Thread by @LosPajarosPican

Estos últimos años, impulsados por la llegada de la ultraderecha a España, se están produciendo alarmantes movimientos culturales en este país.

Yo lo llamo INFLUENCERCRACIA. Hablemos de ello, porque la situación comienza ya a ser irrespirable.👇👇

El proceso es tan sencillo como preocupante: inflluencers que ganaron followers haciendo el soplapollas (gamers, creadores de bromitas, antifeministas y también, oportunistas todólogos) ahora se pasan a la política y geopolítica.

Se da la curiosa circunstancia de que todos cojean del mismo pie en lo ideológico. Personas como Iker Jímenez están recogiendo el guante a esta broza intelectual llevándosela a su programa y montando una especie de delirante Tea Party televisivo de bajísimo nivel...

......parecen las horas finales de un botellón de las fiestas de primero de Derecho de una Universidad católica petado de repetidores encocados y empalmados. (ojo a esto, el debate DEFINITIVO con un gamer, un incel y un criptolai)

Escuchar a Banderas o Bardem opinar sobre la calidad de la democracia, a un tenista sobre la conveniencia de las vacunas o a un youtuber experto en GTA5, sobre política fiscal no es grave en sí mismo. Faltaría más, este país es libre. elpais.com/icon/2021-12-3…

Lo realmente preocupante es que la sociedad española no tenga la capacidad crítica para entender que la opinión de una persona que no tiene ni puta idea sobre algo, no debería ser tomada en cuenta.

Momentos como estos, que casi bordean la distopía más hilarante, no pueden seguir fomentándose. La verdad no es negociable, la ciencia no es un partido de fútbol, la ética no es un divertimento, el periodismo no es un reality. luhnoticias.es/criticas-a-tod…

Este fenómeno explica que existan millones de españoles que jaleen a drogadictos en fase de recuperación o a estafadores fiscales recurrentes como referentes ideológicos en el ámbito de la salud o la política fiscal, respectivamente (Miguel Bosé & Bertín Osborne)

Esta deriva permite cosas como que un patriota de banderita que va creando sociedades opacas en paraísos fiscales acabe dando consejos sobre economía familiar y cobrando por ello. Este momento es estelar:

Esta maloliente atmósfera, tan irrespirable como avergonzante, no viene de la nada.
En este país, intelectuales de todo pelaje desde Reverte a Marías, pasando por Carlos Herrera, Fernando Savater, Azúa, Javier Cercas...

...llevan décadas opinando sobre temas tan complejos como políticas medioambientales, sanitarias, macroeconomía, geopolítica o ciencias, sin tener la más mínima preparación.
A este respecto, aconsejo la lectura de esta maravilla

Este artículo del todólogo Marías (filósofo experto en física cuántica, virología o moda) contra los todólogos es uno de los ejercicios de cinismo y de paja en el ojo ajeno pero no viga en el propio, más grandes que he podido leer.
No puedes parar de reír elpais.com/diario/2011/05…

La palabra de estos señoros (y señoras, que también las hay) ha sido siempre sagrada y ha contribuido a crear un cenagal de lo más tóxico donde la opinión de científicos, expertos en geopolítica o economistas ha pasado, dentro de los mass media, a la irrelevancia más absoluta.

"¿Catedrático en Harvard? Pues yo tengo el asiento R en la Real Academia"
"¿Qué has trabajado en la síntesis de una vacuna? Rebaja los humos, que yo he venido más de 2 millones de libros"

La pandemia exacerbó este delirio.
¿Para qué quieres saber la opinión de la viróloga más importante de Europa sobre la evolución de la pandemia si tienes a un humorista, famoso por haberse recuperado de una enfermedad mental, defendiendo a los que no quieren vacunarse?

Pero estos cuñados, que siguen ocupando tribunas en los medios no digitales y que fueron los pioneros, no tenían que enfrentarse a la democratización de la imbecilidad que ha llegado de la mano de internet.

Ahora somos miles, millones, los que dejamos nuestra opinión de mierda en redes (como esta que estás leyendo, si es que has tenido el mal gusto de llegar hasta aquí).

Informáticos expertos en criptomonedas solteros desde hace más de un lustro hablando de feminismo, publicistas expertos en física cuántica en Facebook, instagramers de maquillaje hablando de los peligros de las vacunas ARNm en sus stories... lavozdegalicia.es/noticia/socied…

...camareros criticando la dirección de arte de la última de Almodóvar en Twitter, profesores de autoescuela poniendo a parir el diseño de la campaña de un ayuntamiento en un podcast, youtubers con casa en Andorra analizando la política fiscal antes de su partida de Fortnite

... tetrarrepetidores de cuarto de ESO poniendo a parir el marxismo en su Twich frente a millones de bebedores compulsivos de Monster, o banqueros jubilados con mucho tiempo libre pontificando sobre lenguaje inclusivo y teoría queer en su canal de Youtube.

Internet, que puso en las manos del internauta la maravillosa e infinita potencialidad de APRENDER, no es más que una herramienta para OPINAR. Y como este mundo, para que negarlo, está lleno de cretinos, la mayoría de (nuestras) opiniones son opiniones de mierda.

Pero la cosa no cesa aquí, porque de la influencercracia pasamos a la dictadura de la opinión. A través de TripAdivsor y Google Opiniones, restaurantes, bares, hoteles, hostales, repartidores de mensajería, conductores...ven peligrar su futuro laboral. as.com/tikitakas/2021…

De este modo, la opinión, algo a lo que tiene derecho todo el mundo, faltaría más, pasa a convertirse en arma. Un arma a la que tienen acceso todas las personas: las buenas y las malas, las felices y las amargadas, las inteligentes y las idiotas. Todas.

Ya no importa lo que se dice, sino cómo se dice y quién lo dice. La razón ha sido sustituida por la reputación, la justicia, por los likes, la verdad, por la fe y la ideología, por la identidad. 20minutos.es/gonzoo/noticia…

Lo que está mal o bien ya no depende de la valoración moral del acto, sino de quién lo lleva a cabo.
Somos más libres que nunca. Libres para hablar, opinar, ser igual de imbéciles que los demás.
Somos, en realidad, menos libres que nunca.

ANEXO:
Influencercracia también es esto: catalunyapress.es/articulo/socie…