Lo cierto es que suelo cambiar de tema entre hilo e hilo, pero muchos me habéis preguntado por El Muro y por la separación de la banda (al menos de su formación clásica).
Aviso: si el hilo anterior era una especie de "Cuenta conmigo", este es más bien "Kramer contra Kramer". 😅
Después del éxito de "Wish you were here", Pink Floyd editaron un disco mayúsculo y sobresaliente y quizás eclipsado por lo de antes ("Dark Side..." y "Wish you were...") y por lo que vendría después. Este disco fue el "Animals", de 1977. #PinkFloyd#Animals
"Animals", además de ser famoso por la portada del cerdo volante (y ese cerdo os aseguro que traería cola) se concibe como un disco basado en dos metáforas: los cerdos y las ovejas. "Pigs" y "Sheep".
O lo que es lo mismo, aquellos que manejan nuestros intereses y la masa manejada de la sociedad. También había más animalitos. Todo muy Rebelión en la granja. Y Waters perfilando más el mensaje de denuncia social con el que sigue implicado hoy en día.
Y digo Waters por un hecho sencillo: "Animals" ya es un disco casi entero del bajista. La dinámica del grupo se iba decantando hacia un Roger cada vez más controlador y un resto de la banda cada vez más apático. Gilmour solo aportaría "Dogs" (que ya es mucho, casi medio disco)
Y en la gira que siguió el distanciamiento ya era algo palpable, tanto es así que después de aquello, todos se dedicarían a sus carreras en solitario. Gilmour sacaría su primer disco homónimo en el 78, y Wright y Mason se embarcaron en otros proyectos, solos o con otras bandas.
Pero mientras cada uno de los Floyd estaba a lo suyo, Waters no paraba. Cuando los miembros de la banda vuelven de sus giras, Waters les muestra las maquetas de dos discos casi acabados. Todo el trabajo hecho. Y les da a elegir. Uno será para PF y otro para él.
El disco que descartaron sería su primer disco en solitario, "The pros and cons of Hitch Hicking".
Y el otro, la obra más grandilocuente y exagerada del rock progresivo hasta la fecha.
The Wall.
Una ópera rock en forma de doble álbum llena de crudeza, exageración, política y crítica social, surgida a partir de un incidente con el público y la reacción de distanciamiento que eso le provocó a Waters. Así nació la idea de un muro.
Para muchos, el mejor disco de Pink Floyd.
El disco se basaba en la historia de un personaje, Pink, que tenía mucho de las vivencias personales de Waters pero también tenía un poquito de Syd Barrett (lo de las cejas en la película es muy evidente) y, pese a su complejidad, fue un éxito de ventas. #PinkFloyd#thewall
Sobre todo por tener algunas de las canciones más memorables de la banda, como ese inicio épico de "In the flesh", donde Gilmour hace un pesado riff tras una larga intro de batería, tema que se repetía al final del disco antes del teatral juicio final...
...o por supuesto, el famosísimo "Another Brick in The Wall", quizás la canción más radiada del disco (y me atrevería a decir del grupo), que se repite tres veces en el álbum y cuya versión más conocida es la parte II. La de los martillos desfilando.
Pero si tengo que quedarme con una canción, para mí es "Comfortably Numb", donde Gilmour atemperó el histrionismo de Waters con su toque de emotividad a la guitarra.
Os dejo una versión en directo, con el maestro Bowie a la voz. Oro.
Disfrutadla.
Y ahora, dicho todo lo bueno, hablemos de lo malo.
Porque pese al éxito del disco, su grabación precipitó el desastre. Para empezar, Roger cada vez se comportaba más como un déspota, y tuvo memorables choques con el productor Bob Ezrin. El de la izquierda, no Alice Cooper 😅.
Bob, curtido en trabajar con gente como Cooper o los Kiss no se achantaba con Roger y le respondía. El estudio tenía que ser una fiesta.
Bueno, los estudios. El disco se grabó hasta en tres diferentes, en Los Ángeles, Nueva York y París. #BobEzrin#TheWall
Y esto fue, entre otras cosas, porque el grupo intentaba no pisar Reino Unido para ahorrarse impuestos: habían sido victimas de una estafa financiera y debían un pastizal al estado. Y la grabación estaba siendo cara.
Eso no ayuda a llevarse bien. Para nada.
Y llegamos a uno de los momentos más lamentables de esta historia: el despido de Rick Wright. El pobre que como buen teclista pensaba mucho en el sonido general y hombre, querría aportar, se implicaba en el estudio dando ideas.
Aún con todo este mal rollo, el disco se acaba y es un éxito total. Cualquiera diría, bueno, ahora es hora de guardar el dinerito que nos está dando y recomponer un poco nuestra cartera sacando más pasta con la gira, ¿no?
Pues no. Waters no estaba en esas.
Él no quería una gira al uso. Él quería un espectáculo artístico inolvidable. Enorme. Inédito. Recordemos que estamos hablando del grupo que tocó en Pompeya. Que The Wall no era un disco más, iba a tener una película y todo.
Vale, a lo grande, Roger. Como tú digas.
El diseño de escenario para la gira dejó pasmado al equipo que tenía que trabajar con ellos. Figuras hinchables, efectos especiales, un muro que se va formando mientras avanza el show... ¿un muro que se va formando mientras avanza el show?
Roger, ¿tú sabes lo que cuesta esto?
Solo se pudieron hacer unos cuantos conciertos porque entre uno y otro hacían falta varios días de desmontaje. Hubo accidentes con la escenografía que el público pensó que era parte de la perfomance. Si hasta tenían una falsa banda tocando, para desconcierto del respetable.
Es más, cada concierto salía tan caro que incluso llenando, perdían dinero.
Se estaban arruinando.
Bueno. Todos no.
Rick Wright estaba contratado, como el resto del equipo técnico. Cobraba su sueldo.
Zasca, Roger. Zasca. 😅
Después de la gira vendría la famosa película de Alan Parker, con Bob Geldof como protagonista que completaba así la tríada de The Wall: disco, gira y película. La película tuvo buenas críticas y buena recaudación, pero algo se había roto para la banda. Y de forma definitiva.
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Solo hicieron falta tres músicos y cuatro discos para poner patas arriba el blues y el rock y crear un sonido que sigue siendo inspiración para muchos incluso hoy en día.
Y eso que solo se aguantaron apenas dos años.
Hoy, en #LaHistorietaMusical, el primer supergrupo: Cream.
Esta historia de hoy la vamos a empezar hablando de listas.
Y es que a los rockeros siempre nos han gustado las listas.
Ya sabéis: que si los cinco mejores discos del año tal, los mejores baterías ordenados según, yo que sé, el número de timbales...
Y no, no es algo de ahora.
En 1966, en Inglaterra, hubo tres músicos que salieron en unas famosas listas como los mejores en su respectivo instrumento.
En la guitarra el número uno lo tenía un tal Eric Clapton, en la batería un tal Ginger Baker, y el mejor bajista se llamaba Jack Bruce.
Fueron uno de los primeros fenómenos de masas en la música de este país. Vendieron millones. Y eso que estaban infravalorados como música "para niñatas".
Pero os quedareis locos cuando sepáis quien grabó para ellos.
Hoy, en un extra de fin de año de #LaHistorietaMusical, Pecos.
Este hilo viene a raíz de una reciente polvareda montada sobre el disco "Más" de Alejandro Sanz; disco que para mí es bastante bueno y con una producción impresionante.
Y vale, lo primero te podrá parecer menos cierto, porque el gusto es subjetivo.
Pero lo segundo es un hecho.
Es un hecho porque el disco se grabó a tutiplen y con unos músicos de la ostia. Vale sí, había pasta para ello y no todo el mundo la tiene.
Es más, hay discos muy buenos -por sus canciones-, donde no hubo pasta o no hubo criterio.
Para triunfar en la música hace falta talento, mucho trabajo y además algo de suerte.
Pero también creerte que eres bueno y ser tenaz.
El problema es cuando solo tienes eso, y nada de lo anterior.
Hoy, en #LaHistorietaMusical, la increíble historia de Florence Jenkins.
Hay una anécdota, no recuerdo de qué músico, al que le preguntaban de dónde venía su enorme virtuosismo.
El respondía que de ensayar mucho.
Su interlocutor no le escuchaba y seguía hablando de dones divinos y cosas por el estilo, para el cansancio del artista.
Pues... sí y no.
Sí, porque es necesario mucho esfuerzo, muchas horas de trabajo y de ensayo para conseguir la excelencia en el manejo de un instrumento, de la voz o en la composición.
Y no, porque es cierto que hay un don innato que no todos tienen.