Una cosa que ocurre cuando hablamos del porno es que es un debate que ya está cargado. Y es comprensible. Entonces pasa una cosa: si sacas el tema de que ver porno no tiene efectos psicológicos negativos, la gente asume que eres un acérrimo defensor del porno y que además
lógicamente consideras que el porno es bueno y que deberíamos ponérselo a los niños o algo así. Lo cual es completamente falso, claro. Señalar que ver porno no causa conductas agresivas (que es lo que muestra la investigación) o que ver porno no causa problemas sexuales
(de nuevo, la investigación no ha encontrado ninguna relación) no quiere decir que digas que el porno es sano, o bueno, ni nada de eso. Quiere decir que no causa esos problemas, que no hay relación. Y YA.
Vamos a usar una analogía para que se entienda mejor: si yo digo que, de acuerdo con la investigación vigente, la CocaCola no se relaciona con tener cáncer en la boca, no estoy diciendo que sea sano beber Cocacola. Ni que haya que beber 4 litros diarios. Ni dársela a los niños.
Estaría diciendo que la CocaCola no causa cáncer. Y YA. Pues con el porno lo mismo. El porno es una industria bastante de mierda: hay toneladas de explotación, abuso, consumo de drogas, misoginia, y por supuesto el horror de la pornografía infanti. Todo eso se debe denunciar y
perseguir sin contemplaciones, claro que sí. Pero ver porno no tiene esos efectos psicológicos y conductuales. No los tiene, y llevamos décadas buscándolos, como con los videojuegos o las películas. Y no.
Y no van a salir, por muchas razones. La primera es porque los humanos diferenciamos contextos, diferenciamos fantasía de realidad, y entendemos que una conducta deseable en un contexto ficticio no ha de serlo en la realidad.
Pasa igual en los videojuegos: yo disfruto mucho los videojuegos violentos sin haberme peleado con nadie ni creer que en la vida real la violencia sea deseable o positiva. Con que si yo veo vídeos de un señor pizzero que mete el rabo en la caja de la pizza y la señorita de casa
al abrir la caja lo que hace es ponerse contenta en vez de llamar a la policía, no necesariamente voy a pensar que es buena idea meter la polla en cajas de pizza.
La segunda razón por la que no van a salir es porque, al igual que entendemos que una cosa es fantasía y otra es realidad, podemos encontrar excitantes ver ciertas cosas en un contexto de ficción que no son excitantes en la realidad. La excitación es contextual, y además depende
también de la pareja. Una mujer puede excitarse viendo una escena donde a una chica le tiran del pelo, y no querer JAMÁS que le tiren del pelo a ella. O que sólo lo haga una persona concreta. No se generaliza.
En tercer lugar, se habla mucho de que hay mucha gente joven que sólo tiene como educación sexual el porno: eso podía ser verdad cuando yo estaba haciendo la EGB en los Agustinos, pero no tanto ahora. La educación sexual es una materia que se imparte en escuelas, y si no es
suficiente, el problema no es el porno, es la educación sexual.
En cuarto lugar, si una conducta como ver porno es compartida por quienes agreden y quienes no, entonces esa conducta no puede causar las agresiones. Lo mismo pasa con los videojuegos. Muchos asesinos escolares
jugaban videojuegos, exactamente igual que los demás millones de personas que nunca asesinan a nadie. De hecho, algunos estudios (no concluyentes) señalan que los agresores tienden a consumir MENOS porno violento, no más. Pero de nuevo, eso no cambia nada, porque si lo hacen
unos y otros entonces no puede ser causa.
¿Puede haber quien haga mal uso del porno y eso interfiera con su vida? Claro, como con los videojuegos, el deporte, la alimentación sana, las películas y series, o la papiroflexia. Pero eso no estará causado por el porno, sino porque
ese individuo no tiene acceso a otros reforzadores en su entorno y por tanto es, como casi siempre, un problema de la interacción del individuo con el mismo. Pero no, la culpa no es del porno.
Ahora a nivel macro: los países donde más se reconocen y defienden los derechos de las mujeres y las personas LGTB+ son los países con más consumo de porno. Ojo, no digo que consumir porno sea la causa, obviamente. Pero si el porno tuviera esos efectos, los resultados serían
otros muy muy distintos. Y no lo son. Si queremos evitar las agresiones sexuales, las conductas sexuales de riesgo y otros problemas que se achacan al porno, lo que hay que buscar son las causas reales, que están en el entorno del sujeto, y no las fantasías con las que se toca
en su casica. Señalemos también el solape que lo hay entre los que culpan al porno de cosas que no le tocan y los que tampoco quieren que los críos reciban educación sexual, en igualdad de género y demás. Que eso es un temita.
Y de nuevo: esto no es un alegato en favor de la industria del porno, que como cualquier industria, especialmente las que mueven más dinero, está podrida entera. Pero como psicólogos no podemos decir una cosa que no es verdad.
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A veces, cuando estás investigando, te encuentras con que cosas que pensabas que eran sólidas y probadas, resultan no estarlo tanto. Como por ejemplo, el efecto espectador (bystander effect).
Este efecto describe que, cuanta más gente hay presente en una situación ambigua, más
probable es que nadie haga nada. El caso que inició el estudio de este fenómeno fue el asesinato de Kitty Genovese, que se convirtió en algo legendario.
Kitty Genovese era una chica de Nueva York que fue atacada cuando volvía a su casa la noche del 13 de marzo de 1964. De acuerdo con la narración que hizo un artículo del New York Times , Kitty estaba conduciendo cuando se fijó en un coche que parecía seguirla.
Una cosa que me alucina, tratando de acabar la primera versión del manuscrito para enviar a @kailaseditorial para revisar. Es un libro sobre influencia y sobre persuasión. Hay toneladas, insisto, TONELADAS de experimentos clásicos en psicología social en los que se
logran cambios actitudinales inmensos con medidas muy sencillas. En uno de los experimentos se consiguió un incremento de un 700% en voluntarios para conseguir donaciones contra el cáncer. En otro se duplicó la participación en unas elecciones presidenciales.
En ambos casos, sólo con una llamada telefónica previa a la petición en sí. Hay montones de técnicas y estrategias persuasivas que llevan DÉCADAS de replicación y práctica y que han demostrado eficacia a la hora de influir en las personas para comportamientos prosociales.
Cuando Valeria no colabora, ducharla es complicado. Complicado nivel imaginad que le damos cocaína a un pulpo y a un gremlin y los ponemos a pelearse, y mientras luchan tratamos de meterlos en una malla de mandarinas sin que se salga ninguna parte por un agujero.
Hoy Valeria venía frenética porque se ha pasado el día corriendo con su tía por ahí (lo cual ha incluido por supuesto caerse al mar), y la he llevado a un concierto donde ha visto imágenes navideñas a lo largo de las décadas y decidió que los regalos de Reyes eran para ella.