Este caso me hizo entrar en crisis con la idea de que todo padre que expone a sus hijos en RRSS lo hace por pura ignorancia de los peligros que conlleva, creyendo inocentemente que los consumidores verán el contenido con la mirada limpia con la que es creado.
En su lugar, en esta publicación a mí me parecía ver que una madre sexualizaba a su hija para atraer público (pedófilo, pero consumidores al fin y al cabo) con el que seguir acumulando likes/followers/visualizaciones/dinero.
Esto rompía con mi visión anterior:
¿Eran los #sharenters (padres y madres que exponen como contenido principal a sus hijos en redes sociales) en su mayoría unos ignorantes del peligro o unos explotadores laborales que lo asumían?
Así que decidí monitorizar cuentas de #sharenters conocidos para buscar comportamientos que acorasen la duda.
La primera situación anómala no tardó en aparecer:
#Instamami: Vídeo de dos niñas menores de 6 años bailando en traje de baño una canción muy sexualizada.
Comentario:
El comentario fue borrado por la #instamami, claro.
Yo suspiré relajado: La #sharenter no permite muestras públicas de que su material es consumido por pedófilos auto reconocidos.
PERO
tres días después me encuentro, en un nuevo vídeo de la misma cuenta, un comentario DEL MISMO USUARIO hablando de lo guapa que le parece una de las niñas.
🥶Me quedó helado: El comentario del pedófilo del vídeo anterior fue silenciado, pero su cuenta no fue bloqueada.
¿Mensaje tácito de esa mamá: “Consume la imagen de mi hija, pero en silencio. No me importa que babees sexualmente atraído por mi hija de menos de 6 años, porque te valoro como público. Sé lo que eres, pero no te apartaré de la identidad digital de mi hija. No lo evidencies”?
Curiosamente, había una sección de comentarios ocultos por el autor. Así que… allá que fui.
Me sorprendió descubrir que la mayoría de los que habían sido escondidos eran de este tipo:
Así que está #sharenter no bloquea las cuentas de los pedófilos que se interesan sexualmente por los vídeos en los que expone a su hija, pero sí borra las pruebas cuando estos se pasan de la raya evidenciándolo.
También silencia a quienes señalan a su apreciado público pedófilo.
Y, teniendo en cuenta que cobra por su público y que este está formado en un SESENTA Y SIETE POR CIENTO DE HOMBRES MAYORES DE 37 AÑOS… no me extraña que mime lo que, obviamente, es un sector mayoritario de su audiencia.
Estas evidencias me parecieron pruebas más que concluyentes de que, la “mirada limpia” de esta #sharenter, como dice un lector, se parecía más a esta:
Y he decidido hacer un recuento.
En una muestra asequible de #sharenters, intentaré localizar cuáles borran comentarios claramente pedófilos… sin bloquearles al acceso al contenido de sus pequeños para conservarlos como público.
Esta mañana se hizo muy famosa una cuenta de IG de una niña (menor de 12 años, yo diría que 10) que publicó un vídeo con una amiga bailando una coreografía muy sexualizada y sin pantalones.
Usuario y vídeo siguen activos 😞 acosados por un ejército de #groomers
Los movimientos y el ánimo de enseñar por su parte es tan explícito, que ni siquiera veo oportuno mostrar una versión censurada del vídeo.
No lo creyeron así algunos usuarios de TW, que, en un intento de denunciar la situación, publicaron capturas y/o copias del vídeo 🤦♂️
Es cierto que, a pesar de los reportes, IG no retiraba el vídeo original, así que algunos decidieron movilizar masas mostrando el material y los comentarios que estaba recibiendo.
Para indignación de muchos, las publicaciones y las cuentas de los activistas… han sido borradas.
Me encuentro mencionado por lectores de mi cuenta de IG en un post que habla sobre #sharenting y se abre ante mí un debate interesante.
Primero, la mamá orgullosa habla de sus argumentos apoyando a los #sharenters (y su caso particular).
Como siempre, la perspectiva “los niños quieren”/“es bueno para los niños” es utilizada.
En lugar de discutir con los #sharenters sobre lo cuestionable de la creación de este contenido, a mí me gusta preguntar “Incluso así, ¿es necesario publicarlo ante extraños?”.
Ya ha pasado un año desde el verano del #CasoDeInformáticaForense que os voy a contar hoy.
Es de esos que, como perito judicial, te encuentras de rebote mientras estás estudiando otro que era tu verdadero encargo.
Uno que demuestra, una vez más, que #TikTokNoEsParaNiños.
Pero antes: @CiberProtecter es la iniciativa de atención pericial gratuita a familias con menores acosados en entornos digitales y/o escolares.
Su fondo está casi a 0 y le siguen llegando solicitudes.
Si quieres ayudar o necesitas ayuda, entra en su perfil y el tuit fijado.
No suelo pedirlo tan claramente como hoy… pero de verdad que la iniciativa necesita apoyo 😞
A nivel #grooming, el verano está siendo muy intenso.
Yo ya había escuchado muchas veces a educadores infantiles promover (encarecidamente) que a los niños se les enseñe el vocabulario real a la hora de denominar sus partes íntimas, en lugar de eufemismos: nada de “colita”, “huchita”, “pito”…
He oído de todo y siempre bueno.
El más aplastante de los argumentos siempre fue que, si un niño confesaba haber sido víctima de abuso sexual, cualquier adulto que lo oyese debía poder entenderlo sin ambigüedades.
Durante mis primeros estudios sobre educación… consideré aquello
exagerado: ¿quién no iba a entender a un menor que diese un mensaje así?
Hasta que una compañera de infantil pasó por algo horrible.
Alerta a lectores sensibles: Abuso sexual infantil.
Una alumna suya no hacía más que repetir que estaba triste porque su tío le
Ayer saltaba la noticia de que Missouri reimplanta el castigo físico en las escuelas como medida disciplinaria. Se suma así a los 19 estados que lo tienen legalizado.
⚠️No importa los que studios en psicologías evolutiva, en psicopedagogía y en educación infantil.
⚠️No importa la cantidad de expertos que, unánimemente alértenos de las consecuencias.
Ellos quieren leña para sus hijos, y leña les darán.
Soy profesor.
Pocas cosas me importan más que ser profesor.
Pero si alguna vez la administración educativa me obligase a castigar físicamente a mis alumnos… perdería mi trabajo.
Y no es solo una cuestión de tener alma en el cuerpo y que al ver cosas así me hierva la sangre:
Hoy se cumple una semana de mi aviso a @RL_Stine, @edit_planeta, @Grupo_Planeta_ y @Planetadelibros sobre un enlace que aparece en un libro para niños de 9 años y que conduce a pornografía explícita.
Sin embargo (y a pesar de los 582 RT), ni lo han solucionado ni han contestado🤷🏼♂️
Yo tenía fe en que antes de mi aviso lo habían permitido por no haber sido alertados… pero, tras avisarles, ¿cuántos niños habrán visitado esa WEB esperando encontrar literatura infantil y se han encontrado contenido como este?
Ni siquiera he recibido un mensaje tipo “estamos en ello, gracias por el aviso”.
Los días siguen pasando y los menores siguen haciendo click.