Si en su momento nos embarcamos en el proyecto de cambiar las formas de producir energía fue porque se nos dijo que no quedaba ya más tiempo antes de que las consecuencias dañinas del calentamiento se convirtiesen en irreversibles. (1/6)
Era necesario actuar no sólo con contundencia sino de forma inmediata. Los atrasos en la transición energética están señalándole a la ciudadanía que el problema climático es algo secundario (2/6)
con respecto a otros posibles problemas como la paralización de la industria o los cortes en el suministro, esto es, a los primeros problemas detectados se suspenden las medidas. (3/6)
De ahí que colectivos ecologistas defiendan mantener las políticas de transición aunque tengamos que sufrir costes de la energía mucho más elevados o desindustrializar parcialmente nuestras naciones. Se pierde, por tanto, el sentido de urgencia que justificaban las medidas. (4/6)
Las restricciones tienen también consecuencias para las políticas de movilidad, pues en un escenario de posible escasez eléctrica, con las restricciones al consumo que llevan asociadas, es muy difícil justificar la transición a vehículos eléctricos, (5/6)
que no sólo incrementarían la demanda energética en estos momentos, sino que colocarían a la sociedad en un grave riesgo en el caso de que se den cortes de suministro. (6/6) #PaleoLET
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En la Edad Media existían en Europa cientos de unidades políticas. Dije bien, cientos. Y de esa fascinante fragmentación surgió el genio político, cultural y económico de nuestra civilización. (1/7)
Taifas, ciudades-estado, reinos y principados eclesiásticos convivían sin gran problema en el espacio europeo (los problemas serios vinieron después cuando confrontaron grandes Estados) (2/7)
y esta variedad permitió el desenvolvimiento de libertades, de cultura y de mercados que construyeron buena parte de lo que somos. (3/7)
Creo que de todas las épocas históricas la llamada Edad Media debe ser de las que peor reputación tienen entre la ciudadanía. (1/7)
Pintada siempre como una era de tinieblas y supersticiones es usada con frecuencia en el lenguaje político como epíteto denigrante de cualquier propuesta que no es del agrado del interlocutor y como ejemplo de a dónde nos llevaría tal o cual propuesta. (2/7)
Los llamados ilustrados crearon una leyenda negra alrededor de ella, leyenda que parece inmune a cualquier argumento en contra que se le dé. (3/7)
El petróleo, de hecho, no subió tanto. En dólares está más barato que en 2008, lo que varió es nuestro tipo de cambio. En 2008 un euro era 1,60 dólares y hoy 1,05. (1/5)
Hagan las cuentas y verán que fue nuestra moneda la que se depreció, y por tanto en euros es más caro el petróleo y otras materias primas, incluso frente al también inflado dólar, y que el petróleo en dólares ajustados está más barato que en los comienzos de la gran crisis. (2/5)
Si no cambian las políticas monetarias es casi seguro que el euro no va a mejorar su cotización. Draghi y Lagarde crearon dinero de la nada (incluidos los fondos Next Generation) de todas las formas posibles, (3/5)
Desde 2012 Draghi estableció medidas no convencionales de política monetaria que también inundaron primero los bancos y luego los Estados con dinero no sólo barato, sino a tipos negativos, causando la actual inflación. (1/4)
Esto, por supuesto, desalienta al ahorrador privado, que no sólo no obtiene rendimientos del ahorro, sino que tiene que pagar por tener ahorrado, esquilmado por caras comisiones. (2/4)
Por contra facilita, en una peculiar inversión de valores, a aquel que vive a crédito, pues baja el costo de su financiamiento. También acostumbra a los Estados a endeudarse, abandonando la prudencia debida, (3/4)
Los perjuicios que el dinero barato tiene sobre nuestra sociedad, daños que no están circunscritos sólo al ámbito monetario, rara vez se mencionan en los medios de comunicación, (1/6)
pero las consecuencias de una buena o mala política monetaria trascienden el ámbito de la economía y afectan a la cohesión social y política. Pueden provocar desde graves conflictos y revoluciones hasta la pérdida de cortesía y el respecto entre generaciones. (2/6)
Las políticas de abaratamiento de crédito comenzaron no por casualidad con la instauración de la Reserva Federal en los Estados Unidos, y ya desde el comienzo contribuyó a cambiar la conducta de la población norteamericana. (3/6)
La desaparición de las unidades propias de medida fue en paralelo con los intentos de homogeneización lingüística por razones bien semejantes y forman parte de una estrategia conocida académicamente como "nation building", (1/7)
que consiste en procesos de homogeneización de los modernos Estados-nación con el fin de incrementar su capacidad de dominio. Muchos de estos procesos buscan mejorar la legibilidad que los gobernantes tienen respecto de sus poblaciones. (2/7)
Normalizan topónimos y antropónimos, instauran una forma monetaria única para todo el Estado e intentan establecer un idioma único en todo su territorio, para de esta forma facilitar el control de la población por parte del Estado central. (3/7)