𝗶𝗮𝘀; luego los que son de Cristo, en su venida”.
Alegóricamente podemos decir que Jesús fue el primer fruto, y que luego, tras la muerte del grano llegaría la gran cosecha, según se alude en
Jn 12, 24: “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.”… “y fueron añadidas en aquel día como tres mil personas” (Hech 2, 41), como las primicias de las que vendrán hasta el fin del mundo.
Jesus es en sí mismo “Primicia”: (1) es la Primicia de la Cosecha de Cebada: (2) es el Primogénito de María (Mt 1, 23-25).; (3) es el “Primer heredero” de Dios (Heb 1, 6); (4) es el Primogénito de la creación (Col 1, 15); (5) es el Primogénito de entre los muertos (Ap 1, 5);
(6) es el Primogénito de muchos hermanos (Rm 8, 29); (7) es la Primicia de los resucitados (1Cor 15, 20-23); (8) Jesús es el Principio de la creación (Ap 3, 14); (9) Jesús es el preeminente (Col 1, 18).
(Paciencia que ya llega la conclusión...)
Pero las primicias, como su nombre indica, son exclusivamente para Dios, y por eso, nadie (excepto el sacerdote) podía tocarlas. Y otro detalle, en el rito se indicaba que la primica debía ser mecida en alto, es decir, debía ser elevada (subida y ofrecida a Dios) por el sacerdote
El relato bíblico donde se describen estas costumbres judías se encuentra en Lv 23, 10-17: “traeréis al sacerdote una gavilla como 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗶𝗰𝗶𝗮 de los primeros frutos de vuestra siega. El sacerdote mecerá la gavilla delante de Yahvé .. El día siguiente al sábado la mecerá..”
Quizás ahora se entiende mejor el por qué de la expresión que Jesús-Primicia le dirige a María Magdalena en Jn 20, 17: “𝗡𝗼 𝗺𝗲 𝘁𝗼𝗾𝘂𝗲𝘀, 𝗾𝘂𝗲 𝘁𝗼𝗱𝗮𝘃í𝗮 𝗻𝗼 𝗵𝗲 𝘀𝘂𝗯𝗶𝗱𝗼 𝗮𝗹 𝗣𝗮𝗱𝗿𝗲 (...) Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios”.
María no podía tocar a Jesús-Primicia porque aún no había sido subido -ofrecido al Padre-; rito que realizaba el sacerdote al amanecer del día después del sábado, es decir, el primer día de la semana, al amanecer del día en que resucitó el Señor
Aquí va otro hilo. Va sobre un nuevo detalle de la Resurrección de Cristo, y en torno a la expresión de Juan: “vio y creyó”
En el Evangelio de san Juan, capitulo 20 se nos dice que Pedro y Juan salieron corriendo hacia el sepulcro a ver qué había pasado exactamente.
Pedro “entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino plegado en un sitio aparte”. Pero nos interesa más el detalle que viene después: “Entonces entró también el otro discípulo (...) 𝘃𝗶𝗼 𝘆 𝗰𝗿𝗲𝘆ó”.
¿Qué vió Juan para tener esa reacción tan instantanea? ¿Qué vio en ese sudario enrollado en un sitio aparte?
Una tradición judía del tiempo de Jesús nos puede desvelar el “secreto". Lo primero que podemos preguntarnos es ¿por qué Jesús dobló cuidadosamente el sudario a parte?
Hoy empiezo mi segundo hilo. Espero sepa hacerlo. Va sobre un detalle de la resurrección: el modo en el que Jesús resucitado muestras sus llagas y son centro de atención de los discípulos…
Es evidente que son prueba de su identidad y autenticidad: es Él, el Crucificado viviente
Pero hay algo más!
Isaías había profetizado 700 años antes, cómo Dios amaba a su pueblo Israel: "He aquí que en las palmas de las manos te tengo tatuada…”(Is49,16)
Tatuada, gravada, impresa… procesos que implicaban dolor, sufrimiento, para dejar indeleblemente escrito el nombre
De algún modo en las llagas de Jesús están grabados nuestros nombres… No olvidemos la causa de su muerte: él mismo la describe como: “mi sangre para el perdón de los pecados”
Podemos decir que se verifica aquella profecía y que al mostrar las llagas expresa su amor por nosotros