#Tenerife es una isla enorme, con una gran diversidad tanto en biología como en geología. Aquí van algunas muestras de ambos aspectos, centrándonos, de momento, en el Teide y alrededores. #hilo.
Los materiales típicos de esta área son sálicos, ricos en Si/Al, pobres en Fe/Mg. Esta bomba de acreción, visible en la carretera que va de Vilaflor a las Cañadas del Teide, y hecha de fonolitas, es un buen ejemplo. En la última imagen, un diagrama de su formación. 
En la misma carretera, se pueden ver formaciones similares.
Sobre estos suelos fonolíticos, se desarrollan suelos en los que los pinares se desarrollan muy bien. Aquí vemos un ejemplo de meteorización biológica mecánica, con una raíz, ya leñosa, rompiendo todo lo que encuentra a su paso y contribuyendo a la formación de más suelo.
En el llamado Tabonal Negro, en la base de lo que fue una enorme caldera, que fue formándose desde hace 4 MA-170.000, Teide, Pico Viejo y otros rellenaron todo. Aquí la típica colada fonolítica, oscura, muy fracturada debido a la gran viscosidad de sus lavas.
Un primer plano de Montaña Guajara, al fondo en las imágenes anteriores, la cota más alta de todo el circo de las Cañadas (2718 m), restos de antiguos conos. En la 2ª foto, desde otra perspectiva: las coladas de fonolitas intercaladas con piroclastos blancos de pumita.
Si hay algo que representa a este parque es el espectacular tajinaste rojo (Echium wildpretti), un endemismo canario de esta isla y de La Palma. El de la 1ª foto mide unos 2,5 m, y aseguro que ninguna foto hace justicia a esta especial planta. En la 2ª, con un par de visitantes.
Por la parte norte del Teide, se puede hacer un precioso camino hacia La Fortaleza, de la que hablaremos luego. Desde el inicio del camino, vemos una panorámica de tres volcanes: Montaña Rajada, Montaña Blanca y Teide.
Montaña Blanca es el origen de todos los piroclastos pumíticos que tapizan todo el camino.
También encontramos aglutinados, mezclas pastosas (en su origen) de materiales vítreos (obsidiana) y otros tipos de rocas. También se llaman espáter pastoso. La parte oscura de esta foto es la obsidiana.
Por el camino, algunas especies típicas de este piso alpino. El codeso de cumbre (Adenocarpus viscosus), endemismo canario (la ssp viscosus lo es solo de Gran Canaria y Tenerife).
El bonito alhelí de cumbre (Erysimum scoparium) también endemismo canario de Tenerife y La Palma.
La margarita del Teide (Argyranthemum tenerifae), un endemismo de Tenerife, exclusivo de Las Cañadas.
El rosalito de cumbre, (Pterocephalus lasiospermus), también exclusivo de la alta montaña de Tenerife.
La Fortaleza es una enorme mole de fonolitas, formadas por lavas de hace 370.000 años, y que es el resto de toda la pared norte de la antigua caldera, que acabó provocando enormes deslizamientos hacia Icos y La Orotova.
La altura hace que el modelado característico sea el periglaciar, con la crioclastia (gelifracción) actuando de modo implacable.
Los efectos de la gelifracción son visibles por doquier, provocando enormes conos de derrubios, los materiales que, constantemente, van cayendo por gravedad y desmantelando el edificio poco a poco.
Las laderas de La Fortaleza son hogar de varias especies. Por ejemplo, al fondo, se ven pinos canarios (Pinus canariensis) y cedros canarios (que vemos más adelante). Ese leve color amarillento de la ladera se debe a la cañaheja (Ferula linkii), un endemismo canario.
Aquí la cañaheja, un ejemplar de casi 2 m de altura, perteneciente a la misma familia del hinojo o las zanahorias.
Por supuesto, no pueden faltar los tajinastes rojos, aunque en esta zona norte del parque, la floración se retrasa a dentro de un par de semanas, aunque hay algún ejemplar adelantado.
Ascendiendo a la planicie superior de La Fortaleza, todo el camino está repleto de obsidiana, pumita y fonolitas, todas muy alteradas.
Ya en la planicie superior de La Fortaleza, las vistas son espectaculares. Desde la altura, se ve la Cañada de Los Guancheros (segunda foto). En primer plano, los efectos de la crioclastia.
Precisamente, la Cañada de los Guancheros se ha ido colmatando a través de los siglos con los aluviales procedentes de Montaña Blanca, lapillis de pumita arrastrados por las aguas. Este fenómeno se ve perfectamente en la foto.
Desde aquí arriba se pueden ver los hijos del Teide, otros conos emisores de lavas muy viscosas que aparecen a menor altura. Al ser estas lavas tan viscosas, les resultaba difícil llegar al cráter principal, el Teide, así que buscaban caminos más fáciles y emitían más abajo.
Aquí, con más detalle, Montaña Negra y Montaña Las Lajas, en la primer foto, y los domos Montaña La Abejera y Pico Cabras, en la segunda.
Los efectos de la gelifracción sobre las fonolitas son impresionantes aquí arriba.
Esta formación me encanta especialmente.
Por aquí arriba, hay algunos ejemplares muy bonitos de cedro canario (Juniperus cedrus ssp cedrus), endemismo canario. Sus frutos son ingeridos por mirlos, que los procesan en sus tubos digestivos facilitando la dispersión y germinación de las semillas.
Por último, de despedida, un coleóptero acompañó durante parte del camino, la pimelia del Teide (Pimelia ascendens), un endemismo de esta isla.
Y ya está. Espero que no sea un hilo muy tedioso y que les guste. Todos los errores son míos, así que ayúdenme a corregirlos.
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