Creo que de todas las épocas históricas la llamada Edad Media debe ser de las que peor reputación tienen entre la ciudadanía. (1/7)
Pintada siempre como una era de tinieblas y supersticiones es usada con frecuencia en el lenguaje político como epíteto denigrante de cualquier propuesta que no es del agrado del interlocutor y como ejemplo de a dónde nos llevaría tal o cual propuesta. (2/7)
Los llamados ilustrados crearon una leyenda negra alrededor de ella, leyenda que parece inmune a cualquier argumento en contra que se le dé. (3/7)
Siempre digo, medio en broma medio en serio, que no envidio la suerte de los profesores de Historia Medieval, que da igual lo que ellos demuestren en sus estudios, que en el imaginario popular tal época va a ser siempre el paradigma de la infamia. (4/7)
Pero los ilustrados, que fueron quienes crearon tal leyenda, sabían bien lo que hacían. Primero, porque no podían tolerar que una época tan religiosa fuese también una era de esplendor político y cultural. (5/7)
Les era necesario, por tanto, asociarla con supersticiones, inquisiciones y cazas de brujas (todas ellas, por cierto, vieron su apogeo en el Renacimiento, al igual que el revivir de la esclavitud) para poder denigrarla a gusto. (6/7)
Pero la Edad Media tenía otra característica que no gustaba mucho ni a los ilustrados ni a los modernos constructores de Estados centralizados, que era la de su fragmentación política. (7/7) #PaleoLET
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