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La historia de la música está tan llena de niños-prodigio que enumerarlos sería un hilo en sí mismo.
Puede parecer que he empezado con una afirmación exagerada pero, al menos en lo musical, no es tan así.
La historia de la música está llena de excesos pero que solemos atribuir a los artistas del rock o del pop. Es más raro hacerlo con los cantantes melódicos.
Este es un hilo que no hubiera querido hacer en estas circunstancias.https://x.com/HistorietaLa/status/1664544230574899201?t=mzHyEqh9yzaDbwsmLzC_Zw&s=19
Esta es una idea que he desarrollado más de una vez, pero me gusta volver a ella.
Algo que hemos visto mucho a lo largo de esta temporada es que la historia de la música está llena de clichés, de historias que se repiten.
Este pequeño hilo es, ante todo, un acto de contricción, porque uno no nace sabiendo, y puede equivocarse.
A finales de los 70, como vimos cuando el hilo del CBGB, nuevos vientos soplaron para la música, limpiando un ambiente que se había viciado un poco.
Si sueles leer mis hilos, habrás notado que yo soy más de los segundones que de las estrellas.
Esto ya lo he contado muchas veces pero tampoco me canso: en la historia del rock se han silenciado a muchas pioneras.
La escena la conoces.
Esta temporada hemos visto a uno de los creadores de la música soul y a uno de sus principales renovadores: Sam Cooke y Marvin Gaye.
Hay músicos -no todos- cuya historia es una historia de búsquedas.
Son muchos los músicos que, en un momento de su carrera, cambian su sonido.
Donovan Leitch nació en Glasgow en 1946 de antepasados irlandeses: no es extraño que desde niño se sintiera atraída por el folk y los sonidos celtas.
Es curioso pero Sarah Vaughan no es tan conocida (o reconocida) hoy día más allá de los entendidos del jazz que otras figuras con una vida más polémica como Nina Simone o desgraciada como la pobre Billie Holiday.
La música es ritmo, y el ritmo, movimiento.
Perder a alguien es algo por lo que todos pasamos. Antes o después.
Esta historia de hoy la vamos a empezar hablando de listas.
Llevo tiempo dándole vueltas a esta historia, que debo reconocer que me fascina.