Hola niños, hoy vengo a hablaros de un político que terminó mal con la gente a la que gobernaba. Pero que muy mal. Tan mal que lo de Luis XVI en la guillotina queda como una colleja sin importancia porque al menos a Luis no se lo comieron. Esta es la historia de Johan de Witt.
El bueno de Johan nació el 24 de septiembre de 1625 en Dordrecht, en lo que hoy son los Países Bajos y entonces se conocía como las Provincias Unidas. Era miembro de la poderosa e influyente familia De Witt, que llevaba casi un siglo involucrada en la política del país.
De hecho el padre de Johan, Jacob de Witt, era el alcalde de Dordrecht, y su tío Andries había sido Gran Pensionario (una figura similar a la de un primer ministro) hasta 1621. Además estaban emparentados por matrimonio con Guillermo de Orange-Nassau, futuro rey de Inglaterra*.
*No perdáis de vista a Guillermo, hamijos.
Con todas estas conexiones ya os podéis imaginar que Johan y su hermano mayor Cornelis tuvieron acceso a la mejor educación de la época, así como no pocos contactos en las altas esferas políticas y militares. Nosequé de la meritocracia, lo llaman.
Johan demostró ser un pensador brillante, y de hecho publicó el que se considera el primer tratado de geometría analítica, ‘Elementa Curvarum Linearum’, y contribuyó de forma significativa a las matemáticas financieras.
La vida pintaba fetén para Johan, que con solo 25 años fue nombrado pensionario de Dordrecht. Con 30 se casó con Wendela Bicker, miembro de una familia patricia de Amsterdam, con la que tendría ocho hijos, aunque solo cuatro llegaron a adultos: Anna, Agnes, Maria y Johan Jr.
Todo esto lo remató llegando al título de Gran Pensionario en 1653. En la práctica, Johan se convirtió en uno de los poquísimos mandatarios europeos que no pertenecía a una familia real. La vida era buena. O bueno, puede que igual no tanto.
Y es que las Provincias Unidas eran un sitio movidito por decirlo finamente. A los problemas políticos, que no eran pocos, se le sumaban los enfrentamientos religiosos y la amenaza de que España se les tirase al cuello de nuevo en cualquier momento.
Y para acabarlo de arreglar, dentro de la facción protestante también habían enfrentamientos. Más concretamente entre las clases altas, que preferían un protestantismo más moderado, y las medias, que preferían más “mano dura” cercana al calvinismo.
Los De Witt pertenecían al primer grupo, mientras el segundo estaba encabezado por la casa de Orange-Nassau. Y cuando el estatúder* Guillermo II de Orange amochó en 1650, los patricios aprovecharon para pegar el cerrojazo y sacarse a los Orange-Nassau de encima.
*Estatúder: Jefe o magistrado supremo de la antigua república de los Países Bajos. En un principio fueron lugartenientes del rey de España. (Gracias, RAE)
El hijo de Guillermo II, nuestro Guillermo III, nació ocho días después de la muerte de su padre y creo que ahora entendéis por qué le tenía cierta ojeriza a Johan, que como Gran Pensionario era la cabeza visible de la jugarreta política contra los Orange-Nassau.
A lo largo de los años, Johan de Witt hizo todo lo que estuvo en sus manos para evitar que ningún miembro de los Orange-Nassau en general, y Guillermo en particular, pudieran alcanzar ninguna posición de poder en las Provincias Unidas.
Y la cosa es que su gobierno fue considerablemente decente. Bajo su batuta, las Provincias Unidas adquirieron una influencia política y económica considerable, y tanto la marina como la Compañía Holandesa de las Indias Orientales lo petaban muy fuerte por medio planeta.
Peeeeero aquello no podía durar. Y resulta que después de tres legislaturas bastante exitosas, Johan (y el resto del país) se planta de cabeza en 1672, el año que los holandeses llaman ‘Rampjaar’, o lo que es lo mismo: el Año del Desastre.
Resulta que Carlos II de Inglaterra y Luis XIV de Francia, AKA Los Primos Malasombra, habían pactado un ataque conjunto a las Provincias Unidas. Luis pretendía tomar el control de la zona, y Carlos… bueno, Carlos tenía una pataleta, para simplificar mucho.
Sería muy complejo de explicar con detalle, pero baste decir que Los Primos Malasombra lanzaron ataques casi simultáneos contra las Provincias Unidas en mayo de 1672, y mientras los ingleses lo llevaron regular, los franceses estuvieron a punto de salirse con la suya.
Mientras tanto, en las provincias costeras de Holanda, Zelanda y Frisia, los partidarios de los Orange-Nassau aprovecharon para decir que el gobierno de Johan era un desastre y que ellos se ocupaban de la sitQUE TE QUITES, JOHAN.
En junio Johan tuvo un primer susto cuando un tipo le asestó una puñalada mientras iba por la calle. La opinión pública se había vuelto contra él de forma brutal y lo culpaban de la derrota a manos de los franceses. Y ¿quién era el salvador de la patria para esta gente?
Guillermo III, evidentemente, que apareció cual modelo en bikini saliendo de un pastel al grito de TRANQUILO PUEBLO, QUE AQUÍ ESTOY YO.
Y mira por dónde que Cornelis, el hermano de Johan, fue detenido por los orangistas y acusado de conspirar contra Guillermo. Que ojo, podría ser verdad pero la cosa no está nada clara. Al pobre Cornelis lo encarcelaron en La Haya y le dieron lo que viene siendo la del pulpo.
Viendo la que se estaba liando, Johan decidió que lo mejor era hacer mutis por el foro y dimitió como Gran Pensionario el 4 de agosto. Con eso ya estaba, ya se lo habían quitado de encima, ¿verdad? ¿VERDAD?
OH, MY SWEET SUMMER CHILD.
El 20 de agosto Johan se acercó a La Haya para visitar a Cornelis en la prisión. Cuando se disponían a abrazarse, un guardia gritó NIET AANRAKEN! (algo así como “¡no tocar!”) y se lió la de Dios es Cristo porque se ve que le estaban esperando.
Una turba de la hostia irrumpió en la prisión y sin mediar palabra (o bueno, entre gritos e insultos) se liaron a tiros contra los hermanos De Witt. No contentos con ello, los desnudaron y se los llevaron a rastras hasta una horca cercana, donde los colgaron.
No está claro si para entonces ya estaban muertos, pero la verdad es que a los de la turba les dio igual, porque sacaron los cuchillos y procedieron a convertir a los hermanos De Witt en brochetas. Eso sí, como no había barbacoa por allí se las comieron crudas y aquí no pasa ná.
Depende de qué fuentes consultéis el nivel de gore sube o baja. Hay quien dice que les cortaron y arrancaron todo aquello que era cortable y arrancable. Hay quien dice que se llevaron cachitos de carne para repartirlos por La Haya en plan souvenir. Es todo muy chungo, la verdad.
Con el linchamiento de los hermanos De Witt se terminó el régimen republicano, y Guillermo III tomó el poder de forma más o menos pacífica. Nunca se molestó en investigar los hechos y su implicación (o al menos complicidad) en los hechos nunca ha podido ser demostrada.
La guerra contra Francia duraría hasta 1678, y mientras tanto Guillermo reforzó su posición casándose con su prima María Estuardo (no, la decapitada no), hija de Jacobo II y sobrina de Carlos II. Sí, los mismos que le habían montado el pifostio a Johan.
Andando el tiempo Guillermo y María darían un golpe de estado contra Jacobo y se coronarían reyes de Inglaterra por invitación del Parlamento porque está claro que de esta gente no te podías fiar ni un pelo. Pero eso, queridos, es otra historia.
Por cierto, la lengua de Johan y uno de los dedos de Cornelis se conservan disecados en el Museo Histórico de La Haya. Por si un día vais por allí y os apetece echarles un vistazo.
Espero que os haya gustado. Otro día, si os portáis bien, os cuento la historia del señor que estaba tan loquísimo y la lió tan parda que su nombre aparece en los himnos nacionales de dos países diferentes.
P.D.: Si os ha gustado os agradeceré la difusión y los RTs con una ola virtual y una cena en casa de Belle Gunness.
Bibliografía:
-John de Witt, grand pensionary of Holland 1625-1672, Herbert Harvey Rowen
-John de Witt: statesman of the “True Freedom”, Herbert Harvey Rowen
-The Dutch Republic: its rise, greatness, and fall 1477-1806, Jonathan Israel
• • •
Missing some Tweet in this thread? You can try to
force a refresh
Hola niños, hoy vamos a hablar de una historia de supervivencia extrema. Su protagonista es una muchacha de apenas 23 años que tuvo que buscarse la vida, literalmente, cuando el mundo la olvidó en una isla siberiana. Esta es la historia de Ada Blackjack.
Su nombre de nacimiento era Ada Delutuk y había nacido en 1898 en la reserva iñupiat de Spruce Creek, en Alaska. Cuando tenía 8 años su madre la mandó a Nome, la ciudad más cercana, para que se educara en la escuela de los misioneros metodistas.
Allí Ada aprendió inglés, estudió la Biblia (obviamente) y le enseñaron a limpiar, coser y cocinar “comida de blancos” (ojalá me lo estuviera inventando, pero no). También conoció a Jack Blackjack, un musher* con el que se casó cuando solo tenía 16 años.
Hola niños, esta semana hemos recordado al Titanic en el 110º aniversario de su hundimiento. Sin embargo, hubo un señor que lo recordó antes. MUCHO antes. 14 años antes de que sucediera, para ser exactos. Esta es la historia de Morgan Robertson y “El hundimiento del Titán”.
Morgan Robertson había nacido en 1861 y pasó buena parte de su vida en el mar: era hijo de un capitán de barco y a los 15 años se había enrolado como grumete en un barco mercante. Era un señor que sabía mucho de barcos y navegación, lo cual será importante más adelante.
El bueno de Robertson tenía inquietudes artísticas, y a principios de la década de 1890 empezó a publicar novelitas y cuentos cortos. Nunca fue un superventas, pero le daba para sacarse un sobresueldo. No podía imaginarse lo que estaba por venir.
Año del Señor 2022: todavía hay gente en estos lares que basa su opinión sobre *cosas* en lo que diga The Sun.
El mismo The Sun que acusó a los 97 muertos de Hillsborough de haber provocado ellos la tragedia y que dijo que los que bajaron a ayudar habían robado a los muertos y meado en la policía. Ese The Sun.
El mismo The Sun que financió un puto misil con su nombre durante la guerra de las Malvinas. Ese The Sun.
Hola niños, esta semana volvemos a las señoras que matan. Nuestra protagonista de hoy decía que tenía poderes, pero mientras ella decía que su poder era el de la premonición, el resto del mundo opinaba que era el poder del arsénico. Esta es la historia de Tillie Klimek.
Otylia "Tillie" Gburek nació en Polonia en 1876, pero cuando tenía un año sus padres decidieron emigrar a Estados Unidos en busca de una vida mejor. Se instalaron en Chicago y durante años la vida de Tillie fue totalmente anodina dentro de los cánones de la época.
A principios de 1914, Tillie le contó a una vecina que había tenido un sueño terrible: su marido, Joe Mitkiewicz, con el que se había casado en 1895, enfermaba y moría repentinamente. Y, oh horror de los horrores, el 13 de enero el pobre Joe murió de un ataque al corazón.
Hola niños, hoy vamos a hablar de un incidente bizarro. Tal vez el más bizarro* de la Edad Media, que ya es decir. Un incidente que le da todo un nuevo sentido a la expresión “tener un día de mierda”. Esta es la historia del Desastre de las Letrinas de Erfurt.
*¿Estoy usando bizarro con toda la intención del mundo porque ahora tengo a la RAE de mi parte? POR SUPUESTO QUE SÍ.
Estamos en 1184, en los territorios del Sacro Imperio Romano Germánico. Gobierna Enrique VI, hijo del emperador Federico I Barbarroja, que en ese momento es Rey de Romanos (o rey de Alemania, que también se le llamaba así) pero aspira a suceder a su padre en el trono imperial.
Hola niños, hoy os traigo una historia verdaderamente pelopúntica. Hay señoras que (quizás) matan, cultos extraños, crímenes terribles y, sobre todo, hay una tremenda sensación de que alguien se salió con la suya. Os presento a Clementine Barnabet y la Iglesia del Sacrificio.
West Crowley, Louisiana, 26 de enero de 1911. Tras una llamada de unos vecinos, la policía se presenta en casa de los Byers, una familia afroamericana bastante conocida en el barrio. Cuando derriban la puerta se encuentran con una escena de auténtica película de terror.
El matrimonio Byers y su hijo han sido brutalmente asesinados a hachazos. Saben que ha sido así porque el hacha ensangrentada está junto a la cama, al lado de un cubo lleno de sangre de las víctimas. El periódico dirá que es “el crimen más brutal de la historia de este rotativo”.