Aquellos y aquellas que me conocéis sabéis que soy un apasionado de mi tierra, Aragón, como también lo soy de la literatura y las guías de viaje. Por si eso fuera poco aquí va una obra que aúna todas esas cosas bajo el sello de nuestro mejor escritor vivo, Severino Pallaruelo.
Esta guía me ha acompañado por todo #Aragón, que he ido viendo bajo nuevas luces en todo el camino desde mi infancia hasta hoy, después de diez años viviendo en Cataluña con diferentes paréntesis más al norte del Pirineo. Quizás es ahora, más maduro, cuando más disfruto.
Este verano he recorrido mucho las comarcas de Teruel, y aquí os dejo algunas fotos de los parajes del vasto Maestrazgo, tierra partida entre tres provincias, en este caso en torno a Miravete de la Sierra, pueblo sorprendente donde los hayan.
"Cerca" se encuentra la Peñarroya, montaña más alta de la provincia (2028 m.) junto a Javalambre, en torno a la cual nacen el Mijares (luego Millars), Guadalope (afluente del Ebro) y Alfambra (junto al Guadalaviar forma el Turia en Teruel), que forman hoces y paisajes increíbles.
Esta vasta serranía, en continuidad con las de Gúdar, Javalambre y Albarracín, con la vega del Turia por medio en el último caso, conforman un horizonte natural y humano muy particular, también muy transformado por la despoblación acelerada de los últimos 60 años.
Un día os explicaré alguna cosilla más al respecto, pero su poblamiento fue mayoritariamente disperso (masadas) por la escasez de efectivos demográficos en el momento en que se produjo la expansión cristiana por estas tierras y la propia dureza de su clima (más antaño, claro).
El final acelerado de estas tierras, hasta el lento pero imparable languidecer actual (con permiso de sus buenas gentes) tuvo mucho que ver con ese aislamiento que en los 40s-50s los convirtió en las principales víctimas de la guerra irregular entre Guardia Civil y guerrilla,
así como las criminales políticas del régimen franquista contra los/as masoveros/as y el mundo rural en general, que tendrían continuidad en décadas sucesivas con casos como el de Jánovas y Mediano. El desarrollismo y los cantos de sirema del progreso hicieron el resto.
Os dejo un documental apasionante y muy duro de @aragontv, "La memoria ahogada", sobre la construcción del embalse de Mediano y su puesta en marcha al final del franquismo:
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Como idea, Israel fue entre muchas otras cosas un producto del imperialismo europeo decimonónico, de la modernidad y del providencialismo. Paradójicamente hoy es uno de los más notables, recalcitrantes y radicalísimos reductos del peor colonialismo europeo. [1/6]
Ha sido, además, una realidad que ha servido enjuagar desde hace décadas la mala conciencia europea, así en genérico, y que al mismo tiempo ha permitido a los estados resolver de manera definitiva la presencia significativa de judíos en sus sociedades.
Por si fuera poco, ha permitido contar con un aliado preferente en una región muy sensible para Occidente, Oriente Medio, como si de una suerte de 2.0 de los estados cruzados de la Edad Media se tratara. La cosa es que Israel, claro, ha tenido siempre su propia agenda política.
Como dije ayer aquí os traigo planos de las cuatro torres mudéjares del casco histórico de Teruel, aprovechando que he salido a pasearme por sus calles a primera hora.
Empiezo con este plano mítico de la maravillosa plaza del ayuntamiento, con Santa María de Mediavilla al fondo.
Es mi torre favorita porque me gusta el color más amarillento de su ladrillo caravista y los tonos morados de parte de sus cerámicas decorativas. Además está como aquel que dice recién restaurada. El portal que veis en la primera foto es neomudéjar y se abrió a principios del XX.
Aquí la torre inclinada de San Martín, gemela de la del Salvador, presidiendo uno de los lugares donde la batalla de Teruel se manifestó con mayor virulencia: la plaza del seminario, donde actualmente se encuentra también nuestra maravillosa biblioteca pública.
Muchas veces hemos hablado de que hubo algo que echó a perder los esfuerzos de las autoridades franquistas por esclarecer la verdad sobre los crímenes republicanos, que por supuesto existieron. Eso mismo hace muy difícil acercarse a la violencia de elementos izquierdistas et ali.
El principal problema fue intentar ajustar la realidad a su visión preconcebida y sesgada de lo que estaba ocurriendo en España desde 1934: una conspiración internacional para someter al país al comunismo que contaba con la anuencia de la clase dirigente de la izquierda.
La sombra de lo ocurrido en Rusia veinte años antes era muy alargada en la mentalidad del mundo contrarrevolucionario europeo, había condicionado de manera radical sus actitudes y praxis políticas.
En 2014 @antoniomiguezma publicó el que a mi juicio es el trabajo más influyente de la última década en lo referente al estudio de las diversas formas de violencia que tuvieron lugar en el marco de la guerra civil y su posguerra.
Quizás su aparición coincidió con cierto reflujo en este campo académico, tan prolífico desde principios de los años 90. Sin embargo, su aparición sistematizó una serie de críticas necesarias tanto dentro del espacio académico como dentro del espacio público.
Y lo que es más importante: planteo una propuesta interpretativa sólidamente fundamentada para abordar las violencias del periodo 36-53, por abarcar en la cronología golpe, guerra regular y guerra irregular.
Además, el autor cuenta con una valiosa y extensa obra al respecto.
Nada contribuye de forma más efectiva a poner en discusión cualquier banalización de la violencia ejercida sobre otros, junto a sus terribles efectos, y no digamos ya cualquier idealización de la guerra o de la vida en la milicia, que los testimonios de los propios combatientes.
Pocas veces se hace más evidente el solapamiento de la figura del verdugo y la víctima en el mismo hombre que en el caso de los alemanes que pasaron en el Frente Oriental, que más que nadie contribuyeron con sus actos a desatar el infierno insoportable que hubieron de sufrir.
Estremece leer a Leo Mattowitz afirmar muchos años después que "No quiero saber más de esos tiempos. [...] Me sube la tensión sanguínea con su sola mencion. El problema es que lo recuerdo todo demasiado bien [...] Cuando todo comenzó había muchas cosas que desconocía".
Hoy he estado con dos paisanas maravillosas de Montalbán, Ascensión, de 1929, y Joaquina, de 1931. Ambas emigraron a Barcelona con sus familias, la una a mediados de los 50 y la otra a finales de los 60, siendo de las últimas familias que marcharon enteras.
Aquí la Joaquina.
En su álbum hay joyas como esta foto que envió a su madre uno de los tíos, al que ya no conoció, porque cayó en combate en la guerra del Rif.
Aquí aparecen las madres de ambas con los milicianos en el pueblo en algún momento del otoño (por las rebecas y los capotes), un testimonio gráfico muy valioso de la interacción a menudo amistosa -otras veces no tanto- entre los combatientes y la población civil.