Thread by @galindo45

1. Hace pocos días, Jürgen Habermas publicó un nuevo libro (sí, otro… qué bárbaro este señor), el cual es algo así como la secuela de su clásica obra “Historia y crítica de la opinión pública. La transformación estructural de la vida pública” (1962):

2. “Una nueva transformación de la esfera pública y la política deliberativa”. Como es un libro pequeño, seguro no demora en salir en español, pero como soy un intenso ya me lo leí y acá les va un hilo con algunas de las ideas principales del texto principal.

3. Consta de 3 textos. El 1o (el principal) “Reflexiones e hipótesis sobre una nueva transformación de la esfera pública política”, el 2º es una entrevista: “Democracia deliberativa” y el 3o lleva por título: “¿Qué significa ‘democracia deliberativa’? Objeciones y malentendidos”.

4. Para empezar, H nos dice que no le gusta distinguir entre investigaciones empíricas y teorías normativas en el análisis del rol de la esfera pública política en los estados democráticos constitucionales, pues en su opinión:

5. “…la teoría de la democracia debería reconstruir racionalmente el contenido racional de las normas y las prácticas que han ganado una validez positiva desde las revoluciones constitucionales de finales del siglo XVIII y que, en esta medida,...

6. se han convertido en parte de la realidad histórica”.
O sea que para H hacer investigación empírica sin tomar en cuenta los requisitos normativos no tiene chiste.

7. Para H la política deliberativa no es un ideal, sino una condición existencia de la democracia, pues “entre más heterogéneas sean de las situaciones de la vida social, las formas de vida cultural y los estilos de vida individual, más debe compensarse la falta de un consenso...

8. de fondo, a fortiori vigente, a través de la construcción de una opinión y voluntad pública”.
Contrario a lo que se suele pensar, H no cree que esta política deliberativa orientada al entendimiento funcione como el debate que se lleva a cabo en un seminario ya que ésta,..

9. al buscar convencer a los participantes de la verdad o rectitud de sus convicciones razonadas “las disputas políticas se avivan y adquieren un carácter fundamentalmente agonista”, pues: “quien argumenta, contradice”.

10. Por esta razón, el carácter deliberativo de esta construcción de opinión y voluntad del elector no se mide en el consenso alcanzado (que en realidad es inalcanzable), sino en la calidad de los aportes. Ahora bien, para que pueda darse este debate es necesario que exista...

11. un consenso de los participantes respecto a las intenciones fundamentales de la constitución, es decir, si comparten la voluntad ciudadana de obedecer las leyes que ellos y ellas mismas se han dado.

12. Otra condición fundamental de una democracia funcional es que ésta tenga consecuencias que puedan ser comprobadas en la experiencia por los y las ciudadanas. Es decir, deben poder experimentar mejoras en su vida que se relacionen con los debates políticos...

13. en los que han participado. Cuando esto no es así, pasa lo que estamos viendo en muchos países: un desencantamiento de la democracia.
“Esta dependencia de la fuerza resolutiva de problemas de una democracia del flujo de la política deliberativa ilumina el papel central...

14. de la esfera pública”.
Para H la esfera pública tiene sus raíces en la sociedad civil y crea las conexiones entre la política y sus “entornos” sociales fungiendo como “una caja de resonancia para las perturbaciones de los sistemas funcionales que requieren compostura”.

15. Lo que pasa con la emergencia de las redes sociales es que esta EP, que ya de suyo estaba sometida a muchas presiones y tenía problemas, no sólo se atomiza aún más, sino que además al hundir la diferencia entre lo público y lo privado, le quita a ésta el carácter inclusivo.

16. Para H la cultura política liberal demanda que veamos al oponente político como oponente y no como enemigo. También demanda una orientación a una cultura de mayorías.

17. H tiene claro que el sistema de los medios es fundamental para la generación de opiniones públicas contrapuestas que cumplan con los estándares de la política deliberativa. El incremento en el uso de las redes sociales dificulta esto.

18. Para H estos medios no sólo implican una expansión de la oferta de medios, sino que representan algo comparable a lo que en su momento fue la introducción de la imprenta, son un parteaguas histórico.

19. No sólo se trata de una mayor conectividad y velocidad, sino que convierten a todos los usuarios en potenciales autores y esto los convierte en medios no regulados.
Estos nuevos medios fragmentan lo público a escalas nunca vistas y se han convertido en cámaras de eco.

20. Además, estas plataformas son todo menos neutrales: se trata de empresas que siguen los dictados del capital y que pertenecen a conglomerados cuyos rendimientos se miden en términos de su valor bursátil. Son parte de “El capitalismo de vigilancia” (S. Zuboff).

21. En esta economía de la atención, las empresas compiten por la atención de los usuarios por lo que refuerzan tendencias que antes eran parte de la prensa sensacionalista: entretenimiento, carga emocional y personalización. Todo esto implica para H una despolitización.

22. Mientras que de un ciudadano se espera que sus decisiones políticas sean el resultado de la tensión entre el interés propio y el bien común, para el usuario de las redes esta decisión tiene otra lógica porque ya no existe lo común como algo construido en el debate colectivo.

23. Ahora sólo se sabe lo que se quiere saber y eso que se sabe no pasa filtro alguno porque todos y todas somos autoras.
Y si a esto le sumamos las tendencias plebiscitarias de la lógica de las redes, las cosas se ponen aún más dramáticas.

24. En las redes poco tiene que ver con la calidad de los argumentos, pues éstas tienen que ver con los “me gusta”.

25 Así, lo “público” en las redes no es ya ni público ni privado en sentido estricto, sino algo que se parece a lo que antes se hacía en la correspondencia privada, sólo que ahora con alcances masivos.

26. Para H estamos ante una esfera semi-pública que ya no opera como espacio inclusivo para el esclarecimiento discursivo de pretensiones de validez en competencia que apunten al interés general. Justo porque ya no estamos antes un espacio público en sentido estricto, vivimos...

27. una época en la que nos quejamos de las “fake news”, pero tampoco confiamos en la prensa.
De hecho, mucha gente ya es incapaz de distinguir si las noticias que recibe con falsas.
El espacio público ha degenerado en un campo de batalla.

28. H cierra el texto diciéndonos que mientras que la prensa, la radio y la televisión están obligadas a corregir informaciones falsas que hayan proporcionado, lo que circula en las no está sometido a regulación alguna.

29. Sin embargo, las empresas deben hacerse responsables, pues no sólo estamos ante mercancías, sino ante juicios (opiniones).

30. Por lo tanto, para H: “no es una mera decisión política, sino un requisito constitucional mantener una estructura mediática que posibilite el carácter inclusivo de lo público y el carácter deliberativo de la opinión pública”.
#Sociología